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Ciencia a la mano: la catástrofe ecológica

contaminacion
Foto(s): Cortesía
Redacción

Doctora Ornela de Gasperín Quintero

-I-

Cada año se rompen récords de temperatura en todo el planeta y ocurren eventos climáticos, más frecuentes y extremos. El derretimiento de los polos se acelera y fenómenos como El Niño, producen consecuencias sin precedentes. Y eso que estamos a 1.2 grados Celsius (ºC) de calentamiento en relación con niveles preindustriales. Según el sexto análisis del Panel Intergubernamental de Expertos para el Cambio Climático de las Naciones Unidas (IPCC), estamos en una trayectoria hacia un incremento de 3.2 ºC para finales de siglo.

¿Qué significa un aumento a 3.2 grados Celsius? Significa someter a casi la mitad de la población humana, a entre 3.3 y 3.6 mil millones de personas, a tomar una decisión entre morir o, si les es posible, migrar. Es difícil dimensionar el nivel de sufrimiento que ocasionará la catástrofe climático-ecológica, si se mantiene la trayectoria actual.

En algunas décadas, gran mayor parte de los trópicos será inhabitable para los humanos si continuamos bajo la trayectoria que llevamos. La cifra fatal, los 3.2 ºC, representa la masacre más grande y violenta experimentada por nuestra especie; significa entrar a un mundo en el que nadie quiere, ni debería, vivir. Y es allá hacia donde estamos yendo, sin frenos a la mira.

Cínicamente, a pesar de que se han alcanzado tratados internacionales desde los años 90 para limitar el calentamiento global, en las tres últimas décadas se ha emitido a la atmósfera más dióxido de carbono, el gas con efecto invernadero más abundante y el que correlaciona casi perfectamente con la temperatura atmosférica, que en toda la historia previa de la humanidad.

¿Qué está pasando? ¿Por qué, si entendemos la problemática, no la hemos podido frenar?

La ciencia ha dado y produce respuestas puntuales a esta problemática; pero los intereses de la economía capitalista impiden una solución racional.

Las emisiones de GEI y el colapso de los ecosistemas que sostienen a nuestras sociedades son síntomas de una enfermedad; es la tos de un planeta enfermo. Pero no son la enfermedad en sí. El cáncer que ha invadido a nuestro planeta, es el sistema económico actual: el capitalismo, y su fin inmediato y último: la obsesión de crecer "la economía" infinitamente y aumentar ganancias.

 

-II-

El mundo se ha contagiado de un falso dogma económico: es necesario crecer el P.I.B. (el producto interno bruto, el valor monetario de bienes y servicios de un país/del mundo). Aunque el P.I.B. varíe año con año, se busca que continúe creciendo "porcentualmente". Pretenden hacernos creer que entre mayor sea el porcentaje de crecimiento del P.I.B., serán mejor el país, el mundo, y más feliz la humanidad. Lo que no nos dicen, porque no conviene a sus intereses económicos, es que hay una correlación casi perfecta entre el aumento del P.I.B. mundial y el uso de materiales y las emisiones de GEI. Y crecer la economía en términos porcentuales significa aumentarla "de manera exponencial". Como el crecimiento de un virus o de un cáncer, si el P.I.B. crece 3 % cada año, este se duplica cada 24 años. Y con él, los materiales extraídos y las emisiones generadas.

Nuestro planeta tiene límites físicos, y no se puede negociar con la física. La realidad que tenemos que aceptar y defender, es que es incompatible crecer en todos los ámbitos económicos del mundo, en un planeta cuyos recursos son finitos. Tarde o temprano, tenemos que escoger entre frenar el crecimiento económico, de forma ordenada y democrática, o no hacer nada. Esperar a que se agoten los minerales, se talen todos los árboles que capturan CO2, que nos dan oxígeno (ya hemos cortado la mitad de los árboles del mundo), que se vacíen los acuíferos que nos dan agua dulce, y entonces sea el planeta quien frene el crecimiento económico por nosotros.

Estamos en un momento histórico único. La sobrevivencia de nuestra especie está en el limbo, encaminada hacia un precipicio. Tal vez más preocupante, y poco entendido, es que el sistema físico-climático del planeta tiene puntos de inflexión, que, una vez cruzados, no se podrán frenar. Entre estos puntos de inflexión están la muerte regresiva del Amazonas, el descongelamiento de Groenlandia, de las capas de hielo del Ártico, y de la Antártida y el derretimiento del permafrost boreal, que podría liberar grandes cantidades de gas carbono y aumentar la gravedad del calentamiento global.

Si nuestras sociedades colapsan este siglo, o no, depende de las acciones que tomemos en los siguientes años, o que dejemos de tomar. Este es el momento preciso para cuestionar –radicalmente- falsos dogmas y preguntarnos: ¿Por qué se mantiene un crecimiento económico exponencial?

 

-III-

Hoy en día, el P.I.B. mundial ronda los 100,000,000 millones de dólares estadounidenses anuales: un nivel de riqueza exorbitante. Sin embargo, en ese marco de bonanza, hay más de 800 millones de personas que viven con hambre; la mitad de la humanidad vive con menos de 6 dólares al día, 9 millones de personas mueren al año por contaminación atmosférica, y dos terceras partes de la humanidad, 4 mil millones de seres humanos, vive bajo estrés hídrico severo, al menos un mes al año.

Si hay millones de excluidos, entonces, ¿quiénes son los beneficiarios de esa riqueza?

Son los que crearon, mantienen y defienden, a capa y espada, el sistema económico actual.

Desde el año 2020, el 1 % más rico se ha quedado con casi dos tercios de toda la nueva riqueza mundial, con casi el doble de dinero que ha obtenido el 99 % más pobre de la población mundial. La fortuna de los multimillonarios aumenta 2.7 mil millones de dólares diarios.

En México, el 1 % más rico obtiene el 26.1 % de los ingresos, y son dueños del 46.9 % de la riqueza.

Para entender lo absurdo de creer que el P.I.B. es sinónimo de bienestar humano, hay que saber que una sociedad sana tiene un P.I.B. menor que una sociedad enferma. Una sociedad que deforesta tiene un P.I.B. mayor que una sociedad que conserva. Una sociedad que reúsa y recicla, tiene un P.I.B. más bajo que aquélla que tira todo y lo vuelve a comprar. Tirar casi la mitad de la comida mundial a la basura, como ocurre hoy en día, eleva el P.I.B, pero –paradójicamente- no alimenta a los millones de personas que sufren y mueren por hambre.

Medir bienestar humano a través del P.I.B. es un dogma que han impuesto los poderosos y que pocas personas cuestionan.

Los incrementos del P.I.B. no se traducen en salud, educación, vivienda digna, artes o deportes, igualdad social, si no se destinan recursos específicos para esos objetivos, y se dirigen a la extracción de materiales y en emisiones de GEI.

El sistema económico actual, "con o sin catástrofe ecológica-climática", le ha fallado a la humanidad. Millones de personas están sufriendo las consecuencias del sistema capitalista, tanto por las injusticias sociales y económicas que engendra, como por sus efectos en el clima.

 

*Bióloga por la UNAM y doctora en Zoología por la Universidad de Cambridge, Inglaterra. Cuenta con 5 años de postdoctorado en Ecología y Evolución, por la Universidad de Laussane, Suiza. Actualmente es Investigadora Titular “A” en el Instituto de Ecología, Xalapa, Veracruz.

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