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Bernardo Esquinca habla de “Toda la sangre”, su novela que ya es serie

El narrador mexicano Bernardo Esquinca  durante su visita en la 42 edición de la Feria Internacional del Libro de Oaxaca 2022.
Foto(s): Ana Lilia Pacheco
Israel García Reyes

El narrador mexicano Bernardo Esquinca nos habla de su experiencia como asesor en la nueva serie “Toda la Sangre”, basada en su novela homónima.

De visita en la 42 edición de la Feria Internacional del Libro de Oaxaca (FIL Oaxaca) 2022, el autor tapatío y radicado en Ciudad de México concedió una entrevista exclusiva para NOTICIAS Voz e Imagen de Oaxaca en la que detalle los pormenores de cómo fue que una de sus novelas se adaptó a la televisión.

Con camiseta negra y jeans, en el interior del Centro Cultural y de Convenciones de Oaxaca (CCCO), Bernardo nos explica los detalles de la serie:

"Pues ha sido un proyecto que ha tenido muy buena estrella. Por ahí de 2018 me buscó Sasha Robles, que es un productor peruano que vive desde hace tiempo en Miami y tiene una productora que se llama Spiral International. Él conocía la novela, la quería adaptar y lo primero que me preguntó cuando nos reunimos fue si estaban libres los derechos. Yo le dije que sí, que estaban libres. Se interesó mucho y se hicieron las negociaciones para que él adquiriera los derechos y se produjera la serie, lo que generalmente es tardado. El de las series, el de los productos visuales, es un mundo que involucra mucho dinero, mucha gente, pero se hizo bastante rápido".

La serie

Esquinca refiere que "Sasha es un productor muy movido y consiguió rápido que Pantaya y Fremantle, que entonces se llamaba Starsplay y ahora se llama Lionsgate, se unieran para producir esta serie y que se filmara en México durante la pandemia, el año pasado. Y un año después de eso se estrenó. La verdad ha sido un proceso rápido y estoy muy contento por que el resultado. He visto 7 de los capítulos de la primera temporada, son muy divertidos, están bien hechos. Han llevado mi novela a otro nivel de intriga política y con mucho romance y mucho sexo, que están en la novela, pero acá más".

Reflexionando sobre su intervención en el proyecto, apunta: "Yo fungí al principio como un asesor, pero no me involucré en los guiones ni nada, lo cual me parece bien. Es mejor tener distancia de la obra. Fue el trabajo de otros guionistas que lo hicieron muy bien y bien: contento con el elenco: Los conocí casi a todos”.

Adaptar una novela

Respecto de la participación que pueden tener los novelistas cuyos trabajos se adaptan al guion de una serie, Esquinca considera:

“Hay escritores que adaptan su propia obra; es algo que se puede hacer siempre y cuando cuentes con alguien más que te apoye para que esa persona tenga un distanciamiento de la obra y te ayude a tomar una distancia de tu obra, para poder adaptarla. Uno como creador está muy apegado a sus obras: son como hijos, y uno no les ve los defectos ; que sí los tienen, como es natural. Si hay otra persona involucrada en el guion, esa persona sí va a tener la distancia para tomar decisiones importantes para adaptar, porque son lenguajes muy distintos: la literatura y el lenguaje audiovisual”.

Agrega que en su caso “no me ha tocado adaptar algo mío. Cuando me toque, ya veré. Bueno, sí estoy adaptando para Telemundo “Asesina Íntima”, que es mi novela sobre La Mataviejitas, y tengo una coguionista: eso ayuda a tomar distancia”.

Casasola en carne y hueso

Al preguntarle sobre su impresión acerca de los actores que encarnan a sus personajes, explica: ”Es una experiencia muy emocionante y también inquietante porque no es como uno lo imagina, pero también hay que entender eso; es otro producto, ya es otra cosa. Mi novela, para bien y para mal, siempre será la misma y ahí estará, pero al traducirse al lenguaje audiovisual todo cambia, como es natural”.

“De entrada que (el protagonista) sea Aarón Díaz me parece bien; es un buen actor, es un tipo muy agradable, de trato muy sencillo; tiene muy buena vibra. Entonces, creo que eso también ha sido parte de la buena estrella de este proyecto, además de que es famosísimo, igual que Ana Brenda, la coprotagonista. Pero sí, es extraño porque yo siempre me había imaginado a Casasola (protagonista de Toda la sangre) más como yo. Y Aarón Díaz ahora es Casasola y de pronto es un tipo muy guapo, alto y fornido. Es extraño, pero viene muy bien para el propósito de la serie”, refiere.

Bernardo confiesa que le gustaría que más novelas suyas fueran llevadas al cine y a las series: “Claro que me gustaría. El cine y las series de televisión son muy importantes también y hay distintos proyectos en distintos niveles de producción o de desarrollo respecto a cuentos míos, novelas mías; algunos para serie, algunos para películas, pero no tiene caso nombrarlos porque no están cristalizados”.

“Me encanta que mi obra pueda difundirse por estos medios”, asegura.

Futuro inesperado

Reconoce que cuando inició la saga Casasola, en que este detective es el personaje principal, no pensó que pudiera llegar a adaptarse para serie: “Cuando hice la Octava Plaga, que la hice en 2009, no pasó por mi cabeza. Conforme fue creciendo la saga y publicando más libros, mucha gente me decía: esto es muy visual; podría adaptarse. Y yo dije: bueno sí, yo encantado de que se adapte porque a mí me encanta el cine. Yo estudié ciencias de la comunicación y llevé clases de lenguaje audiovisual y me gusta. Después se me empezaron a acercar directores, productores completamente interesados en “Toda la sangre”, pero no cuajaba: es complejo. No había surgido una propuesta real hasta que apareció Sasha Robles con Spiral y estoy muy contento de que haya sido con él”.

Abundó que la serie ya se estrenó en Lionsgate y hasta el momento se han estrenado 7 de 10 capítulos de que consta la temporada.

Asesina íntima, a la TV

Respecto de su más reciente novela “Asesina Íntima”, acerca de la asesina serial mexicana conocida como La Mataviejitas, el autor nos revela que ya está en desarrollo en Telemundo para realizar una serie de televisión: “Estamos ahora en el principio de lo que le llaman La Biblia, que es desarrollar el arco principal de la historia, los personajes y los capítulos como una sinopsis. Pero sí, está en proceso de adaptarse y que, además, sí se presta por el tipo de historia que es: una mezcla de crimen real con ficción. Mi novela tiene muchos personajes, muchos subtramas. Tiene mucha carnita para desarrollar una serie que pueda ser interesante para el auditorio”.

 

El autor también nos cuenta que ”cuando basas una historia en un asesino real pues hay que compenetrarse, conocer la historia a la mayor profundidad posible para intentar contarla al modo de uno y dar una postura al respecto, que es algo que me parece importante porque, si queremos combatir la violencia, hay que entender de dónde viene. Yo creo que ese es el sentido de contar las historias de los asesinos seriales y de sus víctimas, que también es importante. No sólo es informarse bien: ¿qué pasó y cómo, sino por qué? Tratar de entender por qué ocurre esto y también intentar ponerse en los zapatos del asesino y de las víctimas para poder trasmitir emociones, sentimientos y llegar a la profundidad de un suceso así, que siempre es impactante, pero sobre todo parecería casi inexplicable. ¿Por qué surgen estos personajes sedientos de dañar, de destruir? Es una labor ardua, pero alguien tiene qué hacerla.

Acerca del momento que viven las letras mexicanas y su relación con el cine y la televisión Berenardo afirma que “está habiendo una gran apertura en general de las plataformas, sobre todo. Están buscando contenido. No solo contenido original, sino propiedad intelectual. Buscan contratar libros; les llama mucho la atención y también está habiendo una apertura hacia el género del terror, lo cual es interesante porque se están dando cuenta que el público busca eso y están acercándose, cada vez más, a escritoras y escritores mexicanos, lo cual me parece fantástico. Hay mucho qué aportar desde la literatura mexicana para que se hagan películas y series de televisión de calidad, con contenido y con historias trascendentes”.

“El problema en México es que no hay una industria del cine. Es un país que depende, lamentablemente, del apoyo del gobierno y del estado para producir películas; entonces, ha sido complicado. La etapa de la Época de Oro del Cine Mexicano con Pedro Infante, con Jorge Negrete, María Félix y el Indio Fernández; sí había una industria y se sostenía por la gente que también iba a las salas. Luego ha habido unos largos baches; periodos muy oscuros, periodos de resurgimiento en los noventas con Iñárritu, Del Toro, Cuarón. En su momento, y mucho antes, (Arturo) Ripstein siempre mantuvo un ritmo. Luego hubo otros declives, pero recientemente también vimos un resurgir con cineastas hombres y mujeres muy interesantes que, además, ganan premios, están presentes en festivales. Siempre es como el subibaja, pero no hay industria. Y es complicado en un país en donde tú vas a las salas y en los complejos en donde hay 15 salas, en 14 está “Rápido y furioso 17” y en una sala una película mexicana. Es difícil y el Estado hace lo que puede, pero la gente tendría que apoyar: ver películas mexicanas y lograr que no las quiten a la semana de que se estrenan porque eso es lo que pasa. Y ver cine mexicano, porque sin eso nunca va a haber industria”.

Asesinos seriales

Esquinca nos adelantó sobre su más reciente proyecto: “Estoy trabajando una novela sobre Goyo Cárdenas muy al estilo de como hice con la Mataviejitas: es una mezcla de crimen real con ficción y es una indagación sobre el origen de la violencia machista”.

 

Finalmente, apunta que “la literatura mexicana, de la novela de la revolución para acá, es recalcitrantemente realista por un motivo que sólo un psiquiatra podría explicar en un país donde lo mágico, donde la superstición, donde las leyendas, son tan importantes: forman parte de nuestro ADN. Yo veo un resurgimiento del terror, de lo fantástico y de la ciencia ficción”.

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