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Conoce a Rogelio Sosa Mejías, escultor de arte sacro

Foto(s): Cortesía
Aleyda Ríos

Isela Sedano

La escultura es una de las bellas artes, en  la cual el escultor se expresa creando volúmenes y conformando espacios.

Los medios técnicos que utiliza un artista no definen la obra, sino la manera como los utiliza, dentro de un proceso integrante de la idea artística; así es como conocemos la obra de este arquitecto y escultor de arte sacro, Rogelio Sosa Mejías.

Al hablarnos de él, nos dice: “Ilustro ideas y extraigo imágenes, representando en el arte sacro la fe de nuestro pueblo. Estoy orgulloso de mis raíces oaxaqueñas y de mi trabajo, creatividad conceptual y mi relación con mis clientes; aunque empecé desde muy pequeño, pronto desarrollé una pasión por tallar imágenes con mis manos; mi pasión es la escultura, amo mi religión y mi fe".

Agregó que nació en Asunción Tlacolulita, pueblo zapoteca y "aunque no logré aprender mi lengua materna, desde muy pequeño me gustaba hacer figuras con la espina de pochote y con pesados de madera que encontraba a orillas del río; eso lo hacía después de acudir a la escuela primaria; cuando me iba a cuidar chivos, me gustaba realizar desde pequeñas figuras que en ese tiempo pasaban en televisión".

Añadió que "después de varios años tuve que salir del pueblo para buscar una vida mejor y así llegué a la ciudad de Oaxaca de Juárez; a la edad de 15 años logré ingresar al taller de manufacturas religiosas donde hacían figuras de yeso; pero yo tuve la oportunidad de realizar imágenes con la técnica de yeso directo, básicamente hacer imágenes sin moldes; por medio de este trabajo logré seguir estudiando la preparatoria y posteriormente la carrera de Arquitectura en la UABJO.

Señaló que "logré encontrar en mi camino el apoyo de un gran ser humano, el sacerdote jesuita Jorge Eduardo Villa de Aguinaga, quien tenía su taller en el mismo templo donde oficiaba, enseñándome con paciencia los secretos de la restauración del arte sacro y de ahí surgió mi gran amor por este arte sacro, comenzando primero con la restauración de un dedo de una imagen; después fue la mano completa y así seguí hasta que me confió darle movimiento a una figura de San Miguel Arcángel, hasta que logré hacer una imagen completa de Jesús con un juego de gubias que me trajo de uno de sus viajes a España".

Mencionó que "años más tarde falleció mi maestro y cerraron el taller; pero yo llevo en mi mente, en mi corazón y en mi arte sus enseñanzas".

El arquitecto y escultor ha elaborado innumerables tallas en madera con terminados al natural en hoja de oro y plata y policromía a base de óleos, terminado en lacas como el Santo Entierro y Sagrado Corazón en San Juan Chilateca, Ocotlán, Oaxaca.

Asimismo, la imagen de San Agustín tallada en cedro, en hoja de oro fino y esgrafiado con óleos; San Miguel Arcángel de 90 centímetros en hoja de oro y policromía de colores; la talla de la Purisíma Concepción, el Cristo del Perdón, el Sagrado Corazón de Jesús y muchas más, siendo su obra más reciente la de la Santísima Trinidad, donde colaboró el gran artista plástico Noel Gómez Lorenzo.

En la talla de las diferentes piezas cuenta con la colaboración de su hijo Ángel Gabriel Sosa Ramírez.

“Ilustro ideas y extraigo imágenes, representando en el arte sacro la fe de nuestro pueblo”. Rogelio Sosa, Escultor

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