Isela Sedano
“Sonrisas de ultratumba” llevó por nombre este octavo concurso de obras de artistas plásticos de renombre y reconocidos dentro del arte, dándose cita con sus maravillosas obras en CasAntica, convocados por la gran artista plástica Maru Pombo que cada año invita a presentar sus obras , otorgando un premio a los tres primeros lugares, aunque en esta ocasión fue muy difícil la decisión del jurado quien estuvo integrado por el maestro en artes visuales, artista plástico Saúl Pereyra egresado de la Esmeralda y estudiado por siete años en Alemania, haciéndose acreedor a varios premios internacionales.
Como texto de sala estuvo el siguiente: Hay un día en que todos invariablemente tememos, al alba del amanecer eterno. Es el preciso momento en donde cada uno se encuentra consigo mismo y sin importar cuál sea el motivo de ese encuentro, sabemos que uno por uno encararemos su resplandor y que probablemente lo eterno, no resulte de ningún modo como lo hemos imaginado.
Ahí, es muy probable que nos sea revelado que tanto la bondad o la maldad de este mundo, solo existieron en la medida de nuestra apreciación.
Que toda alegría experimentada- en realidad- es únicamente un sumario de recuerdos. Así, sabremos que cada uno eligió como construir a lo largo de los años esta propia idea de felicidad. En vida asegurarnos que en la muerte conservaremos por lo menos nuestra alma, nuestra más pura esencia. Pero, si en verdad existiera un residual de memoria de esta vida en el más allá , suplico que sea una sonrisa, porque sonreír en el umbral de la eternidad, sería como conservar disimuladamente en nuestra alma, esa huella de una contenida felicidad por haber experimentado el estar vivos: por haber experimentado la fuerza del aire en los pulmones, el sudor natural del cuerpo por un caluroso día en primavera, o un tiritar de frío durante cualquier madrugada invernal. Así, nuestras almas no tendrán lamento, y sería como recordar el haber estado ahí, en medio de las intensas y naturales emociones de estar vivos.
Ya en el más allá, donde quizá la memoria ya no tenga esa fuerza de recordarnos lo afortunado que fuimos por haber cruzado la vida, aguardaremos a que al menos nuestra alma se regocije en medio de la más profunda y verdadera alegría,– una dicha eterna-, en medio de profundas reflexiones sobre vidas pasadas y presentes.
En noviembre, mes que en Oaxaca honramos como en ningún otro lugar del mundo la muerte de familiares y amigos, presentamos estas piezas sin otro motivo que el de reivindicar la alegría de estar vivos, de continuar el camino hasta el día del amanecer eterno.
Sonrisas de ultratumba es un cúmulo de sensaciones naturalmente nutridas por diferentes experiencias de vida que desde luego, son el marco de reflexión de cómo pensamos, vemos pero sobre todo, sentimos que es la muerte mientras sigamos vivos.
Sonrisas de ultratumba desnuda de quienes posan sus ojos entre las pinceladas de cada obra , y así, es transportado a imaginar que habrá en el más allá, en ese espacio donde no existe si no la más parsimoniosa idea de absoluta continuidad con todos nuestros seres queridos que se nos adelantaron en el camino del más allá y que trascendieron en ese disfrutar eterno.
Los anfitriones de la noche fueron: la artista plástica Maru Pombo y Sergio Andrés Bello, quienes recibieron gozosos esta serie de obras que representan la comunicación permanente con el disfrutar de la presencia de quienes ya no están, además de escuchar sus sonrisas de ultratumba. ¡Fueron bienvenidos!
Para saber:
Primer lugar $10 000 mil en efectivo, fue para la obra “Fandango colonial” del artista plástico Cheni Velasco Santibáñez. El segundo lugar, con un premio de $5 000 mil en efectivo fue para la obra “Nos encontraremos”, del artista Victor Hugo López García. Los dos terceros lugares, con un premio en efectivo de $3 000 mil, a cada uno, fueron para las obras: “Danza eterna” de Ramsés Vladimir Palomec V. y “Él no quería morir”, de Arturo Pedro Jiménez.
