El derecho a la cultura | NVI Noticias Pasar al contenido principal
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El derecho a la cultura

pintura
Foto(s): Cortesía
Giovanna Martínez

Leonardo Pino

"Toda persona tiene derecho a tomar parte libremente en la vida cultural de la comunidad, a gozar de las artes y a participar en el progreso científico y en los beneficios que de él resulten".

Declaración Universal de los Derechos Humanos.

La cultura es una construcción social que comprende todas las manifestaciones materiales e inmateriales creadas a lo largo de los procesos evolutivos del ser humano y sus comunidades. Su acceso, goce y disfrute son derechos adquiridos mediante la conquista de diferentes luchas sociales en distintos puntos de la historia de la humanidad; su reconocimiento ha contribuido a la creación de normas y leyes que regulen su cumplimiento por cada uno de los miembros de la sociedad y entidades del Estado.

El Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de las Naciones Unidas, precisa que la cultura es un concepto amplio e inclusivo que comprende todas las manifestaciones de la existencia humana, el que -a través de un proceso dinámico y evolutivo- “refleja y configura los valores del bienestar y la vida económica, social y política de los individuos, los grupos y las comunidades”.

Por lo tanto, la cultura comprende las formas de vida, el lenguaje, la literatura escrita y oral, la música y las canciones, la comunicación no verbal, los sistemas de religión y de creencias, los ritos y las ceremonias, los deportes y juegos, los métodos de producción o la tecnología, el entorno natural y el producido por el ser humano, la comida, el vestido y la vivienda, así como las artes, costumbres y tradiciones. 

Los derechos culturales son promovidos para garantizar que las personas y las comunidades:

  • Disfruten de la cultura y de sus componentes en condiciones de igualdad, dignidad humana y no discriminación.
  • Tengan acceso a la cultura y puedan participar en aquella que sea de su elección.
  • Gocen de los beneficios del progreso científico y de sus aplicaciones;
  • Tengan derecho a la protección de los intereses morales y materiales correspondientes a las producciones científicas, literarias o artísticas y libertad para la investigación científica y la actividad creadora.

Obligaciones del Estado

El derecho al acceso a los bienes y servicios culturales implica que el Estado (nacional y estatal) garantice la libertad artística y el fomento del arte; también obliga al Estado a garantizar la educación pública. Educación y cultura son conceptos que se vinculan el uno con el otro, por lo que el Estado debe establecer como política pública asegurar la iniciación artística en beneficio de nuestros niños.

Otro factor para garantizar el derecho al acceso a los bienes y servicios culturales es el referido a la preservación de la diversidad y la libertad, dada las múltiples expresiones culturales que se manifiestan a lo largo y ancho del país, poniendo especial énfasis en los pueblos indígenas y su gran riqueza cultural.

El límite de cualquier derecho, de cualquier política pública, es el respeto a la dignidad humana, por lo que el Estado no debe imponer un determinado tipo de cultura, porque esto afectaría las libertades ciudadanas.

Con el nuevo cambio de régimen en Oaxaca, el gobierno tiene una renovada posibilidad de cumplir con sus obligaciones en la materia. Porque somos un Estado diverso y multicultural, aspiramos a convertirnos en una sociedad intercultural, afianzada en valores humanistas, que se desarrolle con principios de reciprocidad y redistribución, bases de nuestra comunalidad, reduciendo las desigualdades entre los que más tienen y quienes menos poseen.

La labor cultural desarrollada por el maestro Francisco Toledo, deberá servir como guía y ejemplo de enseñanza, para la promoción y difusión de las artes y culturas, defensa y protección del patrimonio material e inmaterial y acceso al patrimonio cultural de la humanidad.

EX LIBRIS

Originalmente publicado en 1982 como resultado de la celebración del Primer Coloquio sobre Culturas Populares y Política Cultural, este trabajo se ha convertido en un texto clásico por inaugurar el debate de las culturas populares en México.

Analiza el lugar que ocupan y las formas en que se relacionan con otras manifestaciones culturales y documenta las políticas establecidas sobre el tema no solo por el Estado, sino también por la iniciativa privada, las iglesias y otras instancias de la sociedad civil.

Culturas populares y política cultural abrió el análisis y la discusión en torno a las culturas populares del país.

En su participación, el gran maestro Guillermo Bonfil Batalla, fundador y primer director del Museo Nacional de Culturas Populares, advirtió: “En la sociedad moderna actúan fuerzas que tienden a despojar a los sectores populares de la iniciativa cultural y convertirlos en consumidores y no creadores de cultura. Tal transformación significaría un grave retroceso histórico y constituye un reto para un proyecto nacional que tiene como requisito indispensable la participación creativa de los sectores populares”.

(Culturas populares y política cultural, Guillermo Bonfil Batalla et al; Museo de Culturas Populares / SEP, México, DF, 1982).

LA VENTANA

Llamamiento contra la preparación de una guerra atómica

Juan Gelman

Voy a firmar aquí porque me digo

que es bueno andar con la sonrisa entera,

silbar bajito una canción cualquiera,

tener un perro, un árbol, un amigo.

Voy a firmar aquí con el testigo

del cielo azul sobre la lapicera,

porque me acuerdo de una primavera

que se coló una vez por mi postigo.

Voy a firmar aquí porque me toco

el corazón creciendo poco a poco

por este amor que brota de mi hueso.

Voy a firmar aquí contra el espanto,

por la paz, por la vida, por el canto,

por el gorrión que vuela cuando beso.

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