Rafael Alfonso
Las actividades recreativas en la infancia son importantes para definir los hábitos concernientes al placer y al entretenimiento que posteriormente formarán parte de la vida adulta. Para ello, en primer lugar, mencionaré cuáles son esas actividades que engloban todo aquello que se encamina al disfrute y a la diversión.
Algunas actividades recreativas para niños y su importancia
En primerísimo lugar está el juego que, bien sabemos, en el caso de los mamíferos resulta vital, porque es la principal forma en que los cachorros adquieren las habilidades que después les ayudarán a desenvolverse en el mundo, como en una suerte de ensayo. Es lo que sucede en los juegos de roles cuando jugamos a ser policías, doctores, maestras, a la mamá y al papá, etcétera.
Por supuesto que una de las actividades recreativas más socorridas actualmente es el consumo de contenidos audiovisuales —películas, dibujos animados y series—, pero también tienen su lugar el deporte reglamentado y diversas actividades al aire libre, así como la escucha y lectura de cuentos, y en general todo contacto con el arte (música, pintura, danza y teatro) donde incluimos a las manualidades. Mención aparte tienen los festejos como los cumpleaños y la Navidad.
Todas estas actividades juegan un papel muy importante en el desarrollo de niñas y niños, y tienen el plus de que se realizan de forma voluntaria y entusiasta. En ellas también se puede encontrar el germen de la creación de hábitos como el deporte, la lectura, la música y el disfrute del arte. Además, son decisivas en el desarrollo cognitivo, la percepción corporal, la coordinación y el equilibrio, la ubicación espacio-temporal y la adquisición de destrezas motrices y sociales que después serán empleadas en el trabajo y la vida adulta en general.
El desorden propiciado por los padres
Cada niño tiene sus propias formas de disfrutar el mundo, pero sigue siendo responsabilidad de los padres estar al pendiente de cómo sus hijos se divierten. Sabemos que el Yo de los seres humanos tiende al placer y los niños, que aún no saben acotarlo, darán prioridad a éste por sobre otras consideraciones, como la seguridad, la salud y los deberes.
Hay ocasiones en que los padres se entregan a su propio placer y lo imponen a sus hijos, incluso menoscabando su seguridad. Un ejemplo de ello es cuando los hijos atestiguan borracheras y otros desenfrenos eróticos por parte de los padres. También sucede con frecuencia que los padres abandonen al niño a su suerte con tal de no ser perturbados en sus propias actividades. Es aquí donde la tableta y el teléfono se utilizan como nanas digitales sin que importen demasiado los problemas de postura, de visión y de sedentarismo que a largo plazo este hábito pueda causar; y ya no hablamos del riesgo de exponer a los niños a contenido inapropiado para su edad. Por razones como ésta, invitamos a los padres a no ser ajenos a este aspecto fundamental en el desarrollo de sus hijos.
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