Ante la ausencia de leyes que señalen como un delito sexual el acoso callejero, organismos en defensa de los derechos de las mujeres apuntaron la urgencia de que esta práctica se tipifique para que los agresores reciban un castigo penal o, al menos, una sanción administrativa.
Ana María Hernández, de Consorcio para el Diálogo Parlamentario y la Equidad en Oaxaca, apuntó que el acoso sexual callejero es un tipo de violencia invisible que, por la dificultad de probarse el hecho, las denuncias no proceden.
Tal como ocurrió con el caso de una joven en el Centro Histórico de Oaxaca, el pasado 4 de noviembre, cuando, pese a presentar su denuncia ante un Ministerio Público el agresor, que fue detenido por la Policía Estatal, está libre, además que no fue factible el proceso.
“No se ponga punky”
Entre los casos que ha documentado la asociación civil existen testimonios de jóvenes a quienes las autoridades de procuración de justicia les indican que tienen otros asuntos más importantes que resolver.
Ana María Hernández indicó que en una ocasión la respuesta para una víctima fue: “No se ponga punky”, tratando de minimizar la agresión y calificando de agresiva y alterada a la acosada.
En ese sentido, agregó que el problema al que se enfrentan una vez más las mujeres, es la poca sensibilidad de los funcionarios para tratar el tema.
Pero el mayor de los obstáculos –aseveró– es que el acoso callejero no está tipificado, lo que hasta ahora representa para la mujer acosada tener que comprobar ante las autoridades la agresión física o verbal recibida en la vía pública o en el transporte público.
En un sentido amplio, el delito de acoso en Oaxaca está contemplado en el Código Penal, en el artículo 241Bis, en materia de abuso, hostigamiento y acoso sexual, estupro y violación; y se castiga con entre uno y tres años de prisión, además de multas y pago por la reparación del daño.
Sin embargo, precisó, no es claro al mencionar que la agresión también se comete cuando se menoscaba la libertad de tránsito. “Es ahí donde se tiene que hacer la modificación. Son claras las lagunas legales”.
Sanción y transformación social
El acoso en general es una práctica que poco se denuncia legalmente y que, por desgracia, está normalizada y aceptada por la sociedad debido al "flockor" mexicano, apuntó Ana María Hernández.
Una forma de comenzar a entender la gravedad del acoso callejero es visualizándolo, como se ha registrado en últimos hechos a través de videos por internet; esta acción provoca a su vez la sanción social para los acosadores, subrayó la defensora.
“Es injusto que las mujeres no podamos caminar con libertad por las calles o subir a un transporte público. El daño psicológico que genera una agresión sexual es irreversible”, expresó.
Otro problema que existe en torno a esta agresión es la indiferencia de la sociedad. En ocasiones las mujeres acosadas gritan o piden ayuda en la calle, pero no hay una reacción solidaria de la ciudadanía.
Agresión
El pasado 4 de noviembre Valeria R. caminaba por la calle 20 de noviembre, cerca del zócalo de la capital, cuando un hombre de origen estadounidense la siguió y la agredió verbalmente.
“El tipo comenzó a seguirme y a caminar pegado a mí, yo escuchaba que hablaba, pero nunca entendí que estuviera hablándome a mí, pero su cuerpo iba tan pegado al mío que me hice a un lado y baje de la banqueta para que el siguiera por la banqueta y se alejara. En vez de que el tipo siguiera su camino empezó a caminar a lado de mí y a mi ritmo y me preguntó algo sobre mi equipo fotográfico. Primero creí que quizá quería robármelo, así que lo sujete bien, le dije que era un equipo barato y que no valía mucho” , narra la víctima.
“Te voy a meter ese material por el culo, esa cámara te la voy a meter por el culo, puta lesbiana de mierda”, fue la expresión seguida del hombre, indicó Valeria a través de un texto que hizo público en terceravia.mx.
En el video que grabó la víctima durante la detención del agresor, el sujeto precisa: “Yo acuso a las lesbianas y a las mujeres que se cagan en los hombres”.
Datos:
1 de julio, otro caso de acoso sexual en un transporte público de Zaachila
