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Rebasaría caravana capacidad del Comi en la ciudad de Oaxaca

Foto(s): Cortesía
Nadia Altamirano Díaz

El paso de la caravana migrante que ingresó al país por el vecino estado de Chiapas, podría saturar la capacidad del Centro de Orientación al Migrante (Comi) en la ciudad de Oaxaca, el único espacio gratuito que ofrece hospedaje y alimentación para quienes intentan llegar a Estados Unidos.


A partir de este jueves y durante el fin de semana, Alexander, de origen salvadoreño, cree que la afluencia podría empezar a incrementar.


Saber las dificultades que enfrentan sus connacionales y otros centroamericanos le ha llevado a proponer a su coordinador, el presbítero Fernando Cruz Montes, que se instalen colchonetas en el patio o en donde sea posible para brindar cobijo a quienes huyen principalmente de la violencia y la pobreza anclada en su país de origen.


“Podríamos recibir hasta a cien personas”, dijo, y no niega que aunque quieran abrirles la puertas a más, ya esa cifra significará saturar el Comi.


En espera de visa humanitaria


Su coordinador, el sacerdote Cruz, recuerda que los 20 o 40 migrantes que suelen permanecer en el Comi sólo buscan descansar, comer y seguir su camino o prolongan su estancia porque se enfrentaron a alguna violación a sus derechos, la denunciaron y esperan que el Instituto Nacional de Migración (INM) les otorgue su visa humanitaria.


Honduras, Salvador y Guatemala son los países que más exportan a los hombres y mujeres que llegan al Comi, que se fundó hace 15 años, como una respuesta al incremento del flujo migratorio que propició la globalización y la violencia.


Quienes logran quedarse en México eligen sobre todo ciudades como Tijuana, Monterrey o Guadalajara, si acaso 20 por ciento se queda en Oaxaca, ya que la oferta laboral es limitada en el campo o la albañilería, principalmente.


Aún con las limitantes que existen en Oaxaca, “no podemos comparar con la violencia que viven en su país, se sienten más seguros, sobre todo los jóvenes que no quieren ser atrapados por la mara (las pandillas) o el crimen organizado”.


El problema, advirtió, es que se trata al migrante “como un delincuente, nos quejamos de lo que pasa en la frontera norte, pero no vemos lo que hacemos en el sur”.


El paso de la caravana de migrantes por el territorio oaxaqueño, opinó el presbítero Fernando Cruz, nos debería obligar a verles como personas y tratarlos como humanos que buscan mejorar su vida y la de su familia, pero lo que han encontrado es represión.

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