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Mimosas, una plegaria al mundo: Oliver Laxe

Foto(s): Cortesía
Carina Pérez García

Luego de un largo recorrido por festivales Mimosas, película de Oliver Laxe, inaugurará la programación de OaxacaCine que recibe la edición siete del Festival Internacional de Cine de la Universidad Nacional Autónoma de México (FICUNAM). Esta noche, el cineasta presentará este filme y, a finales de esta semana, impartirá un taller en el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca.


La película que versa sobre una caravana que escolta a su viejo Sheikh hacia la muerte a través del Atlas Marroquí, su último deseo es ser enterrado con sus seres queridos, pero la muerte no espera. El séquito, temeroso del paso en la montaña, se niega a continuar cargando el cadáver. Ahmed y Said, dos temerarios que acompañan la caravana, prometen llevar el cuerpo a su destino, pero el camino pondrá a prueba su espíritu.


En entrevista vía telefónica, Oliver Laxe comparte su visión sobre el cine y cómo construyó su segunda película rodada en Marruecos. También habla de la fe, de lo inefable, de su creencia en el mundo, de su aprendizaje y de la transformación.




Rodada en Marruecos, en las montañas del Atlas y el desierto, la nueva película de Oliver Laxe llega hoy al Alcalá.

¿Cuál fue la premisa que te llevó a escribir el guión de Mimosas?


Tenía ganas de hacer una película de género y de aventura, me gustan las que veíamos en la tele de pequeños, al mismo tiempo me gustan las películas que son relatos épicos, pero con este tipo de personajes que se transforman en su interior.


Me apetecía mucho filmar una película alrededor de la mística, de sijismo y filmar a ciertos amigos que tengo en Marruecos y que conozco desde hace años, tanto amigos como también a las montañas del Atlas y el desierto. Digamos que esto es una relación de intenciones.


¿Cómo decidiste dónde ambientar la película, tus locaciones?


Yo he vivido cuatro años en un palmeral, en el epicentro de la zona donde hemos filmado, entonces he localizado cada centímetro de las montañas del Atlas. Llevo 10 años viviendo en Marruecos y conozco cada espacio y a las personas con las que he rodado.


Durante la escritura del guión me pregunté qué es lo que me conmueve de cada uno de personajes sobre los que escribí. Uno de los principales tiene una inocencia particular que intento reflejar en la película, es una especie de idiota sabio; otro de los personajes principales es un escéptico y a quien elegí para interpretarlo también es escéptico.


Escribí el guión conociendo en qué sitios íbamos a filmar, lo trabajé un poco al revés, primero elegí a las personas y a los espacios, luego desarrollé a los personajes.


La película mantiene un tono espiritual ¿cómo llegaste a ese punto?


Los procesos de secularización y la deriva mercantilista han hecho que cada vez los contenidos artísticos tengan menos vibración, menos relación con el mundo trascendente. Para mí el cine debe tener una parte de misterio, una relación con él.


De manera involuntaria, indirecta e inconsciente es un poco lo que busca el artista o cineasta: cómo capturar en imágenes lo inefable, el misterio del mundo, lo trascendente y es a lo que intento dar respuesta.


Mimosas habla de la fe, la geometría de las imágenes de alguna manera son una especie de reto o veneración, esa es la intención, a mí me gusta venerar -creo que es importante- me gusta la creación, el mundo, por lo tanto como cineasta decido venerar el mundo, hacer una plegaria.


¿Qué retos representó la filmación?


Varios contratiempos, fuimos a sitios donde nunca se había filmado antes, tuvimos que viajar en mulas, crear campamentos en las montañas, eso de alguna manera nos excitaba. Sabemos que una de las leyes de mundo es que hay que merecer las cosas: 'si no peregrinas no hay premio'.


La película es sobre una caravana que atraviesa las montañas y que se pierde, sobre gente que dice que conoce el camino, pero sigue su intuición, o gente que cree que no conoce el camino, pero en realidad sí lo conoce. De alguna manera detrás de la cámara sabía que ahí tenía que ir esa verdad.


En la película hay dos caravanas: sobre la que filmamos y la propia caravana del equipo. Fue algo épico y difícil de filmar, complicado, porque fue en poco tiempo, pero me gustan los retos así. Creo que si no duele no hay verdad, no hay transformación y no hay luz.


Impartirás en Oaxaca el taller Mimosas Insha’Allah! El cine como creencia, ¿qué compartirás con los participantes?


Hablaré de cómo mi proceso creativo, el cual está ligado al proceso de vida existencial y a las diferentes decisiones que he tomado a lo largo de mi vida para hacer mis películas y cómo el cine para mí es una herramienta para crecer.


Con la proyección de Mimosas arranca el ciclo itinerante de FICUNAM en Oaxaca ¿qué te representa inaugurar este programa?


Tengo miedo de ir a Oaxaca, tengo la impresión de que este sitio es como un templo y a mí me gustan mucho los templos. Todo el mundo me dice que es maravilloso. La última vez que tuve una sensación familiar fue cuando me fui de vacaciones a Marruecos y ya llevo 10 años viviendo ahí.


Mimosas fue la película ganadora del Gran Premio de la Semana de la Crítica de Cannes, con la que Oliver Laxe se convirtió en el tercer español en conseguir este galardón, se alzó también con un Premio Especial del Jurado y con otro premio al Mejor Sonido y Montaje, en el Festival de Cine de Sevilla, hoy compartirá con el público de Oaxaca su película.

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