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El deporte, una forma de vida

Foto(s): Cortesía
Redacción

Con 56 años de edad y el estar practicando una disciplina deportiva, a Lucía Peña Moguel le ha servido para mantener su buen estado de salud.


Quizá para muchos es normal el practicar una disciplina deportiva, pero para la señora Luisa Peña es una forma de vida, que le ha dado muchos beneficios tanto de salud como familiar.


El deporte le ha ayudado a mantener una familia unida, con estrecha relación que ha solidificado y hecho una armónica convivencia entre quienes conforman el núcleo de la familia Mayoral Peña.


Los fines de semana se convierten para esta familia en todo un rito deportivo; desde muy temprano se levanta Peña Moguel prepara el desayuno, la maleta donde guarda todos los implementos a utilizar en encuentro a efectuarse en el complejo deportivo El Barrio. Shot, playera, medias, espinilleras, tenis, cremas de precalentamiento, cremas solares, etc, etc.


Cuida cada detalle, que no falte nada; en tanto su esposo el contador Eloy Mayoral revisa las credenciales, los balones, que estén en condiciones, así termina el riutal previo al compromiso deportivo que más que una competencia la familia, lo toma como parte de una convivencia familiar donde se juntan nietos hijas, hijos, nueras, y hermanas. Ahora ¡todos a jugar, ha llegado la hora!.


En el entorno familiar sobresale la señora Lucía, quien tras los años, que no pasan en balde, y el descuido personal, luce robusta, pero ello no le limita a hacer lo que le gusta, y sobre todo, practicar el futbol al lado de sus seres queridos.


Para la señora Lucía, el deporte ha sido muy importante en su vida, al señalar que ello significa la vida misma, a la vez recalcó el no dejarla de practicar esté como esté, ya que le ha ayudado a desahogarse y a mantenerse física y mentalmente bien.


“Hoy que estoy luchando contra la obesidad, que ha sido mi talón de aquiles, he podido, si no ha bajar sustancialmente de peso, sí a mantenerme sin problemas de enfermedades crónicas como la diabetes, cardiovasculares y otras tantas más que nos aquejan hoy en día.


“Me siento afortunada, a mis 56 años y con mi sobre peso, sigo haciendo lo que me gusta. Me ha servido para inculcarles a mis nietos, sobrinos e hijos a practicar una disciplina que los va ayudar a forjar las bases de un crecimiento sano”, expuso la experimentada deportista y ama de casa.


A la vez señaló que el deporte le ha ayudado a convivir de mejor manera con la familia, y sobre todo, haciéndolo con una sana diversión, siendo ello una de las mejores maneras de expulsar el estrés acumulado en toda la semana,


Actualmente Lucía da gracias a Dios por permitirle seguir haciendo deporte practicando el futbol rápido al lado de sus dos hijas y bajo la dirección de su esposo.


Se ha dado cuenta que el reunirse con la familia es complicado, pues cada uno tiene distintas actividades que cubrir, pero ahora el deporte ha sido una forma de reunión sin ecepción ni excusa.


“El deporte es un motivo de integración familiar, por lo que considero al deporte como una gran bendición que llegó a nuestro entorno, pues se convirtió en un punto neurálgico al estrechar aún más los lazos fraternales”, repuso la activa deportista.


Sin titubear expresa que ahora ya siente que le pesan los años, máxime cuando les toca enfrentar a jovencitas que por su edad y rapidez le hacen ver mal en la cancha, sin embargo, sigue, pues su único fin de divertirnos y practicarlo, y este lo dejaré hasta que las piernas ya no me respondan.


“Se de mis limitaciones, pero también quiero ser una motivación para mis compañeras de equipo a que den el extra, pues reconozco que ya no debo estar en la cancha, pues ya no doy una, y ello les hace esforzarse más para suplir mis carencias físicas.


“Lo que intentamos es no discutir y no pelear, pues se busca la convivencia antes que la competencia, sin embargo, la juventud siempre buscará primero la competencia antes que la convivencia, y ello muchas de las veces te lleva al fracaso en tus objetivos trazados.


Uno de los grandes triunfos que ha visto Lucía, es la integración de su nuera al equipo, pues en su vida había practicado una disciplina deportiva, y hoy se da cuenta de la importancia y lo bello que es el deporte.


En la vida, dijo, todo es conjunción y si no se logra ello, simplemente será mucho más difícil conseguir objetivos, pues para conseguir algo, primero se tiene qué convivir, al referir que la convivencia es parte del éxito personal o grupal.


Para finalizar Peña sentenció: “Hoy puedo calificar que uno de los más brutales cánceres que nos están atacando es la tecnología, siendo ello un factor que ahuyenta a las nuevas generaciones del ejercicio y las envuelve en una de las peores epidemias de la cual la juventud está contagiándose que es el sedentarismo, que incuba los males cardiacos, la diabetes, la tiroides, la obesidad, y otras tantas enfermedades que se contraen ante la falta de ejercicio”.

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