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¿La fosa verde de Río 2016 olía mal?

Foto(s): Cortesía
Redacción

Después de que los organizadores de Río 2016 minimizaron el hecho de que el agua de la fosa de clavados adquiriera una tonalidad verde, resulta que en realidad sí se trata de un asunto relevante, al punto de que la cerraron hoy.


Y es que la piscina está resultando un dolor de cabeza para quienes dijeron que las algas eran las causantes del tono, pero que no representaba peligro para los deportistas, pues el mal olor reportado por los atletas, es un foco de alerta de posibles infecciones que temen contraer.


El clavadista alemán Stephan Feck publicó en Facebook una fotografía en la que aparece tapándose la nariz en señal de desagrado por el aroma del agua, específicamente colocó: “El momento en que quieres entrenarte un poco y la piscina está cerrada. Todo huele como si alguien se hubiera echado gases”.



 


También Tom Daley informó a sus 2.57 millones de seguidores en Twitter que la alberca permanecía cerrada, pero que esperaba realizar ciertas actividades en ella, a lo que los organizadores de Río 2016 le contestaron por el mismo medio que no podría, pues requieren que el agua esté quieta para que su tonalidad azul regrese.


El vocero Philip Wilinson dijo que:


Confirmamos que el entrenamiento de clavados en la alberca del Centro Acuático Maria Lenk fue cancelado esta mañana. La razón es que el agua debe mantenerse quieta para que la alberca pueda regresar a su color azul lo más pronto posible



Por si fuera poco, el la alberca adjunta tampoco es un foco positivo, pues algunos atletas reportan que tiene demasiado cloro, lo que les causa mareos e irritabilidad en los ojos. Tony Azevedo, capitán del equipo estadounidense de polo, declaró que apenas podía abrir los ojos debido a la cantidad de cloro que tenía el objetivo de evitar que también se pusiera verde, según comentó al Washington Post.



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