"La vida es sueño", escrita por Pedro Calderón de la Barca en 1635, para una obra de teatro del género dramático, fue una lectura que me motivó a la introspección.
Los diálogos metafóricos de la trama permiten hacer distintas acepciones o interpretar y dar una explicación desde la subjetividad del lector; por ejemplo, la apreciación que me dejó, es que gran parte de la vida parece transcurrir como una ilusión. Es decir, sin darnos cuenta vamos en el día a día tomando desde nuestros deseos o intereses, los caminos para formarnos una realidad particular, que es posible, nada tenga que ver con la de las otras personas, aún muy cercanas, con quienes interactuamos.
Por el contexto y época en que fue escrita, observo que plantea situaciones universales en el ser humano que están vigentes, pues me hizo pensar sobre el significado que cada persona le da a su vida. Con frecuencia, nuestros pensamientos oscilan en atraer imágenes o sentimientos agradables y otras veces en los que provocan sufrimiento. Existen individuos que durante su vida consumen más energía en los primeros y en otros los ocupan mayormente sus pesares (como el enojo, tristeza, o la nostalgia), aunque en algunos suelen presentarlo por intervalos.
Semejante fenómeno también es que haya quienes se dirijan más hacia la acción y gran parte de personas se estacionan en el pensar repetitivo sin encontrar alguna solución a sus preocupaciones.
Si alguien desea leer la obra completa o algunos fragmentos de ésta, tal vez se quede pensando para sí mismo(a) cómo percibe su vivir.
Aquí, la parte final del primer acto del soliloquio de Segismundo, el protagonista de la obra; cuando él piensa en la vida y en su suerte, que a la letra dice:
Yo sueño que estoy aquí
destas prisiones cargado,
y soñé que en otro estado
más lisonjero me vi.
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño;
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.
Por lo tanto, la historia nos ofrece aportaciones considerables, puede ser una de ellas el que hay una tendencia en los seres humanos de estar en constante búsqueda de un sentido o dirección definida a su vida, desde cómo imagina que son las cosas, teniendo a su vez como punto de partida solamente su experiencia y entonces tener un estándar para posicionarse ante las múltiples situaciones que enfrenta. Por eso, posiblemente son pocas las personas que construyen sus metas con claridad para lograr realizar sus deseos que le deparen satisfacción.
