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El papá del rosa mexicano

Foto(s): Cortesía
Agencia Reforma

CIUDAD DE MÉXICO.- Dar clases le mantiene activo en una zona de la Ciudad que huele a tinta, impresiones de camisetas, mantas y carteles. Es Ramón Valdiosera, ese genio veracruzano que en 1949 presentó en Nueva York el vibrante color que de ahí en adelante sería conocido como rosa mexicano.
Padre de siete hijos, ilustrador de cuentos populares, maestro de artes visuales, diseñador de modas y vecino de la Colonia Algarín, es además fundador de la Academia de Arte Secuencial, una escuela con un pasillo estrecho tapizado de imágenes del México prehispánico.
"Si regresara el tiempo, dedicaría mi juventud a capacitar a creativos que abrieran fábricas internacionales", asegura en entrevista este artista, quien, fresco a sus 98 y con una gran trayectoria detrás, se sigue describiendo como un "mocoso". 
Inspirar a sus alumnos, realizar historietas, reproducir los trazos de la arquitectura precolombina, recrear deidades milenarias y proyectar siluetas con trajes regionales de la República son algunas de las actividades que más disfruta hoy.
Orgullo nacional
Hijo de un militante villista, allegado de artistas y celebridades, y apuesta del entonces presidente Miguel Alemán, Ramón empleó su carisma, talento y profundo amor por México para convertirse en promotor férreo de la cultura y la moda nacional durante los años 50.
Prueba de ello son las imágenes de bellas mujeres vistiendo sus diseños, que reflejan con orgullo las raíces indígenas y los trazos autóctonos que forman la identidad del País.
A esto se suman logros como el vestuario de "Tizoc" -filme ganador del Globo de Oro en 1957- así como dos Arieles por documentales de su autoría. Y en cuanto a anécdotas, podrían ocupar un volumen entero
"Agustín Lara recién casado me invitó a su casa y me dijo: 'Ramón, hazle unos vestidos a esta fiera'. A María Félix no le gustaron, pero a Dolores del Río sí", recuerda.
Fundador de su propia firma, Maya de México, se convirtió en el favorito de las damas más elegantes del País, con piezas que, de la avenida Juárez, llegaron hasta Beverly Hills y la Gran Manzana en desfiles del color de las bugambilias.
"México es mi todo. Y el rosa es identidad, nos define en nuestro carácter, alegre y soñador", afirma.
Fue en el hotel Waldorf Astoria de Nueva York donde se dio a conocer entre la élite internacional con ese inconfundible 'mexican pink', que alcanza a iluminar todo, menos un último comentario.
"La moda nacional no tiene el esplendor que se merece. Siento que en mi caso tuve la onza de oro y no encontré cambio. Fuera del momento que viví, a ningún gobierno le ha interesado proyectar una moda con personalidad. Y hoy, todas quieren vestir iguales", dice.
LA FRASE
"Da pena ver que que hoy no hay diseñadores de calzado ni de telas. Da vergüenza ver a los que compran telas y ropa en París o Nueva York y le dicen a la muestrista de sus fábricas: '¡copia ésto!'"
Ramón Valdiosera

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