La decoración del templo de Santo Domingo de Guzmán es uno de los ejemplos más sobresalientes del barroco mexicano. El retablo mayor de este recinto es uno de los mas esplendorosos, y dado que el retablo es la máxima y más imponente expresión de la escultura colonial resulta un marco idóneo para venerar las imágenes sagradas.
El tamaño e importancia de cada retablo ha sido una colaboración de diversos artistas: proyectistas, ensambladores, doradores, estofadores, escultores y pintores. Los primeros son los responsable de la hechura del propio retablo con sus ornamentos tallados, los segundos: los responsables de hacer las estatuas de bulto redondo o relieve y la representación de las imágenes divinas.
Así lo señala Fátima Halcón, en su introducción al capítulo La Escultura de los retablos del barroco, del libro Historia del Arte de Oaxaca, Colonia y Siglo XIX. La autora recuerda que en la ciudad de Oaxaca los dominicos tuvieron dos conventos: el primero dedicado a San Pablo, rescatado actualmente y sede del Centro Cultural San Pablo, que en su tiempo fue un importante centro de enseñanza donde se impartieron clases de teología, arte y gramática latina.
El otro, dedicado a Santo Domingo de Guzmán, edificado en los 24 solares que les concedió el municipio en 1550 en las afueras de la ciudad, considerado la obra arquitectónica más importante de Oaxaca. Desde ahí se expandió la doctrina cristiana y se convirtió en un destacado centro cultural.
Santo Domingo de Guzmán
"Su edificación sufrió daños por los terremotos y retrasos por ciertas dificultades surgidas en el cabildo, terminándose en 1666. La exuberancia de la decoración no es comparable con ninguna iglesia oaxaqueña: la ornamentación está incorporada a la propia arquitectura y en sus retablos trabajaron los mejores artistas locales y foráneos, constituyéndose uno de los ejemplos más importantes del barroco novohispano".
Fátima Halcón señala que las primeras noticias sobre su retablo original nos las da el padre Burgoa y cita: <<el retablo es de la medida de todo el ancho y alto de la capilla, en tanta proporción del vacío, que no sólo le hace lleno, sino que lo es de tanta perfección el pincel como el arte de escultura y ensamblaje>>.
Afirma que nada se sabe de su traza, pero sí de las pinturas realizadas por el pintor Sevillano Andrés de Concha llegado a Nueva España en 1568, tras firmar un contrato en su ciudad natal con el encomendero de Yanhuitlán, aparece en Oaxaca en 1570 recibiendo el pago por la fábrica del retablo mayor de la catedral.
"Tras pasar a México, donde realizó los retablos para la antigua iglesia de Santo Domingo, la vieja catedral de México y la iglesia franciscana de Huejotzingo, volvió a Oaxaca donde trabajó en Yanhuitlán, Coixtlahuaca, Tamazulapan y Achiutla entre 1576 y 1578. El retablo del templo de Santo Domingo de Oaxaca se colocó en 1612 y fue sustituido por otro en 1681, aunque se conservaron las pinturas y algunas de las estatuas originales. Consta de tres cuerpos con su banco, cinco calles y el remate. Su disposición recuerda el retablo de Yanhuitlán, tomado como modelo a principios de este siglo".
Esplendor y belleza
La especialista describe que dentro de una exuberancia ornamental de columnas salomónicas, cornisas y chambranas, se disponen seis pinturas de nueve esculturas: En la calle central y presidiendo el retablo se hallan: la escultura a Santo Domingo de Guzmán -fundador de la orden y a cuya advocación está dedicado el templo- San Francisco de Asís y la Virgen del Rosario.
En las calles laterales se hallan imágenes de San Pedro y San Pablo, colocadas en el primer cuerpo; Santo Tomás de Aquino y San Alberto Magno, en el segundo, y Santa Teresa de Jesús y San Inés de Montepolisiano en el tercero.
"La influencia de los talleres andaluces de imaginería está latente en la calidad y la belleza de estas imágenes, donde se observa la maestría con que supieron aplicar estas enseñanzas en territorios novohispanos".
Escribe que en el siglo XVIII se le encargó a Diego Núñez, maestro ensamblador, la hechura de tres retablos nuevos para el templo. El mayor de ellos dedicado a la Virgen de los Dolores, iba situado en el testero de la capilla, izquierda del crucero de la iglesia. La magnitud de este retablo se manifiesta en el contrato del mismo; se trataba de un retablo de cinco calles y tres cuerpos, de forma que el último cuerpo fuera circular rellenando el círculo de la bóveda del templo y ocupando, por lo tanto, todo el testero del crucero.
La calle central estaría presidida por el sagrario sobre el que se situaba la imagen de la virgen de los Dolores. Los otros dos retablos, dedicados a la Virgen del Rosario y a San Juan Nepomuceno respectivamente, iban unidos al retablo principal "haciendo sesgo al triángulo" y ocupaban los costados de la capilla.
En la serie de tres libros de arte que dan a conocer la riqueza humana y artística de Oaxaca a lo largo de su historia, se da cuenta de que estos retablos en su anchura rellenaban el testero hasta los pilastrones sobre los que cargaban los arcos de las bóvedas y de alto llegaban hasta el arranque de las mismas, se componían de dos cuerpos y llevaban en las cornisas y columnas unos adornos siguiendo las directrices del retablo de la Virgen de Dolores.
En los tres colaterales se alternaban lienzos con imágenes de bulto redondo; la particularidad más notable en el contrato que se refiere a la forma de tallar la madera, porque especifica que debe ser "la talla y corsetería más crespo y realzada" que la del retablo mayor de la capilla de la Virgen del Rosario.
La autora de este capítulo se pregunta si es que los dominicos no quedaron satisfechos con el nuevo retablo encargado para la capilla de la Virgen del Rosario, o si querían conseguir un efecto aún más espectacular dentro del propio templo dominico.
"Si el retablo mayor deslumbra por su esplendor y belleza, la decoración de yeserías, esculturas y pinturas de la nave central del templo es un alarde de destreza artística en cuanto a ornamentación barroca. Bóvedas y muros están repletos de adornos que son el mejor ejemplo de horror vacui de toda la arquitectura oaxaqueña. Siguiendo un particular programa iconográfico comienza el ornato por el sotocorro, donde se encuentra un inmenso árbol genealógico de la familia de Guzmán que, partiendo de la entrada, se ramifica al interior del templo".
A través del tiempo:
* 1570 fue el año en que la construcción del conjunto que hoy se conoce como ex-Convento de Santo Domingo y templo de Santo Domingo de Guzmán.
* Fue inaugurado en 1608 aún sin terminar ante la imperiosa necesidad por ocuparlo de los dominicos, afectados por los sismos consecutivos los años de 1603, 1604 y 1608 que arruinaron su primera casa (San Pablo, hoy Centro Cultural San Pablo).
*El retablo mayor fue colocado en 1612.
* El convento, y la huerta, se terminaron en 1619.
* Con la expedición de las Leyes de Reforma, en 1859, el convento se convirtió en cuartel de 1862 hasta fines de ese siglo.En este periodo, sus ocupantes produjeron daños a los retablos, sillerías y estructuras.
*El templo permaneció clausurado de 1860 a 1901 y sólo la capilla del Rosario fue abierta nuevamente al culto en 1898.
*Después de 1901 se reiniciaron trabajos de restauración que comprendieron, entre otras cosas, la erección de nuevos altares(el estilo morisco) y la conclusión del árbol genealógico de la familia Guzmán.
*El inmueble fue declarado monumento histórico el 30 de marzo de 1933.
*Los retablos principales del templo y de la capilla del Rosario se restauraron entre los años 1956 a 1959.
El dato: El ebanista Emilio Bourguet hizo el retablo mayor del templo de Santo Domingo de Guzmán, el tallador fue Jesús García, tiene pinturas de diversos autores, de principios del siglo XX.
Lo que debes saber:
Lo que actualmente admiramos es una restauración realizada a principios del siglo, pero en su momento ese conjunto significó la máxima expresión del barroco novohispano. Aún se conservan algunas pinturas y estatuas originales. La reconstrucción está basada en el retablo del siglo XVI de Yanhuitlán.
