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La princesa del maíz llega a La mesita

Foto(s): Cortesía
Carina Pérez García

San Pablo Etla.- La diosa del maíz ahora divisa el valle eteco desde La mesita, el Centro de Conservación y Educación Ecológica creado por los habitantes de esta comunidad, situada a 25 minutos de la ciudad. Autoría de los artesanos José García Antonio y Reyna Teresita Mendoza Sánchez, esta escultura de barro es una alegoría al verano y al tiempo de cosecha.


En los lindes de una reserva natural de más de tres mil hectáreas, prueba del trabajo de 12 años dedicados al rescate de terrenos y mantos acuíferos degradados - mediante varias técnica de conservación- La mesita integró a su colección creativa de esculturas una pieza más.


En la entrada a esta reserva natural se puede observar una princesa de barro, creación de una pareja sui géneris en el ámbito artesanal. Los alfareros José y Teresita, originarios de San Antonino Castillo Velasco, presentaron esta escultura creada ex profeso para la zona, que ha enfocado su visión en la relación entre el arte y la naturaleza.




​ Los gentiles fue la primera, está hecha con cimbras de las estatuas de concreto que ella hacía en otros lugares, lo cubrieron con lámina, se pintó naturalmente, es la puerta a La mesita, los gentiles de acuerdo con la layenda del pueblo son gente muy grande. FOTO: Carina Pérez García

Jaime Austin, profesor de la Universidad de Harvard y colaborador del Comisariado de Bienes Comunales de San Pablo Etla, comparte mientras sube hacia donde será presentada esta escultura, que La mesita destaca porque en los recorridos que haga el visitante, este podrá encontrar a su paso obras de arte.


Además de estas piezas, el paseante puede interactuar con una colección de obras arquitectónicas resultado del Taller Aplicado de Arquitectura, RAW por sus siglas en inglés: Real Architecture Workshop, que una vez al año construyen un diseño funcional y original.


El tacto que modela lo que los ojos no ven




Los autores de la escultura, doña Teresita y don José, originarios de San Antonino Castillo Velasco. FOTO: Carina Pérez García

Don José García Antonio, tomado de la mano de su esposa, camina entre una vereda para llegar a donde está la escultura. El alfarero perdió la vista a los 55 años, pero asegura que no perdió la vida, así que continúa su trabajo al lado de su compañera, Reyna Teresita Mendoza Sánchez.


Al llegar al pie de La princesa del maíz pregunta la hora y comparte con los asistentes su historia de vida. En su taller de San Antonino Castillo Velasco sigue moldeando sus creaciones, con su esposa, sus hijos y nietos, a quienes, cuenta, heredó su oficio.


"Aquí tenemos una muestra de lo que puedo hacer, esta escultura que ahora forma parte de este sitio es tan solo una e todas las que he hecho a lo largo de mi vida. Nos gusta trabajar, somos una familia que está trabajando para poder vivir y eso hermoso, no nos dimos por vencidos, acabados o derrotados después de que me quedé ciego".




Otra escultura que divisa las espectaculares vistas del valle es La madre naturaleza. FOTO: Carina Pérez García

Don José García dibuja a la mujer oaxaqueña en el barro, dice. En su obra conserva la forma de cómo fue la gente de antes lo cual lo hace identificarse como ahora es, se considera, gracias a su trabajo, parte de la raza oaxaqueña.


Su esposa se manifiesta contenta y agradecida, de que nada haya terminado cuando don José perdió la vista y lo admira por la manera en la que se sobrepuso a este evento. Él nunca se dio por vencido y siguió adelante, por eso lo considera su maestro.


La escultura La princesa del maíz mide aproximadamente un metro con 20 centímetros, está cocida a 900 grados centígrados en horno tradicional y, en su elaboración, don José y Teresita se llevaron una semana. Ahora, la obra de los alfareros oaxaqueños forma parte de esta colección de La Mesita, un sitio sin igual en el la combinación de arte y naturaleza.

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