CIUDAD DE MÉXICO.- Tacita Dean conocía México a través de sus colegas artistas, Gabriel Orozco, Damián Ortega y Mario García Torres. Para ella, es notorio que el punto en común es la temporalidad y lo efímero.
Al llegar al País, a reconocer el terreno para la exposición que lleva su nombre, fue al Museo Nacional de Antropología y a Teotihuacán para comprobar su primera impresión, pero también para encontrar elementos nuevos, como la importancia de lo cotidiano y el predominio de la esfera.
"Para mí, es la memoria y el rescate, eso es lo que pienso que mejor representa al arte mexicano de mis colegas y cómo me gusta esta cultura por eso, y por el énfasis que ponen en los pequeños detalles y en lo cotidiano", dijo en rueda de prensa.
Mientras estaba sentada bajo la sombra de un árbol esperando a que su esposo y su hijo subieran la Pirámide del Sol, se topó con una hormiga escalando una piedra. Le tomó fotos para hablar de otro cosmos teotihuacano, el microcosmos. De ahí salió la serie "Ant-Teotihuacán".
También intervino una fotografía monumental del Árbol de la Vida de la Isla de Mezcala, en Chapala, hasta convertirla en una especie de objeto escultórico, dijo.
Dean, nacida en Canterbury, en 1965, ganó fama por ser parte de la generación de los Young British Artists, junto con Damien Hirst, Tracey Emin, Jake y Dinos Chapman, pero rápidamente se alejó del lenguaje de sus contemporáneos.
La artista utiliza diferentes soportes, que van desde un pizarrón, la fotografía, el celuloide, o tréboles, piedras, sal, que suelen tener una característica: son frágiles y efímeros.
"Parece que no soy buena para hacer obras que perduren", bromeó al respecto durante el encuentro con la prensa en el Museo Tamayo, donde mañana abre su exposición.
En la muestra hay una buena cantidad de dibujos al gis, hechos sobre pizarra, como "Cúmulo", de gran tamaño, que con un pequeño descuido podría borrarse en un segundo.
También hay una colección de la serie sobre nubes, que realizó a partir de 2014, después de residir en Los Ángeles por un tiempo, en donde el protagonismo de las nubes le llamó poderosamente la atención.
Dean explicó que el uso del gis fue por una cuestión práctica. Era lo que tenía a la mano en los salones de clase de la escuela de arte.
En total, son casi 100 piezas que muestran el interés que la artista tiene por el tiempo y todos los conceptos alrededor de él. Además, hay objetos de sus colecciones personales, algunos que ha coleccionado desde niña, como las hojas de tréboles.
Por la importancia que tiene la película para ella, se exhibe un conjunto de ejercicios en 8 y 16 milímetros, algunos realizados en los 80 y otros recientemente.
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La exposición permanecerá hasta el 12 de marzo de 2017.
