CIUDAD DE MÉXICO.- A sus 77 años, Héctor Bonilla es un rebelde con causa. Ha sido actor, director, productor, sindicalista disidente, casi abogado y compositor; ahora es candidato a la Asamblea Constituyente de la Ciudad de México. Pero la suya no es una candidatura de farándula, sino la consecuencia de años de alzar la voz y, como él mismo reconoce, meterse en problemas por defender sus ideales.
¿No le preocupa ser parte de un juego, de una simulación, si entra a la Asamblea Constituyente?
De ninguna manera lo voy a permitir. La última vez que me ofrecieron una candidatura, para delegado en Coyoacán, le dije a Marcelo Ebrard: "Mira, si me siento en el despacho, voy a tener que correr como a 200 personas, porque no pienso mantener a una bola que no trabajan".
¿De dónde le viene lo rebelde?
Soy el último de los seis hijos de un gigante.
¿Cómo que un gigante?
Mi padre fue uno de los 12 hijos de un zapatero remendón en Tetela de Ocampo, Puebla. Se escapó de su casa a los 16 años, llegó descalzo a esta ciudad e hizo tres carreras. Mi padre, Rodolfo Alfredo Bonilla Cortés, fundó la normal rural de Ayotzinapa.
¿La de Guerrero?
Sí, tuvo que renunciar por broncas de la política mexicana que es una basura desde siempre. Por eso se llama Isidro Burgos y no Rodolfo Bonilla. Después, en la colonia Santa Julia lo vi trabajar como médico homeópata de 7 a 2 y de 4 a 10 y dar consulta gratis todos los días, incluido el domingo. Nunca lo vi tomar vacaciones. Ese es el ejemplo de mi padre, así que más me valía hacer algo.
¿Todavía cree en los partidos políticos?
No, tengo un grave problema con la clase política. Están contaminados todos.
¿Por qué jugársela con uno?
Creo que Morena es el menos contaminado. Tal vez porque es nuevo.
Pero sus dirigentes son los mismos de siempre.
Pero de alguna manera es gente más espulgada que el PRD. Yo no coincido con Javier Sicilia, a pesar de lo que lo respeto, porque en este caso creo que debemos ir a la praxis no a la utopía, tenemos que reconstruir el país.
¿Se puede?
Me parece que sí. Quisiera que en 2018, por primera vez, estuviera sentada la izquierda en la Presidencia. Porque con ellos hay más chance de platicar y de pelearse con ellos. Ya vimos que con estos cabrones del PRI no se puede y ya vimos el fracaso de dos sexenios panistas
¿La izquierda es la opción?
No se trata, de ninguna manera, de ser incondicional de nadie. Se trata de poder establecer un diálogo y quitar las barreras.
¿Qué le reclamaría a López Obrador?
Dos cosas fundamentales: una, ¿por qué no corrió a Bejarano cuando el escándalo de las ligas? ¡Pa' fuera, ladrón! Y la segunda: la toma de Reforma. Me parece, primero, un error garrafal estratégicamente hablando; y, segundo, una pendejada monumental no darse cuenta de que los damnificados eran los ciudadanos comunes, los que ninguna culpa tenían.
¿Y cree que lo escucharía?
Andrés Manuel es necio como un zapato, pero es un buen hombre. Es difícil que le haga caso a alguien, pero fuera de eso creo que es la mejor opción.
¿Qué libro le regalaría a Enrique Peña?
Es evidente que no va a leer ninguno.
¿De plano?
Pero te quiero decir algo respecto de las cosas desmesuradas que dice Kate del Castillo. Soy un hombre de izquierda, tengo muchas cosas que criticar, sobre todo del PRI, pero Enrique Peña Nieto, Miguel Osorio Chong y Luis Videgaray se levantan muy temprano y se acuestan muy noche para trabajar por el bien de México. ¡EL Chapo, no! Insisto: estoy en contra de muchas de sus políticas y sus componendas, pero están trabajado. Así que no me frieguen con que "El Chapo" -imita una voz chillona- es un santo, un pobre hombre. ¡No! El narco no puede existir sin la ley del más fuerte.
¿Usted jamás habría aceptado entrevistarse con El Chapo?
¡Pa' qué! Está inmerso en la ley del más fuerte, que es la aberración de la convivencia social.
Como hombre de izquierda, ¿volvería a votar por Mancera?
A pesar de que tiene muchas deferencias conmigo, yo no voy a votar por Miguel Ángel Mancera. No sé si finalmente llegue a postularse para el 18. A mí me llamó mucho la atención el hecho de que viniera, no de un partido, sino de la ciudadanía, asombrosamente con la votación más copiosa de la historia en su favor.
¿Lo decepcionó?
Más allá de que nos llevaría muchas horas discutir toda su gestión, el acercamiento al Presidente es lo que no me gusta.
¿No hace falta un teatro "Héctor Bonilla"?
¡No! Me han ofrecido dos veces ponerle mi nombre a un teatro, pero me niego.
¿Es usted un actor de método?
Yo uso el sistema de vivencia en el taller, en el ensayo, la cuarta pared es una mentira flagrante.
¿De verdad?
Absolutamente.
Cuando está en el escenario ¿usted sí ve al público, lo siente, lo vive?
Si no, uno no es actor. Te pongo un ejemplo: si yo estoy llorando profusamente y se apaga el reflector que tengo arriba, si no me muevo para la luz para seguir llorando y que me vea el público, ¡soy un pobre pendejo! Tienes que tener la conciencia de lo que está ocurriendo.
Entonces, usted sí se involucra con el público.
Por ejemplo, no es una regla pero pasa muy seguido: el público del domingo a las 5 de la tarde es un público lerdo. Va gente mayor, muchos llegan con un chicharrón y dos tequilas atravesados. Entonces, sin traicionar el acuerdo de la puesta en escena, el actor en ese momento debe hacer una función como para niños, en la que le subrayes y le hagas ver qué es lo importante de la obra. En contraparte, el público de sábado por la noche está más perceptivo y captan todo. Entonces, ¿cómo no va a haber relación entre el actor y el público?
¿Qué papel le falta hacer?
No es un papel. Cuando entramos a la escuela todos queremos hacer Hamlet. Pero si resulta que quien interpreta a Ofelia es débil, el director es un papanatas y la producción es una porquería, ¡más te vale no hacer Hamlet! No son los papeles, son los proyectos.
¿Piensa en la muerte?
¡Cómo no! Estoy muy consciente de que me voy a morir.
No todos lo asumen con tanta claridad.
Tuve maestros maravillosos que me orientaron a pensar. De niño fui muy religioso y en la Prepa dejé de serlo. Simplemente creo en el ser humano y cumplir con lo que debe ser.
¿Cumplir con quién?
Con uno mismo y con la sociedad, lo que me toca. Estoy muy decepcionado de los procesos religiosos, esencialmente contra el contraste de la religión católica con el boato de El Vaticano. No te puedo decir categóricamente que soy ateo. Hay dos preguntas que no puedo responder.
¿Cuáles?
Qué hubo antes del principio y qué habrá después del fin.
¿Le preocupan esas preguntas?
Evidentemente. No tengo respuesta, supongo que hay algo que determina el orden universal. Pero de de ahí a prender una veladora para que me hagan la tarea, ¡no!
¿Qué es lo que lo hace feliz?
La convivencia, en este orden: con la gente que amas, con la gente que quieres, con la gente que estimas y con la gente que respetas. Y si te gastas la vida de esta manera es la gloria.
¿Cuál quiere que sea su epitafio?
Le escribí una canción a mis hijos, que dice al final: "una caja de pino muy barata, y algo será de mí la hierba fresca que nutrirá mi pudrición sensata, en vez de pervivir momia grotesca. ¿Y el epitafio qué?, estarán pensado. Por favor, no una frase almibarada. Se acabó la función, no estén chingando, el que me vio me vio, no queda nada".
CINCO DATOS
1. Bonilla se define como “casi abogado”, sólo le faltó titularse en la Facultad de Derecho de la UNAM, misma que dejó por la carrera de actuación en el INBA.
2. Ha participado en 134 obras de teatro, más de 50 películas y un número
que él mismo no quiere recordar de telenovelas, porque, dice, las odia.
3. Ha rechazado tres candidaturas para diputado, dos para delegado y una para alcalde.
4. A finales de los 70, fue parte del movimiento disidente de la ANDA que formó el Sindicato de Actores Independientes.
5. Es autor de más de 30 canciones, una de ellas dedicada a Carmen Aristegui tras su despido de MVS.
