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Riqueza cultural y biodiversidad en Cuajimoloyas

Foto(s): Cortesía
Carina Pérez García

SAN ANTONIO CUAJIMOLOYAS, Oaxaca.- En una luminosa mañana de verano arrancaron los recorridos al bosque, así comenzó este año la búsqueda de hongos silvestres, actividad que ha cobrado interés en los últimos 16 años en Oaxaca. Gracias a la gran diversidad de especies del reino fungi que brotan con las primeras lluvias del año, en esta comunidad de la Sierra Norte, se ha creado una economía alrededor de este producto, del cual se aprovechan más de 50 especies comestibles.


A tres mil 200 metros sobre el nivel del mar, cada año se afianza un gran atractivo ecoturístico que además de haber creado una economía alrededor del mismo, refuerza su riqueza cultural, gastronómica y de especies endémicas. Rodeada de un paisaje boscoso, la comunidad de Cuajimoloyas ​cuenta con majestuosos escenarios naturales que le dan marco a esta celebración.


Este fin de semana fue de fiesta, la explanada municipal concentró un programa que incluyó conciertos, expo-venta de productos de la región serrana, recorridos a pie, exposiciones, talleres, conferencias y una representación de la Guelaguetza.


Su gran variedad de flora y fauna, así como la hospitalidad de sus habitantes hacen año con año a esta comunidad de los Pueblos Mancomunados un sitio imprescindible en la agenda de todo aventurero. Con mayor afluencia de turismo local y nacional, la 16 Feria Regional de los Hongos Silvestres atrajo, durante dos días consecutivos, a cerca de 600 personas.


La Oaxaca festiva y hospitalaria


Calidez y hospitalidad fueron las cualidades que más apreciaron los visitantes a este destino localizado a 56 kilómetros de la ciudad de Oaxaca, que cada verano, acoge a una gran cantidad de turistas entusiasmados en el proceso de recolección de hongos silvestres para vivir una experiencia diferente e interesante.


Así lo comparten, en entrevista, Ana Luisa Palma Vásquez, nutrióloga de 32 años y Alberto Santiago Paz, diseñador industrial de 42 años, quienes por primera vez decidieron visitar esta comunidad tras recomendación de una amiga. La pareja originaria de la Ciudad de México considera divertida e interesante a esta vivencia.


Tras realizar un recorrido de tres horas en el bosque, Ana Luisa y Alberto descansan de la caminata en el llano de Las Tarajeas, donde se concentran los visitantes para exhibir sobre pequeñas servilletas bordadas, paños o manteles, la variedad de especies que en equipo recolectaron en el bosque.


"Este viaje nos sirvió para despejarnos de la ciudad y parar un poco el ritmo vertiginoso de la capital del país". A pesar de que existe alerta en muchos turistas que pretenden viajar a Oaxaca, ellos no consideraron suspender este viaje, al contrario, vinieron porque una amiga de ellos les recomendó esta feria y ellos tenían ganas de conocer Cuajimoloyas.


"No creemos mucho en lo que dicen acerca de Oaxaca, sobre todo en la televisión. Tenemos familiares aquí y estamos en contacto. Para nosotros esta visita se trata de apoyar a las comunidades que defienden sus riquezas culturales y biológicas. Me gustaría pensar que a futuro este modelo siga funcionando y cuiden el entorno, que no se destruya con la llegada de tanta gente" apunta Alberto.


Mientras varios equipos siguen llegando a este llano, punto de reunión para una comida de campo, Alberto y Ana Luisa vacían sus canastas y colocan los hongos que recolectaron para que uno de los 14 micólogos cuente la cantidad de especies. Una hora más tarde un equipo se levanta victorioso, con un total de 225 especies, de las 400 que se encontraron este año.


Entre el trajín de organizar a los voluntarios de la comunidad que preparan y sirven la comida, lavan trastes y limpian la zona, el síndico municipal Rodolfo García, busca una caja de cartón para guardar las especies recolectadas por su equipo. Él, al igual que muchos de su comunidad, sirve a la misma en las tareas de esta feria.


Como guía explicó durante el recorrido cuáles son las especies comestibles y habló de las ventajas de esta actividad: "La realización de esta feria nos beneficia con la economía que se genera, lo que sacamos de este evento lo ocupamos en las necesidades del pueblo y trabajos para mejoras de la comunidad".


El primer día de actividades fue el sábado pasado y al llano de Las Tarajeas llegaron unas 250 personas, entre los que participaron en los recorridos y los que llegaron a observar la variedad de hongos. "Hemos llegado a recibir hasta 500 personas aquí, todo depende del año, ya la feria va creciendo".


Tras la recolección, conteo, separación y exhibición, los hongos se devuelven al bosque para que la semilla se conserve y garanticen su aparición el siguiente año. En Cuajimoloyas existen mil 500 especies y Rodolfo García adelanta que están por publicar un catálogo con la identificación de los hongos, entre comestibles, tóxicos y alucinógenos.


Al siguiente día, en la explanada municipal, la vendimia está a tope, las principales calles de la comunidad serrana ven llegar a los visitantes que abarrotan los puestos de comida que en un 80 por ciento ofrecen productos hechos a base de hongos.


Ahí, Esteban López Hernández, coordinador del Centro Ecoturístico Yaa Cuetzi habla de la importancia y trascendencia de la feria regional: "este año tenemos una afluencia de visitantes grata a pesar de todo lo que está pasando en Oaxaca. La gente se interesa en la recolección de hongos en su exhibición de variedades y en probar los platillos que se preparan con ellos".


Además de los platillos, en la feria hubo venta de otros productos de la región serrana, a la que acudieron productores de la Nevería, Latuvi, Llano Grande y Benito Juárez, de los Pueblos Mancomunados, así como de Ixtlán, el sector Cajonos y hasta los Valles Centrales, que llegaron con nieves y dulces regionales.


En el centro de la comunidad ubicado en medio de espectaculares formaciones rocosas y encantadoras veredas flanqueadas por hileras de imponentes plantas de maguey, habla doña María Bautista Santiago, del comedor La montaña. En esta ocasión participó en la feria vendiendo cuatro variedades de hongos, por kilo, tamales de amarillo de hongos, chichilo de hongos, chiles rellenos de hongos, duraznos, capulín y ciruelas, toda su producción de la semana.


En canastas de mimbre presentó especies como: trompeta, japonés, boletus edulis, colifror y amanita, para su venta por kilo, así como tamales, chiles rellenos de hongos, chichilo, amarillo espesado con papa y hongos en escabeche. El kilo de hongos va de los $120 a los $350 el kilo, dependiendo de la variedad.


En un ambiente festivo, lleno de olores y colores, el consumo local fue el aderezo y el platillo fuerte la variedad de hongos silvestres, que año con año atraen a propios y extraños a una celebración sui géneris en plena Sierra Norte, a menos de hora y media de la ciudad.


Numeralia


600 visitantes


400 especies recolectadas este año


225 especies de hongos, la canasta más diversa


250 personas recolectaron hongos


50 especies comestibles


Mil 500 especies de hongos posee Cuajimoloyas


14 micólogos


2 días de actividades


3 mil 200 metros sobre el nivel del mar, altura de la comunidad


16 ediciones

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