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Pasión infantil por el arte en Oaxaca

Foto(s): Cortesía
Carina Pérez García

Aleida Ruiz Sosa, Edgardo Gabilondo Hernández y Camila Acevedo García tienen en común el arte, un lenguaje que los acerca tanto como para fortalecer sus talentos, fomentar su disciplina y potenciar sus capacidades. Tres expresiones los marcan: la danza, la cerámica y la música.


Entrevistados acerca de cómo los transforma y trastoca la disciplina en la que se desenvuelven, estos niños celebran todos los días su pasión, su creatividad y sus dones. Hablan el mismo lenguaje en el arte y apuestan sus sueños con confianza y seguridad, porque han saboreado los frutos de su esfuerzo en el éxito, los aplausos y el reconocimiento.



EN LA DANZA

Aleida Ruiz Sosa

(28 de mayo del 2005, Oaxaca de Juárez)

Recién aceptada en el programa intensivo de verano de la Boshoi Ballet Academy en Moscú, Rusia, esta pequeña de 11 años asegura que el arte la ha cambiado de diferentes formas: "Me ha hecho perder mis miedos, los cuales supero porque me gusta mucho el ballet, supero todos esas inseguridades porque me gusta bailar y ahora estoy satisfecha conmigo misma cuando sé que me esforcé mucho y el público aplaude".

Cierta de que el ballet la ha hecho disciplinada y responsable, también añade que le ayuda a tener una mejor conciencia y fortaleza para enfrentar cualquier reto, como el que tiene en puerta: participar en el programa para mayores de 14 años, en el que la Bolshoi hecho una excepción por sus capacidades; y además la invitaron a audicionar para obtener una beca anual en dicha academia.

"En cada clase y ensayo pongo mi mayor esfuerzo; yo creo que algo que no puede faltarte es ponerle pasión, porque es diferente cuando lo hacen con pocas ganas y sin esfuerzo; en cambio, si lo hace uno con pasión y felicidad, uno llega hasta donde desea llegar".

-¿Cómo ha cambiado tu mundo interior?

-Me siento satisfecha y orgullosa de mí misma, he dado lo mejor hasta ahora, me siento muy orgullosa de mí.

-¿Y tu mundo exterior?

-Me ha permitido conocer y vivir en diferentes lugares, ahora estoy en Veracruz, estoy preparándome en lo que me gusta. Y toda la gente que me rodea, mi familia, está orgullosa de mí, me siento feliz.


 



EN LA MÚSICA

Brenda Camila Acevedo García

(9 de agosto del 2008, Oaxaca de Juárez)

Desde temprana edad comienza a manifestar talentos artísticos, en el baile y canto. Ahora, el fuerte llamado por la música la llevó a aprender a tocar el violín. Con ocho años ha dedicado el último a dominar diversas piezas que ha ejecutado en varias presentaciones.

Cada sábado lo dedica a ensayar; asegura que esta disciplina le ha dado constancia, la ha hecho más segura de sí misma y sobre todo, la pone en contacto con su sensibilidad.

"Lo primero que nos enseñaron fue el compás y las notas, ahora yo me siento feliz cuando toco. Aunque me dan pocos nervios de mostrar al director cómo he avanzado, pero me gusta mucho".

A la pregunta si le gustaría dedicarse a la música de una manera profesional responde que sí. "Ahora quiero aprender a tocar el piano. Creo que los niños y niñas que se dedican a tocar son muy sensibles. Cuando me aplauden me siento feliz de haber tocado bien; pero antes de subir al escenario o de presentarme me pongo muy nerviosa, ya estoy aprendiendo a controlarlo".


 




EN LA CERÁMICA

Edgardo Gabilondo Hernández

(2 de julio 2006, Oaxaca de Juárez)

Dedicado desde hace siete años a la cerámica, Edgardo experimenta paz y tranquilidad cuando entra en contacto con el barro rojo. Domina a esta arcilla y aprendió la paciencia de su maestro Ángel, en la Casa de la Cultura Oaxaqueña, a donde llegó a los cuatro años.

"Desde chiquito comencé en la cerámica, he pasado casi siete años aquí y me gusta hacerla porque es bonita, se puede manipular y cuando se cuece me gusta que también se puede pintar; básicamente se puede hacer lo que uno quiera".

Edgardo ha trabajado sobre diversas temáticas a lo largo de estos años, desde la creación de seres mitológicos, pirámides y dioses del México antiguo, hasta fachadas de templos y carros antiguos, paisajes, barcos y dinosaurios.

En esta disciplina ha explorado estados de ánimo más tranquilos; asegura que en cuanto entra en contacto con el barro, su humor cambia, se vuelve un chico más relajado. De mano de su mentor, ahora mismo se encuentra preparando piezas para su nueva exposición, que será inaugurada el 4 de mayo.


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