Cientos de turistas nacionales y extranjeros abarrotaron anoche de vida el Panteón General o de San Miguel en la víspera de la llegada de los Fieles Difuntos.
El antiguo cementerio fue colmado con el aroma del a cempasúchil e incienso, con fiesta y nostalgia, alegría y tristeza.
Al caer la noche la oscuridad quedó abatida por 2 mil 235 diminutas flamas colocadas en cada uno de los nichos y otras más puestas en las 11 mil 600 tumbas que guardan en vida eterna a los difuntos oaxaqueños.
Como es tradición, llegado el 31 de octubre el camposanto fue ataviado de flores y agolpado con visitantes quienes acudieron atraídos por la forma en la que los vivos conviven con sus seres fallecidos, pues de acuerdo a la creencia, durante los primeros minutos del 1 de noviembre quienes murieron en la infancia regresan para convivir, y el 2 lo harán quienes fallecieron en edad adulta.
FOTO: CARLOS JAVIER
El panteón fue toda fiesta, las personas ingresaron con el rostro pintado de calaveritas de dulce, diablos y no faltó quien llegara disfrazado de pan de muerto.
Entre la penumbra, se desplegaron débiles rayos de luz. Una familia colocó sobre la tumba una alfombra de pétalos de cempasúchil. Entre suspiros recordó a Ana Karen Agüero Martínez, una de las siete víctimas del trágico accidente ocurrido el 14 de noviembre de 2015 sobre la carretera Oaxaca-Cuacnopalan.
“Ha pasado ya un año”, suspiró una de las sobrevivientes mientras ponía sobre la tumba una veladora. La tenue luz iluminó el lado derecho de su rostro en donde se dibujó una expresión de pesar, pues en ese hecho también perdió a su hija de 18 años.
Sobre otra tumba un padre colocó flores en memoria de su hija quien falleció “dicen que por una bacteria”. Han pasado cuatro años desde su muerte, pero en él la resignación ha sido difícil pues “nunca un padre debería de ser quien sepulte a un hijo”.
Víctor, llegó al panteón a adornar la tumba de su hermana fallecida hace dos años en un accidente automovilístico. El olvidó, aseguró, es la verdadera muerte.
En contraste sobre los pasillos el andar de los visitantes es alegre y curioso. Se detiene frente a las tumbas para tomas fotografías y luego continuar con su camino deleitado por la forma en la que se expresa el cariño más allá de la deceso.
La fecha aunque nostálgica para quienes sufrieron una reciente pérdida, es un momento de fiesta pues guardan la fe de volver a dar sus seres queridos lo que en vida disfrutaron.
Un disfraz muy peculiar
Oaxaqueños ilustres
En el acceso central una catrina dio la bienvenida a los visitantes y en su compañía los llevó a recorrer las tumbas de algunos de los oaxaqueños ilustres enterrados en el Panteón General o San Miguel.
Por tercer año consecutivo, los integrantes de la Compañía Teatral Lola Bravo dieron vida al Doctor Aurelio Valdivieso; Susana Juárez la hija mayor de don Benito Juárez; el Chato Díaz Félix Díaz hermano de don Porfirio Díaz; el maestro Macedonio Alcalá compositor del vals Dios Nunca Muere; y Jacobo Dalevuelta o Fernando Ramírez reconocido periodista.
Afuera del panteón puestos de comida, juegos mecánicos y flores completaron la algarabía de la fiesta de los fieles difuntos.
FOTO: CARLOS JAVIER
2 mil 235 nichos iluminados
11 mil 600 tumbas
