SANTO DOMINGO TOMALTEPEC, Oaxaca.- El tañir de la campana al ritmo del Dios Nunca Muere del templo del pueblo en honor a Santo Domingo, anuncia la primera eucaristía del domingo para celebrar la resurrección de Cristo.
Mientras algunas familias apresuran sus pasos para llegar a la misa, otras disfrutan de la Feria del pan y la talabartería, que por sexto año consecutivo se celebra en la plaza principal del pueblo y recibe a los visitantes. Es un día de plaza; a las afueras del templo más de 50 vendedores de diversos platillos como barbacoa, empanadas y tacos ofrecen sus manjares a quienes los visitan.
A la par, en la explanada municipal, el grupo folklórico juvenil ejecuta para los visitantes y las autoridades municipales las piezas más representativas de la Guelaguetza: La Danza de la Pluma, La Sandunga y Flor de Piña, son ovacionadas por los asistentes que aguardan de pie y esperan atrapar las ofrendas que los jóvenes lanzan.
El potente sol se adueñó del cielo y por el calor, los visitantes aprovechan para degustar aguas de sabores, tejate, mezcal o catalán, la bebida característica de la demarcación.
La feria es una oportunidad para que las familias oriundas del poblado, dedicadas a la elaboración de empanadas, talabartería, panadería y elaboración de chocolate, obtengan ganancias extra.
TALABARTEROS Y SU LUCHA DIARIA
A un costado de la plaza quedaron distribuidos vendedores de pan y talabarteros. Las bolsas de diseños originales que "no le piden nada" a los productos que se fabrican en las capitales de la moda, circulan uno tras otro en el regazo de mujeres sonrientes que acaban de cerrar el trato con alguna artesana.
El regateo sigue siendo una práctica común en las ferias, a Susana Cortés, propietaria de la talabartería "Pacheco", le toma al menos dos días realizar un bolso labrado con rosas o bordado con motivos tradicionales, sin embargo, un trabajo que llega a costar 600 pesos, es comprado en 400 o menos para poder sacar el gasto del día.
Doña Susana e integrantes de su familia se dedican a la elaboración de productos de piel desde hace más de 20 años; el oficio lo aprendió de su esposo. "fabricamos bolsas, monederos, llaveros, carteras y otros productos que han tenido que evolucionar conforme pasa el tiempo, para colocarse en el gusto del público", dice.
INNOVACIÓN CONTRA CHINOS
Aunque fue buena la venta de este día de feria, anteriormente el panorama de los artesanos se nubló cuando la piratería china copió sus diseños para abaratarlos y ganarles mercado; la innovación fue clave para poder subsistir, desde los pequeños talleres que tienen en su domicilio. Las ventas que suben y bajan son parte de la realidad de los más de 60 tomaltepecanos que se dedican al oficio artesanal.
DELICIOSA TRADICIÓN
"Oaxaca es un pueblo panadero, pero en Tomaltepec tenemos un toque especial", sostiene Irma Martínez, que desde hace más de 25 años vive de la producción del horno de leña que tiene en el patio de su casa.
El pan de yema con mantequilla es la especialidad del pueblo, que se vende desde los 20 y hasta los 80 pesos, dependiendo del tamaño de la pieza; el más grande es el de dos kilogramos. Además de esa variedad de pan, también en Tomaltepec se elabora pan blanco, elaborado con agua y levadura.
Las ferias representan una oportunidad para cada uno de los comerciantes que, a diario, viajan más de una hora a los mercados de la capital oaxaqueña para realizar sus ventas. Algunos panaderos acuden al mercado 20 de Noviembre y otros a la Central de Abasto, donde la competencia y la crisis merman sus ganancias.
Para doña Irma un día comienza a las cinco de la mañana, hora en la que prepara toda la mercancía que llevará a la central, a donde es necesario llegar en punto de las 8:00 horas para ofrecer el pan caliente, preferido de cientos de oaxaqueños.
MÁS GASTO QUE GANANCIA
Para que los comerciantes pudieran hacerse de un lugar en la feria, el comité encargado de la organización de este año y las autoridades municipales pidieron una cuota a los participantes de 120 pesos por metro cuadrado que ocupara su stand o puesto de comida. Además, los vendedores, en su mayoría pobladores del pueblo, costearon también los gastos de alimentación del cabildo y los viáticos del comité organizador. Cada comerciante aportó una suma superior a los 500 pesos por esos conceptos.
Mientras voltea las torillas y empanadas del comal dispuesto a la salida del templo, Reynalda Gutiérrez Martínez, quien ha participado en todas las ferias, asevera que más que un negocio, participar en cada una de las ferias es una satisfacción y una oportunidad para que las personas que visitan por primera vez el pueblo, lo conozcan.
Pese al desembolso de fondos que debieron efectuar los elegidos para la feria, Gutiérrez Martínez asevera que hay oportunidad para todos, pues cada quien tiene un sazón, un toque especial para cocinar; el de ella: las empanadas de amarillo con hojas de menta, disponibles el resto del año entre las calles de Reforma e Independencia, del municipio.
"La feria es un esfuerzo de los que vivimos aquí, los que nos dedicamos a preservar lo nuestro. Esperamos que el siguiente año vengan más personas a conocer y compartir parte de nuestra cultura y nos ayuden a preservarla", finaliza.
VALORES AGREGlADOS
DÓNDE ESTÁ TOMALTEPEC
Santo Domingo Tomaltepec se ubica a una distancia promedio de 10 kilómetros de la capital del estado
LAS ACTIVIDADES ECONÓMICAS
Aunque algunas personas se dedican a la agricultura y la ganadería, el 60% de la población vive de la elaboración de pan y la talabartería
FERIA PARA CERRAR SEMANA SANTA
La Feria del Pan y la Talabartería tiene lugar en el Domingo de Resurrección, fecha elegida para que los visitantes puedan conocer el templo del pueblo y asistir a misa
CELEBRACIÓN PECULIAR
Durante la Semana Santa, el templo de Tomaltepec deja de tocar las campanas para llamar a misa, en su lugar, en el atrio del templo se coloca una matraca gigante que se usa hasta el Sábado de Gloria para convocar a los feligreses; es el domingo cuando las campanas vuelven a sonar y entonan el Dios Nunca Muere
LA TALABARTERÍA
Las impecables piezas de piel elaboradas por manos tomaltepecanas se venden a diferentes precios. Hay llaveros desde 20 pesos o bolsas que cuestan entre 400 y 600 pesos cada una
EL PAN
De yema, de agua, conchas, pasteles, tartas y hasta roscas formaron parte de la exhibición en la que los panaderos del pueblo hicieron gala de sus habilidades con el horno y la masa
GUELAGUETZA
Un grupo de jóvenes se encarga de ejecutar piezas de la Guelaguetza. Una de las particularidades es que hombres y mujeres bailan La Danza de la Pluma, para promover la equidad de género.
