Oaxaca.- Diminutos insectos infestan el nopal silvestre; durante 90 días crecen y se reproducen bajo el cobijo de pequeños pero vistosos sacos blancos que invaden la penca. Es una plaga, es la grana cochinilla. Los agricultores extraen tintes naturales de este gorgojo. Lo desprenden de la cactácea. Vivo, se expone al sol. La intemperie lo deshidrata, lo seca y lo mata.
Una vez sacrificada, la cochinilla obtiene un color plateado o negro, parecido a un grano de seis milímetros, similar a una pequeña roca. Para crear el pigmento, se muele en metate hasta obtener un polvillo de color púrpura.
Para teñir, el polvo se mezcla con agua y limón, se hierve; al enfriarse se introduce la lana, prenda o alimento que se vaya a pigmentar. Dos gramos se obtienen por cada penca; si el agricultor quiere extraer un kilo de grana, debe cosechar alrededor de 500 pencas.
Un kilogramo logra pigmentar hasta seis kilos de lana. El carmín es el tinte, industrializado después de un proceso químico, al que es tratado el polvo de grana cochinilla.
Rescatan el cultivo de la grana cochinilla
En la década de los 70, el cultivo de la grana cochinilla estaba por desaparecer, sólo tres personas en el estado de Oaxaca producían el tinte. Tras intensos programas de rescate de la artesanal tradición, a Catalina Yolanda López Márquez, nativa de Tlaxiaco, le fue encomendada la tarea de capacitar en las comunidades del valle de Oaxaca el cultivo de la grana.
“Nosotros hemos obtenido hasta 80 tonalidades”, explica Yolanda. Ella enseñó a cultivar, preparar, recolectar y teñir con la cochinilla, a pobladores de Santa María Coyotepec, Santa Ana del Valle, entre otras.
Herencia ancestral
La ancestral tradición fue heredada a su hija Claudia Roxana Juárez López, quien prevalece con la producción. Estudió Ingeniería Industrial en el Instituto Tecnológico de Oaxaca (ITO) y realizó una maestría de Desarrollo Sustentable en Monterrey, Nuevo León.
Ella y su madre fundaron el museo Nocheztlicalli, que utilizan como taller de producción y tienda para ofertar productos.
Al realizar una investigación sobre la grana cochinilla, Claudia encontró que el tinte también se puede aplicar en alimentos. “Lo hemos utilizado en comida: tamales, tortillas, yogurth, incluso en pasteles”.
Asegura que es mejor que la pintura vegetal, porque es un producto natural que no usa químicos.
En la búsqueda de combinar el pigmento, el taller también tiñe mezcal. “A los turistas les gusta llevarse botellas de mezcal teñidas con el polvo de la grana”.
Explica que en el devenir gastronómico de los oaxaqueños se consumen chapulines, gusanos, chicatanas, ¿por qué no consumir el insecto de la grana?
Nocheztlicalli
Es un museo-taller, pero también hogar de doña Catalina y su hija Claudia. Han dedicado su vida laboral y económica al cultivo e investigación del tinte zapoteco a base de la grana cochinilla.
Imparten talleres a niños y jóvenes, les enseñan la importancia de aprovechar los recursos que la naturaleza provee. “Los niños se sorprenden cuando ven al insecto -por medio del microscopio- moverse”, señala la investigadora en desarrollo sostenible.
El taller y museo envasa el polvo de grana cochinilla; su mayores ventas las hacen por internet a productores de pan en Puebla y Tlaxcala.
De igual manera, artistas visuales adquieren el polvillo para crear obras, las cuales obtienen un mayor valor cultural al ser pintadas con la grana cochinilla.
A pesar de los constantes esfuerzos por mantener vivo el museo, los problemas perimetrales con los vecinos impiden y retrasan la ampliación del refugio ecológico.
El museo realizará el Festival Arte y Cultura de la Grana Cochinilla el 29 y 30 de julio de 2016, en la calle de Nardos, en Santa Lucía del Camino.
La grana escarlata
2 gramos de grana se obtienen por penca
500 pencas se utilizan para un kilo de grana
Para obtener 1 kilo de grana seca, se debe cosechar un kilogramo de grana viva
90 días después de su plantación, es recolectada
Con 1 kilo de grana se tiñen 6 kilogramos de lana
