MONTERREY, Nuevo León.- El artista novohispano Miguel Cabrera plasmó con un trazo divino los ideales de la Compañía de Jesús, los jesuitas, a través de imágenes religiosas.
La exposición "Miguel Cabrera. Las trampas de la creación" reúne 41 obras comisionadas por la congregación fundada en 1540 por Ignacio de Loyola, y que llegó a la Nueva España en 1572.
Cabrera es el pintor novohispano más reconocido del siglo 18, explicó Zaragoza. Realizó una abundante y diversa producción pictórica para órdenes y jerarcas religiosos, y clientes particulares.
Y fue con los Jesuitas con quienes tuvo una relación laboral estrecha, a partir de 1747.
"La relación de Cabrera con esta orden religiosa fue única, logran esta mancuerna perfecta", explicó Zaragoza, investigadora del Museo Nacional del Virreinato del INAH, de donde proviene la expo.
"Cabrera entiende perfectamente los deseos de la Compañía de Jesús y puede transmitir con su pintura todos los mensajes que los jesuitas quieren mostrar en sus templos, en sus colegios y a todos los fieles".
La muestra se divide en cuatro ejes temáticos y por orden cronológico. En el primero, "La pintura novohispana del siglo 18" se admiran obras de los pintores de la época, como José de Ibarra, quien posiblemente fue su maestro.
Después está "La Provincia Mexicana de la Compañía de Jesús". Aquí se muestra el documento "Maravilla americana y conjunto de raras maravillas observadas", donde Cabrera defiende el origen divino del ayate con la imagen de la Virgen María.
Tras la inspección en 1751, Cabrera pintó tres copias con la imagen de la Virgen de Guadalupe, una era encargo del entonces Arzobispo de México, Manuel Rubio y Salinas. Incluso, también se exhibe un retrato del prelado creado por el artista.
Otra fue enviada al papa Benedicto XIV, para que la nombrase "Patrona de la Nueva España".
"A partir de este momento, Miguel Cabrera se convierte en el gran pintor de imágenes guadalupanas", apuntó Zaragoza.
Una de esas tantas obras que dieron renombre y fama al artista es "Representación de la Virgen de Guadalupe con la Santísima Trinidad, San Ignacio de Loyola y San Antonio como testigos". El óleo de 1767 pertenece al MHM.
También diseñador
El pintor originario de Oaxaca es famoso por su pintura de caballete. Pero su obra también abarcó mural y diseño de retablo que realizó en el Colegio de San Francisco Javier, en Tepotzotlán, donde ahora es el Museo Nacional del Virreinato.
Éste fue un encargo del padre Pedro Rosales, entonces rector de la institución.
Para ilustrar esta faceta poco conocida, la muestra incluye esculturas religiosas talladas en madera, también porta cirios de estilo barroco, que datan de 1756. Están en el apartado "Cabrera en Tepotzotlán y la creación total".
En el último apartado "Santos y devociones jesuíticas" se concentran los retratos a los santos representativos de la congregación, y escenas religiosas que transmiten la ideología jesuita.
Por ejemplo, el retrato de "San Estanislao de Kostka". La pintura data de 1761 y pertenece a la Universidad Iberoamericana.
Ahí, Cabrera muestra la cercanía de este santo con el Niño Jesús, por medio de un abrazo íntimo, para representar al santo de los novicios.
"La obra de Cabrera se distingue por una extraordinaria factura. En los detalles, en la pupila del ojo, en la vestimenta, en las texturas de ciertos elementos, se muestra la calidad", resaltó Zaragoza.
Por medio de este talento pictórico, el público se adentrará en las imágenes divinas. La expo permanecerá hasta el 22 de enero.
Conócelo
-Miguel Cabrera nació en Antequera de Oaxaca, se desconoce la fecha.
-Estudió el ayate donde se apareció la imagen de la Virgen a San Juan Diego en 1751. Desde ahí cobró prestigio.
-Es considerado el pintor más importante de la Nueva España.
-Tuvo una vasta obra de temas religiosos, encargados por los jesuitas y el arzobispado.
-Son famosas sus pinturas de la Virgen de Guadalupe.
-La muestra sobre su obra estará hasta el 22 de enero del 2017 en el Museo de Historia Mexicana.
