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Epicentro de tradición y cultura: mercado de Zaachila

Foto(s): Cortesía
Carina Pérez García

VILLA DE ZAACHILA, Oaxaca.- Doña Rogelia Pacheco Castellanos a primera hora ya instaló su puesto, el cual lleva su nombre. El pan de yema, los decorados con flores de colores vivos -únicos en su tipo en este municipio- el resobado y las regañadas están listas para la venta. Ella jueves a jueves, día de plaza, acude a vender porque el oficio de panadería es una pasión desde hace 62 años.


El oficio lo aprendió de su finado esposo, Amador Pérez Rodríguez, cuya familia se dedicaba a la panadería y cuando ella se casó a los 16 años aprendió a hacer pan y continúa la tradición. "A los 15 días de casada yo ya hacía pan porque mi esposo era panadero. Él hacía todo tipo de pan, desde pan fino, bolillo y hacía un pan francés que ya nadie lo hace aquí" compartió en entrevista.


"Dos de mis hijos aprendieron, pero también tienen su profesión y ya no quieren que yo venda porque sufro de las rodillas, ya quieren que me jubile, pero a mí me gusta hacerlo, yo todavía trabajo como antes, ocupó los mejores ingredientes, me gusta trabajar de lo bueno aunque sea más caro" añadió.


Responde en medio del trajín de clientes que le piden pan de muerto, lo escogen rápidamente, le pagan y se van. La mayoría lleva bolsas grandes ya con todo lo que han comprado y que irá directo a sus altares. Una señora llega a escoger un pan para decorar su altar, que elige por los colores intensos de su decoración, mientras toma el pan para ver su tamaño, en la otra mano lleva un rollo de flores de cempasúchil.


Doña Rogelia continúa: "nosotros todavía utilizamos el horno de leña. Para estos panes de adorno utilizamos pintura vegetal, pintamos la masa y hacemos estas flores, que buscamos sean atractivas a la vista porque son para resaltar en el altar".


Los olores que se mezclan en el mercado se acentúan especialmente en el chocolate y el mole, afuera predomina el del copal. Productos como frijol, huevos criollos, calabazas, jícama, caña, tejocote, mole negro y flores.


El mercado de Zaachila, uno de los más coloridos y variados de los Valles Centrales concentra una gran actividad, bajan a vender habitantes de Santa Inés del Monte y San Miguel Peras. También acuden de otras comunidades de los valles.


Apenas vienen los buenos días, anuncia doña Rogelia, domingo, lunes, martes y miércoles, que es el mercado de muertos. La Villa de Zaachila, capital de la cultura zapoteca, fue centro comercial de los Valles Centrales, donde la interacción y el intercambio se llevaba a cabo sobre una plaza de tierra cubierta de productos naturales de la región y artesanías de los pobladores.


Hoy en día, el tradicional mercado de este lugar conserva aún la esencia cultural del comercio de antaño. Los días de plaza son los jueves y se pueden encontrar todo tipo de frutas, verduras, granos, semillas, chiles y artesanías, telas, plásticos y una variedad de productos que se pueden encontrar a 14 kilómetros de la ciudad.

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