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Ofrece Lila Downs su Guelaguetza a Oaxaca

Foto(s): Cortesía
Redacción

Son las 20:11 horas y la casa de los Lunes del Cerro está a oscuras; los murmullos expectantes de miles se convierten en ovación cuando la cantante tlaxiaqueña, Lila Downs, sale al escenario ataviada con un conjunto blanco con detalles florales y aves, donde el azul turquesa y solferino, remembranza del San Bartolomé Quialana místico, son el atuendo con el que abre su “Guelaguetza”, un concierto lleno de matices étnicos, homenaje artístico a las 8 regiones de Oaxaca.


Un juego de luces multicolor le hacen camino y Lila llega hasta el micrófono, en el centro del escenario, arropada con la presencia de más de una veintena de músicos que interpretan los acordes de “Mezcalito”; pero antes de comenzar a cantar, ella hace el ritual para tomar la bebida espirituosa y con garbo dice a ronco pecho: “brinda con el pensamiento, gotita lluvia de calor, mi culpa Dobigi, es por mi culpa señor, bebí de tu memoria aroma, tierra, agave y sol, yo soy la que le gusta este castigo mejor”.


Comienza la fiesta


Los motores del público comienzan a calentarse, es la primera pieza, pero ya puede observarse a decenas estar de pie, incluídos a los integrantes del Club de Fans, Una Sangre. La noche camina alegre y el cielo estrellado de Oaxaca, que se alcanza a ver desde el Auditorio Guelaguetza, es el escenario perfecto para escuchar el "Palomo del Comalito", un momento conmovedor en el que una de las artesanas de San Marcos Tlapazola, que enmarcan la interpretación de Lila y echan tortillas, con la experiencia de los años, se anima a decir unas palabras al auditorio: “¡nosotras hacemos tortillas!”, es su himno guerrero. En los ojos de la señora, entrada en experiencia, se asoman las lágrimas y el público se deshace en aplausos.


Siguieron temas como “Urge” de Martín Urieta y “La Sandunga” del oaxaqueño Máximo Ramón Ortiz, pieza que acompaña la delegación de San Andrés Huaxpaltepec, venida desde la Costa chica de Oaxaca, para engalanar la interpretación con su tradicional boda, el fandango con el que iluminarán la Octava de los Lunes del Cerro.



 


“El Querreque” y “Piensa en mí” de Agustín Lara, también resuenan en el coloso del Fortín, para dar paso a los de Ejutla y su Jarabe, mientras tras bambalinas, Lila cambia su vestuario, una falda de sirena y un corset con bordados en negro y blanco, como los de artesanos de San Pedro Ixcatlán y sale airosa para interpretar Envidia, el himno de Oaxaca Dios Nunca Muere, La Iguana y Peligrosa.


La fiesta está en lo más alto y los acordes de la Banda “Tierra Mojada” no dejan de sonar para engalanar la presentación de las hermosas mujeres de San Juan Bautista Tuxtepec con su Flor de Piña, que se llevan la tradicional ovación; y para continuar, los jóvenes costeños de Pinotepa Nacional le ponen sabor a la noche.


“Viene la muerte”, “Zapata queda” y “Un mundo raro”, esta última pieza de José Alfredo Jiménez, que ponen el ambiente a tono para unos tragos, y los que antes se molestaban porque el de enfrente se había parado a bailar, ahora hasta corean cada una de las interpretaciones de la ganadora de tres premios Grammy.


Homenaje a Juárez


Lila Downs, como parte de “Mi Guelaguetza”, ofrece un homenaje al patricio de Oaxaca Benito Juárez García, en su aniversario luctuoso” y canta “Son de Juárez”; y luego como pleitesía a la Verde Antequera “Inmortal”. Otras delegaciones que forman parte de los ensambles preparados para la noche son los “Tiliches”, de Putla Villa de Guerrero; los “Pintos”, de Santa Catarina Minas; y las Chinas Oaxaqueñas.


Casi una hora y media después del inicio, el concierto llega a su fin entre selfies del público, miles de celulares que graban los momentos memorables y una Lila agradecida con el “mejor público del mundo”, así se despide la cantante y pide un aplauso para sus músicos, mientras el público ruega por más de su música, ella sale del escenario y el ¡otra, otra! la hace regresar con “Naela” del músico istmeño Chu Rasgado.


“La cumbia del mole”, corona la fiesta y el ánimo festivo inunda la Rotonda de las Azucenas y esa algarabía llega hasta la sección “D”, que disfruta hasta el último aliento de la diva de Oaxaca. La noche la cierra la Banda Tierra Mojada que se quedan a hacer jolgorio, en una fiesta única y pletórica de unión.


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