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Anudan el hambre con sombreros de palma

Foto(s): Cortesía
Citlalli López Velázquez

SAN JERÓNIMO SOSOLA.- Cada apretujón de sus dedos a la palma, es para Cristina como anudar el hambre. La milpa, aunque bañada de verde lima, no es más que carrizalillos con jilotes agónicos. Las lluvias llegaron tardías. La mayor parte de su cosecha se perdió. El tejido de palma entonces, es la principal esperanza de la campesina.


Hábilmente, las diminutas manos entrelazan la rigidez de la palma que chasquea entre los dedos y revelan los 67 años de la mujer. La pronunciada curvatura de su espalda, es el reflejo del trabajo en el caprichoso campo que se ha resistido a la germinación del frijol y el maíz.


Poca paga y mucho esfuerzo


Durante los dos últimos años de pérdidas en los cultivos, Cristina se ha visto obligada a extender sus horas de trabajo junto a la palma. A las cuatro de la madrugada, bajo un raudal de luz plateada, la mujer se sienta a tejer para completar una docena de tenates, de bolsas, petates o sombreros, labor por la que recibe 300 pesos.


-Sí, está difícil... está complicado, por eso la mayoría sale, se va- afirma con la seguridad que le da la partida paulatina de cada uno de sus diez hijos, quienes no vieron en la tierra el arraigo a Sosola.


-¿La preocupación la deja dormir?- Ella se pausa, respira hondo antes de contestar.


- A veces yo digo: para reunir el trabajo, se madruga. Me paro a las 4 de la mañana para trabajar la palma, porque dice uno: mañana tengo que completar porque ya va a venir el de la luz, ya va a venir el del agua, ya hay que comprar esto, el otro; sí, así es esto, está difícil.



 


Hacia el fondo, donde Cristina teje la palma, una una veintena de imágenes religiosas visten un altar.


-¿Y le alcanza con lo que vende?


-Pues no, no alcanza; el kilo de maíz se compra a cinco pesos. Es caro, más antes, cuando estaba barato, estaba a tres pesos. Ahora el bulto sale como en 500 pesos y son 100 kilos. Ese bulto apenas alcanza para…. por ejemplo, si uno tiene pollitos, guajolotitos, apenas nos alcanza para unos 15 días; sí, sí, y ya de nuevo otra vez a comprar, sí. El que tiene come, el que no, se aprieta el cinturón.


Al tiempo, sus manos vuelven a comprimir la palma trenzada en cuadro que será la base de una cajita.


Las notas de la banda de música tradicional se despliega entre lomeríos. Aún entre la tempestad, la población está preparada para la celebración de su santo patrono. Los ensayos previos al día de la calenda, aminoran un poco la preocupación por la improductividad del campo. "Pues aquí -asegura Cristina-, todos vivimos de esperanza".


Adultos mayores, la mayoría


Sosola está ubicado en la región de los Valles Centrales, a poco más de una hora de la capital. En éste habitan 2 mil 559 personas, de los cuales el 24.4 por ciento (523) tienen más de 60 años; 17.3 por ciento (443), más de 65 años, y el 13 por ciento (336), más de 75 años; es decir, 1 de cada 6 habitantes tiene más de 70 años.


Cifras del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), señala que el 49.5 por ciento de la población en Sosola, sobre todo los adultos mayores, vive con ingresos inferiores a la línea de bienestar mínimo.


El INEGI precisa que a nivel nacional, el 81.6 por ciento de las personas de 60 y más no tienen prestaciones laborales, el 1.1 por ciento cuenta con institución de salud, el 12.9 por ciento tiene acceso a prestaciones y a instituciones de salud y un 4.0 por ciento no tiene acceso a instituciones de salud, pero sí acceso a otras prestaciones.


Los lomeríos en Sosola están reverdecidos. La lluvia tardía logró erguir la milpa, pero ya no rescatar la producción del maíz. En el campo levita el olor del chepiche con sus diminutas flores azules casi moradas.



 


"Matando" el hambre...


Jesús Santiago López, de 69 años de edad, emerge a paso lento pastoreando un rebaño hacia la punta de la loma. Un malestar en la pierna derecha lo hace avanzar de manera anacrónica, llevando en una mano un lazo.


-¿Qué va a hacer ahora que las siembras se perdieron?


-Tendremos que comprar. Venderemos un chivito o tejemos el tenate y ya lo vendemos. Sí sale, ma´sea poco. Como no hacemos mucho gasto, sí nos alcanza.


-¿Es beneficiario de algún programa social?


-Yo tengo "60 y más" y recibo un dinerito cada dos meses.


-¿Eso alcanza?


-Aunque sea para matar el hambre. Así la vamos pasando.


-¿Cómo cree que venga el próximo año?


-Sólo Dios sabe...


Esperanzas fallidas


Entre parloteos, Santiago Gómez López, campesino de 49 años de edad, explica que las primeras lluvias llegaron hasta junio. “El que las milpas estén verdes no quiere decir que vaya a haber una buena cosecha. La milpa quedó encañada con puro jilote y zacate. Mazorca poca va a salir”, expresa con rápidas palabras que parecen atropellarse unas con otras antes de terminar.


Haciendo cálculos, considera que sólo habrá una producción de maíz del 30 por ciento del total de lo sembrado, el resto del consumo anual será adquirido en la tienda Diconsa.


Hay que buscar chambita por aquí aunque casi no se consigue chamba. A veces le hacemos al tenate, a veces al petate, a veces a las bolsas de hombro



"El güero", un perro retozón, acompaña a Zoila Gómez Gómez, quien lleva sobre su espalda a la menor de sus hijas. Un amplio sombrero de palma rosa cubre su moreno rostro. El sol dora las plantas y los cultivos.


Ella tiene cinco hijos y al haber perdido sus cultivos se siente obligada a tejer sin parar. Aunque las ganancias son muy bajas se apresura a juntar una docena de tenates y otra de bolsas para llevar a vender a la capital del estado. Con el pago del pasaje, su ganancia queda reducida a 60 pesos o menos.


“A esto no se le gana nada. Hay que tener bastante para que salga ganancia y a veces lo piden fiado y hay que regresar a cobrar. Ahí se nos va el dinero. Este año veremos qué dispone Dios”, expresa.



 


Cifras de la pobreza


2 mil 559 personas habitan en Sosola


24.4% (523) son de más de 60


17.3% (443) son de más de 65 años


13% (336) de más de 75 años


1 de cada 6 habitantes tiene más de 70 años


49.5% de la población en Sosola, sobre todo los adultos mayores, vive con ingresos inferiores a la línea de bienestar mínimo


San Jerónimo Sosola


Limita al norte con los municipios de Santiago Huauclilla y Santiago Nacaltepec; al sur con San Andrés Nuxaño; al oriente con San Francisco Telixtlahuaca y Santiago Tenango; al poniente con Asunción Nochixtlán. Su distancia aproximada a la capital del estado es de 80 kilómetros al poniente.

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