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En el siglo XIX, Joseph Vacher se volvería el "Destripad0r de Francia"

portada-macabrona
Foto(s): Cortesía
Redacción

El paso del famoso Jack el Destripador no solo dejó una huella en la Inglaterra del siglo XIX, sino que además dejó "discípulos" en otras partes de Europa sembrando el reino del terror por aquellas décadas.

Uno de esos ejemplos fue Joseph Vacher, quien fue un asesino serial galo que mató al menos a 11 personas y fue llamado por aquel entonces como "El Destripador de Francia", por la atrocidad de sus crímenes.

Vacher nació en noviembre de 1869 en la localidad gala de Beaufort, la cual se destacaba por ser agrícola, situación que aprovechó el pequeño para comenzar a torturar animales en la granja que poseía su familia (tenía 14 hermanos).

Esos malos hábitos se potenciaron en sus años de adolescencia, cuando además de esto también golpeaba a la jóvenes campesinas tras mantener relaciones sexuales con ellas. Todo empeoró en 1889 cuando fue detenido por violar a un niño.

 

 

Tras esto, Vacher creyó encontrar su solución al unirse al ejército francés, pero sólo acumuló depresión y angustia, a tal punto que intentó suicidarse sin éxito. Cuatro años más tarde y aún siendo un soldado, se enamoró de una joven sirvienta a quien le propuso matrimonio, pero esta lo rechazó y el sujeto decidió dispararle varias veces, dejándola en grave estado. En tanto, producto del shock por lo realizado, Vacher se disparó dos veces en la cabeza y fue internado de urgencia.

A pesar de que salvó su vida, uno de los proyectiles quedó alojado en el cráneo cerca de la oreja, y los músculos del lado derecho se le paralizaron al igual que uno de sus ojos. Además fue ingresado a un nosocomio psiquiátrico por su condición mental inestable.

Sin embargo, Vacher escapó del lugar y mató a un joven de 17 años, a quien apuñaló varias veces y dejó el abdomen abierto, con lo cual fue detenido por la policía francesa y reingresado al psiquiátrico. Insólitamente y tras pasar un tiempo en el establecimiento, los médicos lo declararon sano y recuperó su libertad en 1894.

Tras lograr su libertad, la vida de este sujeto se basó en la vagancia por diversos pueblos del sur de esta nación, en la cual sacaba unas monedas para vivir al tocar el acordeón y trabajar en algunas granjas de la zona. Y fue en este tiempo en el cual, Joseph cometió la mayoría de sus asesinatos, al desmembrar los cadáveres de 6 mujeres y 5 adolescentes, sumado a la perversión de practicar necrofilia con sus cuerpos y vampirismo.

 

 

El modus operandi siempre fue el mismo, buscar víctimas solitarias y atacarlas con su cuchillo, para finalmente, mutilarles sus órganos sexuales y arrancarles sus ojos. Sin embargo, en 1897 se terminaría el reinado de terror impuesto por Joseph Vacher en el sur de Francia, ya que al intentar atacar a una joven que recolectaba piñas en una campiña de la región de Ardeche, ésta gritó y logró atraer a su esposo, quien logró detener al asesino.

El matador fue entregado a la policía pero las pocas evidencias que había en su contra no eran suficientes para condenarlo por las muertes ocurridas, con lo cual solo recibió 3 meses de prisión por el cargo de agresión. En su tiempo en la cárcel, Vacher fue analizado por médicos y confesó la serie de ataques realizados, por lo que el criminal enfrentó su juicio.

Sabiendo que una posible condena a muerte podría caerle, intentó hacerle creer al jurado que estaba loco, ya sea por un serie de gritos durante el juicio o confesando que un perro lo mordió cuando era niño y que su sangre aún estaba contaminada por la rabia.

Más allá de sus pretextos, el jurado lo encontró culpable de la serie de muertes que lo tuvo como protagonista, y lo sentenció a muerte a finales de octubre de 1898 ante la algarabía de los presentes. En el último día de ese año, Joseph Vacher fue conducido a la guillotina donde su cabeza fue decapitada y culminó su reino de muerte en Francia.

 

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