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Alexander Labutkin, teñiría bosques de sangre siendo el Bandido Manco

macabrona-portada
Foto(s): Cortesía
Redacción

La década de 1930 no solo presentó el comienzo de la Segunda Guerra Mundial, el continuar de la "Gran Depresión" u otros hechos que marcaron la historia del mundo, sino que también mostró el horror de las muertes a manos de diversos asesinos seriales que asolaron naciones.

En el antiguo Imperio Ruso, la figura de Alexander Labutkin fue uno de esos temibles criminales que sin piedad cegó la vida de al menos 15 personas en la región de San Petersburgo desde 1933 a 1935, momento en el que culminó el reinado de muerte del famoso "Bandido Manco" como se le llamó por aquel entonces.

Nacido en 1910 en dicha ciudad rusa, Alexander vivió en una familia numerosa y trabajadora, de hecho, comenzó a trabajar desde joven como armero en una fábrica de armas, pero en 1930 mientras estaba trabajando con piroxilina en una de las armas, se produjo una detonación accidental y perdió la mano derecha.

 

 

Tras esta situación, tuvo que dejar ese trabajo por incapacidad pero obtuvo un empleo como motorman de un tren a vapor en la ciudad de Leningrado, y pudo rehacer su vida a pesar del accidente, aunque siempre tuvo una personalidad narcisista y quería ser una persona importante ante todos.

Sin embargo, un posible resentimiento por lo ocurrido y la sed por obtener dinero a cualquier costo hizo que Labutkin se transformara en ladrón y asesino a partir de 1933. En agosto de ese año, el sujeto, con revólver en mano, acudió hasta un bosque de la zona de Prigorodny y al encontrarse con cinco personas, mató a cuatro a balazos en ese instante, mientras que una quinta murió días más tarde en el hospital sin poder dar datos del hecho a los investigadores.

En tanto, la balas utilizadas por el asesino fueron fabricadas por un conocido de él que todavía trabajaba en la fábrica de armas, además, Alexander también se robó varias pertenencias de las víctimas tras el ataque.

 

 

Alexander Labutkin: modus operandi

Meses más tarde, en el mismo lugar se produjo el mismo modus operandi, aunque esta vez los muertos fueron dos. En abril de 1934, Labutkin mató a un cerrajero anciano, le robó dinero y sus herramientas, y no conforme con ello, le arrancó las coronas de oro que tenía en la boca.

En noviembre de ese año, un observador de aves que estaba en el bosque haciendo su trabajo fue asesinado a balazos y hasta le fue robada una jaula con varios pájaros en su interior. Con el ingreso del año 1935, dos parejas fueron asesinadas y robadas en el mismo bosque, misma desgracia que corrió un solitario trabajador que caminaba por la zona para ir hacia su casa.

 

 

En marzo de 1935 se produjo el último ataque del asesino, quien baleó a una pareja, y si bien el hombre murió la mujer recibió heridas leves y pudo denunciar al matador, quien fue detenido a los pocos días.

Labutkin fue sometido a un juicio y confesó haber matado al menos a 11 personas, aunque también fueron detenidos su esposa, María Labutkina, por ser cómplice de los hechos y otros sujetos, quienes sabían de los crímenes y lo ocultaron a la policía.

A mediados de 1935, el jurado encontró culpable a Alexander Labutkin a la pena de muerte, mientras que sus cómplices recibieron penas altas en la cárcel. Días más tarde, el ladrón y asesino manco fue ejecutado por un pelotón de fusilamiento por sus crímenes.

 

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