Ramón Guzmán Alvarado
He escuchado su historia muchas veces, pero no la había escrito, dice más o menos así. Refiere que nació en el seno de una familia muy humilde, su padre jubilado ferrocarrilero, su madre ama de casa y lavandera de ropa ajena, es la tercera de cinco hermanos, por situaciones diversas tuvo que trabajar desde muy pequeña.
Al igual que sus hermanos y hermanas estudiaron pocos grados de la educación primaria. Se ufana de haber sido muy hábil en las ventas de diversos productos ofrecidos y vendidos en la estación de trenes, hábil en las cuentas; narra sus incontables peripecias a bordo de los trenes que en algunas ocasiones en el afán de terminar sus mercancías transitaba de vagón en vagón de una estación a otra hasta casi completar la ruta de ida del tren y regresar comprando mercancías en la última estación de ese tramo y vendiendo también a regreso.
Se casó, tuvo dos hijos, su esposo falleció, se juntó con otra persona y de esa unión tuvo un hijo también, por problemas de carácter familiar terminó esa relación y dada la necesidad de sustentar a sus hijos y apoyar a sus padres, partió de su ciudad natal a una ciudad más grande y con más oportunidad de trabajo.
Inicialmente comenzó trabajando en una embotelladora, lo cual duró poco porque encontró un mejor puesto en una planta de fertilizantes. Trabajó
específicamente en área de cocina, lugar que le permitió consolidar su situación y mejorar la situación de sus hijos y sus padres; posteriormente volvió a casarse.
Al principio una situación un tanto inestable, su pareja , -quien también trabajaba en la planta de fertilizantes-, mostró inclinación al alcohol. Posteriormente él tuvo que entrar a un grupo de rehabilitación y lo logró, así que las cosas comenzaron a cambiar para bien. De esta unión nacieron tres niñas y un varón.
Al hacer un recuento de su peculiar vida, dice que reconoce en ella muchos errores, muchos aprendizajes, pero también muchos aciertos y, sobre todo, la enseñanza de la vida que en ocasiones producto de una circunstancia familiar difícil, la necesidad de trabajar en lugar de estudiar y lograr una profesión.
La posibilidad de sobrevivencia es ponerse en movimiento y resolver. Respecto a sus relaciones de pareja, refiere que en ello interviene el destino, las decisiones personales nacidas de una necesidad incluso de la ignorancia, en algunos casos la familia. Pasando lista a todas estas circunstancias, se alegra de que sus hijos hayan logrado una profesión, una mejor vida, se dice así misma una valiente, osada, y en algunos casos temeraria sobreviviente de las vorágines de la vida, de las circunstancias, una nadadora contracorriente, da gracias a Dios que en su octogésimo aniversario pueda celebrarlo con sus hijos, nietos, su pareja y una situación estable.
Al reflexionar dice: “-Probablemente la vida pueda escribirse de mejor manera, pero esta es la forma en la que yo la escribí. Doy gracias a la Divinidad de que pueda encontrarme con alegría, que ha la forjado mi carácter, a pesar de todas las peripecias de la vida”.
"La posibilidad de sobrevivencia es ponerse en movimiento y resolver".
