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Individuos y masa en la era digital

futbol
Foto(s): Cortesía
Redacción

Primera de dos partes

El individuo moderno participa de diferentes experiencias colectivas, que se superponen unas a otras. Pertenecemos a distintos conglomerados sociales y respondemos en consecuencia con ellos. Nuestra nacionalidad, nuestra comunidad, nuestra religión, nuestro pueblo y hasta nuestro equipo de futbol, son determinantes al momento de construirnos como individuos. Freud asumía que proponer una psicología de las masas era una tarea compleja; sin embargo, el creador del Psicoanálisis pudo apreciar puntualmente los momentos en que esta alma colectiva quedaba manifiesta de forma nítida, borrando prácticamente los rasgos individuales de quienes la conforman.

Ser Yo, antes que nada

La instancia psíquica llamada Yo, que gestiona nuestras relaciones con el mundo exterior —a veces a costa de deformarlo para hacerlo más llevadero—, tiende por una parte, al ensimismamiento. Freud llamó narcisismo a esta tendencia del Yo a ver por su propia satisfacción y a satisfacerse en sí mismo. Cuando es llevada al extremo, no le importa tomar riesgos desorbitados para conseguirla. Dicha satisfacción se puede resumir en obtener la mayor ganancia de placer posible y en no ser perturbado.

La sociedad moderna —atomizada a tal grado que ya es una suerte de valor moral ver por el bienestar propio, antes que por el de los demás— pareciera estar hecha para este Yo. El signo de estos tiempos es la posibilidad de obtener todos los estímulos y a la vez de skipear o, dicho en español, brincarse, aquellos estímulos que no nos agradan del todo.

Exceso de información y normatividad del gusto

En esta sociedad estamos expuestos a cientos de canales de televisión que nos dirigen diariamente de cuatro mil a 10 mil anuncios o “contenidos”. 720 mil horas de video son las que se suben diariamente a YouTube; solo para ver el contenido de un día no alcanzaría la vida de una persona, de modo que estamos sobre expuestos a la información de la que cada día recibimos una cantidad ingente, imposible de procesar.

Uno pudiera pensar que toda esa cantidad de información nos abre un abanico de ofertas distintas y novedosas. La ilusión es que hay una enorme variedad de propuestas y que si uno no encuentra algo “distinto y estimulante”, es porque no quiere. No obstante,  si usted se ha sentado durante horas frente al televisor cambiando de canal cada 2 segundos sin encontrar algo interesante que ver, sabrá de lo que estamos hablando. Es claro que una de las grandes dificultades de los comunicadores modernos es encontrar un elemento disruptivo que haga la diferencia entre su contenido y el de los otros canales; sin embargo, pareciera que todo el interés por ser disruptivo se agota en la publicidad.

Las propuestas que en principio deberían esforzarse por ser diferentes, comienzan a parecerse de manera sospechosa, unas a otras. Y he aquí que se da otro fenómeno que podríamos resumir en que el ideal del Yo se ve desplazado por el ideal de la masa y llegado un momento, uno también se sorprende queriendo responder a las expectativas ponderadas por la sociedad en los diferentes canales a su servicio.

Continuará el próximo miércoles…

¿Quieres saber más?  Escúchanos este viernes en punto de las doce del día por: https://www.facebook.com/RadioUnivas. Pide informes a los teléfonos 951 244 7006/951 285 3921 y ¡Hazte escuchar por un psicoanalista del INEIP A.C.!

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