Alejandro José Ortiz Sampablo
Respecto de la interrogante con la que terminé la nota anterior, el jueves por la noche, en el módulo clínico que corresponde al “Seminario de Psicoanálisis Didáctico”, al desarrollar el tema de las dificultades que enfrenta el psicoanalista novel, mi colega Fausta dijo una frase, que bien pudiera ser una sentencia y que, a muchos psicoterapeutas y pacientes, les va a causar escozor.
La empatía en el tratamiento, un peligro
“Si el psicólogo o psicoterapeuta, más aún el psicoanalista, es empático con su paciente, lo más probable es que no haya resuelto sus complejos narcisistas; bien le valdría al paciente alejarse de esa terapia”. La frase de mi colega es contundente, en el seminario desarrollamos la explicación. Hoy me serviré de ella para exponer el paso de una dimensión a otra del dicho del paciente. Es importante mencionar, que algunas psicoterapias elevan la empatía al nivel de “herramienta fundamental” en el tratamiento psicológico.
Dentro de la terapia psicoanalítica existe una acción de parte del analista que es muy parecida en su forma, a la empatía. Es aquella que ejecutamos cuando recibimos al paciente yque, por regla general, hacemos de manera amorosa. El paciente nos narra el motivo por el cual acude con nosotros, en la nota anterior a esta dimensión del dicho la nombramos como la de la queja, es decir, la de aquello que lo hace padecer. Eventualmente en este primer momento, el paciente no requiere mayor indicación que una pregunta, “¿qué lo trae por aquí?”, según sea el estilo del analista. El paciente habla, el analista escucha, acoge la queja, es muy importante que para ello no emita juicio alguno. En mi caso, eventualmente le advierto al, o a la paciente que la sesión será un poco atropellada, ya que por momentos interrumpiré su narración para darle algunas indicaciones, con estas, ellos pronto apreciarán en qué consistirá el tratamiento. Al igual que el creador del método psicoanalítico, Sigmund Freud, les advierto que será importante presten docilidad y paciencia, sin embargo, vamos a requerir de un tercer elemento importante para su cura, la confianza, la cual estaremos a la expectativa de que se dé. Le digo también que confíe en que lo que llevaremos a cabo arrojará resultados.
Lo que permite la dirección de la cura
Nuestro tratamiento depende de la información que obtenemos de las confesiones del paciente, pero como lo he mencionado, es el dicho de la queja lo único a lo que tenemos acceso, por lo tanto, la técnica de hacer repetir al paciente lo que nos ha narrado, cobra vital importancia. Es en estos momentos donde se puede entender la llamada escucha parejamente flotante. Pues el analista no presta más atención a este o este otro dicho, ya que escuchará las variaciones de tono y las modificaciones de los dichos. En esta simple acción, emergerá, por decirlo de alguna manera, el elemento llamativo, del cual el analista tomará una decisión, guardar silencio o hacer hablar al paciente más al respecto.
Cuando se hace hablar al paciente sobre el elemento llamativo, lo que emerge es la línea de los segundos pensamientos que determinan ese dicho, la cual está cargada de afectos y vivencias, que las más de las veces acontecieron años atrás y que, al anudarse con otras, producen los estados afectivos que hacen padecer al paciente, o lo que se conoce como la neurosis actual. Ser empático con el paciente, impedirá ejecutar las acciones mencionadas.
Continuará el próximo lunes …
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