Isela Sedano
La historia comienza el 25 de marzo del principio de nuestra era cristiana el ángel Gabriel, por instrucciones de Dios y cumpliendo la profecía que había sido anunciada se le presenta a María una joven virgen de la tribu esenia para darle la noticia, y entró el ángel donde estaba ella y le dijo : Alégrate, llena eres de gracia , el Señor es contigo, bendita tú entre las mujeres-, entonces el ángel le dijo: - “María no temas, porque has hallado gracia delante de Dios. Y ahora concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y llamarás con su nombre: Jesús”-.
María dijo al ángel: “-¿Cómo será esto? Pues no conozco varón”-, el ángel le contestó: -“El espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del altísimo te cubrirá con su sombra, por lo cual también el santo ser que nacerá será llamado hijo de Dios… nada hay imposible para Dios”-.
Y después de nueve meses en el mes de diciembre según el calendario cristiano y, según se describe en los evangelios bíblicos de Mateo y Lucas, narra que María y José habían llegado a Belén, y que María dio a luz a su bebé en un humilde pesebre de paja, en un establo junto a los animales.
La luz que les alumbró era la de un ángel que se acercó a ellos diciendo que no temieran y les contó que el mesías había nacido , así tres sabios o magos llegaron a Jerusalén siguiendo una estrella que interpretan como la señal del nuevo Rey , regalándole al niño Oro, Incienso y Mirra, que eran presentes muy valiosos especialmente el incienso y la mirra, consideradas costosas fragancias con uso medicinal.
El evangelio explica que tras la visita José, soñó que le advertían que Herodes quería matar a Jesús, cuando los sabios acudieron a Herodes con la noticia de que había nacido el Rey de los Judíos, este planeó matar a todos los niños para eliminar la amenaza a su trono.
Entonces María, José y el niño Jesús huyen a Egipto escapando del intento de Herodes. Mateo también narra que, tras la muerte por enfermedad de Herodes, María, José y Jesús no regresan a Belén, en su lugar viajan al Norte, a Nazaret, en Galilea, que actualmente es la moderna Nazaret, en Israel.
Esto nos enseña además del tono espiritual y el valor interior que cada uno de nosotros le demos a este hecho según nuestras creencias, nos enseña los valores que debemos rescatar como sociedad en un mundo donde se están perdiendo.
Como decía Aristóteles: para ser feliz es necesario perseguir la virtud moral y esto se logra con un constante ejercicio de buscar el camino correcto y, la búsqueda de este camino está relacionado con los valores morales, que debemos rescatar en esta navidad, que trascienden lo religioso, lo filosófico y lo más cotidiano. Aquí tres de ellos:
Solidaridad
La actitud de quienes negaron posada a María y a José es una evidencia de la falta de empatía. No es dar al otro por pobrecito si no porque quiero que tenga la misma dignidad que yo”.
Unión
En familia pero también como sociedad, mantenerse unidos en bien de todos.
Generosidad
En este caso es abrirles la puerta a quien más lo necesitan Y como los reyes magos: ser dadivosos con nobleza de ánimo.
Y hay muchísimas más que podríamos enumerar, con solo poner en práctica estas tres, seguro esta navidad comprenderemos su verdadero significado en nuestra vida ¡Feliz Navidad, a todos!
