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Huixtepec: primera vez en Guelaguetza

Foto(s): Cortesía
Citlalli López Velázquez

SAN PABLO HUIXTEPEC, Oaxaca.- Poseedores de una extensa cultura que expresan de manera diaria en su forma y organización de vida, esta localidad establecida en los Valles Centrales, se presentará por primera vez en la fiesta de la Guelaguetza.


Fue en 2010 cuando comenzó la labor de investigación y rescate de la vestimenta antigua, así como la revalorización de sus costumbres, las cuales si bien prevalecen de manera casi intacta, no se concebían como un tesoro cultural.


“Jamás se perdieron los sones, los bailes, las festividades, pero el pueblo lo veía tan cotidiano, que pensaba que no tenía nada que mostrar en Guelaguetza”, explica Marco Antonio Santiago Aquino, investigador, creador y director de la delegación folclórica de la Villa de San Pablo Huixtepec.


Quizá el único elemento que estaba olvidado era el traje tradicional. Alrededor de 1962, con la llegada de las misiones culturales y el establecimiento de programas de gobierno, comenzó el proceso de pérdida de identidad en su vestimenta.



“En ese año se establecieron programas en donde regalaban pantalones y camisas para que las personas, así se lo decían, 'dejaran de vestirse como indios'”, expuso Santiago Aquino.


Aunque las mujeres dejaron de portar su traje tradicional, éstos quedaron en el resguardo de sus hogares.


Traje tradicional


La vestimenta consta de una falda floreada de uso diario y de charmés en días de fiesta. En la blusa de manta, las mujeres bordaban principalmente lo que les servía de sustento, como la alfalfa, frijol, malacate, flores de chile de agua o animales. Encima llevan una mascada, refajo tejido de manta y un paño monedero que es en donde guardan el dinero cuando van a la fiesta y a su vez les sirve para limpiarse el sudor.


Cada una de las blusas son tejidas o bordadas por mano propia de sus mujeres, quienes mantienen viva esta actividad, no como una fuente de ingresos, sino como una labor de autoconsumo.



En el hombre es pantalón de manta, camisa rayada de algodón, sombrero de panza de burro, cacle de cuero o huarache hecho de piel de venado, que ellos mismos cazaban. De los talleres de huarachería no queda ninguno.


Fiestas del Señor Centurión


El cuadro dancístico que presentarán en la Guelaguetza, es una compilación de una semana de festejos que inicia con el Domingo de Ramos. Los pobladores recorren las calles de Huixtepec llevando al frente la imagen de San Salvador, adornada con chiles de agua y milpa, como agradecimiento a las cosechas que terminan y pidiendo las cosechas del año que viene.


Atrás, en orden de importancia de cargos sociales, van los crusvines y mayores cargando arcos de tres metros y medio de alto elaborados de carrizo, acahual y musgo. A éstos se le colocan figuras religiosas como cáliz, liras, flor de liz y pinturas que representa el vencimiento de la luz sobre las tinieblas.


Al llegar a la iglesia, cuatro arcos se establecen enfrente del templo y uno en la fachada principal, de manera que si se ven desde la entrada de la puerta de la iglesia, pareciera una enorme silla en donde, de acuerdo con la creencia de Huixtepec, estará sentado Jesús durante todas las festividades de Semana Santa.



Desde el punto de vista católico, los arcos representan las entradas de Jerusalén y en la tradición zapoteca, la entrada al cielo.


La representación para el Lunes del Cerro añade la Fiesta de Desenlace del Domingo de Resurrección y el festejo al Señor Centurión, primer soldado romano que se convierte al catolicismo.


Sones, herencia popular


En ésta, después de la misa, es llevado en caballo o cargado en silla hasta la casa del mayordomo. Ya en el lugar, los invitados bailan los sones y jarabes de fiesta Huixtepec: el Son del Tepache, el Son de la Botella, Son del Guajolote, Son del Torito y Son de los Abuelos o de los Enanos, entre los más representativos.


Santiago Aquino explica que si bien los sones forman parte de la herencia popular de los pueblos de los Valles Centrales, Huixtepec tiene sus particularidades en sones compuestos por músicos de la localidad.


A Pedro “Run”, así conocido en la población, se le atribuye el Son de la Bendición, en la cual se agradece a la madre tierra y se bendice la celebración regando un poco de tepache en el suelo. El Son del Torito también es una composición nacida en Huixtepec, atribuida a Luis “Vituche”.


Cerro de huizaches


La localidad se ubica en el distrito de Zimatlán de Álvarez, en la región de los Valles Centrales, a 36 kilómetros de la capital del estado. Un arco con el nombre de la población, da la bienvenida. El aspecto de las calles, casas y negocios reflejan un municipio próspero en donde habitan más de 9 mil 600 personas.


Su riqueza, expresa el edil Alejandro Justino Cruz Díaz, está sustentada en la producción de su campo, tierra fértil y bondadosa, en donde es posible el cultivo de cualquier producto. “El 85 por ciento de sus habitantes viven del campo”.

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