Los 38 pesos que a inicios de año permitían comprar un kilogramo de pollo, ahora sólo alcanzan para comprar poco más de 800 gramos. Aunque entre abril y mayo el precio subió hasta 52 pesos el precio, al cierre de junio el costo promedio es de 45 pesos, 18 por ciento más que en enero pasado.
Que en este mes el precio “haya bajado un poco”, es una ilusiòn, porque en realidad aumentó un peso con 16 centavos por mes y se prevé que durante julio vuelva a subir.
La explicación que Teresa Hernández, expendedora al menudeo en la Central de Abasto es sencilla: "El producto no se genera en Oaxaca, fluctúa de acuerdo a las temporadas y se acercan las graduaciones y la Fiesta de la Guelaguetza”.
Esa “coyuntura” social y turística parece ser el “pretexto” para un nuevo aumento que provoca que la gente “ya no compre igual” y es raro que alguien llegue al puesto de Teresa a comprar un pollo completo cuyo precio promedio es de 100 o 120 pesos..
“De vender 25 o 30 piezas de pollo entero al día a veces sólo vendo diez”, relata una comerciante que sabe bien que la compra promedio es de un kilo, medio o piezas sueltas, pues un salario mínimo no alcanza para un pollo completo.
El retazo, esa mezcla de huacal, pescuezo y cabeza que se oferta a 13 pesos el kilogramo, es lo que la gente más compra, “si quiera para darle sabor a la sopa”.
Los 40 años que lleva expendiendo en el mercado más grande de la ciudad, le permiten a Teresa dimensionar el efecto de la inflación.
Si en la década de los setenta el kilogramo de pollo valía 7 u 8 pesos, sin contar la devaluación.
