HUAJUAPAN DE LEÓN, Oaxaca.- Al llegar la temporada de frío ,los campos de la región de la Mixteca se visten de color naranja, y se trata de los árboles de tejocote, el fruto que se usa para hacer dulce y que se comienza a vivir desde la temporada de muertos hasta la época navideña.
Es San Miguel Tulancingo, un municipio enclavado en la Mixteca Alta en el distrito de Coixtlahuaca, ubicado a más de mil 800 metros sobre el nivel del mar, en donde su población apenas y llega a los 200 habitantes; sin embargo, en un esfuerzo sobrehumano, el doctor investigador, Raúl Nieto Ángel, ha creado un huerto muestra de una hectárea y media de este fruto, para poder comenzar a producir de manera masiva esta planta.
Dijo que actualmente la zona frutícola de Tulancingo ha tenido buenos resultados, pues los productos ya han sido llevados al extranjero como es Estados Unidos y Canadá, por lo que esperan que en unos 5 años, estos se amplíen a todo Oaxaca.
Señaló que han sido los mismos nativos de esta demarcación quienes han enviado estos productos a diferentes partes del mundo, los que han calificado como de alta calidad los tejocotes de San Miguel Tulancingo, por lo que actualmente todo se vende en zonas como Nochixtlán, Coixtlahuaca, Tamazulápam y Huajuapan de León.
Nieto Ángel detalló que al entrar el invierno, los seres humanos están propensos a enfermarse, pues sus defensas bajan, por lo que es la época en que se producen frutas ricas en vitamina C, como es el tejocote, el cual está considerado como un antigripal, por lo que la gente tiene varias opciones de consumirlos: por sí solo, el jugo, té, dulce o los curados, lo que ayuda a mejorar las condiciones de salud de las personas que viven en la localidades en donde hace mucho frío.
Señaló que esta comunidad tiene algo muy particular que las frutas ricas en vitamina C se producen de manera óptima, por lo que se tiene pensado comenzar a exportar también peras, durazno y manzana.
Finalmente, refirió que el tejocote de la Mixteca de Oaxaca es mucho mejor que el poblano, el cual es grande, pero no es dulce, a diferencia del oaxaqueño, que es tamaño medio, pero muy sabroso.
