Pasar al contenido principal
x

Pistas de Néstor García Canclini: entre la ficción del futuro y los dilemas del presente

Foto(s): Cortesía
Redacción
Hitler está en la sociedad. No mire sólo los gobiernos; el gran viraje está en los pueblos que los votan desde hace décadas...

¿No es esa incapacidad de colocarse en el lugar del otro, reconocerlo como semejante, lo que nutre las guerras en Siria e Irak, entre mafias brasileñas, mexicanas y peruanas, entre Israel y Palestina, entre las barras de futbol, o en la frontera reforzada entre Estados Unidos y América Latina? (Fragmento)


No esperaba que la realidad se apresurara para dar verosimilitud al futuro distópico que construía, cuando situaba la novela en 2030.


Al escribir ‘Pistas Falsas’, Néstor García Cancnlini no imaginó a una caravana migrante de cuya polémica se nutriera el discurso xenófobo de los seguidores de Donald Trump.


Ni siquiera se visualizaba el futuro político de Brasil, cuyo presidente electo ya anticipa otro gobierno de ultraderecha conservadora. En tierras de esa nación, empresas armamentistas instalarán dos fábricas. Conceptos como “género” y “orientación sexual” estarán prohibidos en los programas de educación básica. Y la embajada de Brasil en Israel será trasladada de Tel Aviv a la ciudad de Jerusalén.


Cabe recordar los sesenta manifestantes palestinos muertos a manos del ejército de Israel en mayo pasado, el día en que la embajada estadounidense tuvo el mismo cambio de sede, en cumplimiento de las órdenes de Donald Trump que pasaron por encima de la ONU y los años de esfuerzos por las negociaciones de paz.


“Cuando escribí, todavía no se hablaba de Jair Bolsonaro. Pero al leer sobre las adhesiones masivas, y ver la popularidad de un personaje ‘fachista’ hacia la presidencia de Brasil... De pronto, me alarma la rapidez con que algunas intuiciones, que sólo eran imaginarias cuando escribí la narración, ahora se manifiestan velozmente”.


Distante y próximo, 2030


Doce años parecen un intervalo corto para construir una distopía futurista. Pero la aceleración de los cambios globales hacen que el ejercicio de hacer una ficción verosimil sea complejo.


“El editor me preguntó: ‘¿por qué 2030?, ¿por qué no vas más lejos, tal vez 2050?’ Le dije que me resultaba imposible imaginar cómo estaremos para entonces”.


Y es que Néstor García Canclini ha atestiguado el incremento del ritmo de transformaciones, desde la segunda mitad del siglo XX. Sus publicaciones no ficticias dan cuenta de la complejidad:


Las ofertas de consumo provenientes de las grandes potencias aún siguen aterrizando a destiempo en los más diversos contextos culturales. Surgen nuevas expectativas de vida en medio de entornos sociopolíticos que pueden facilitar o impedir que los individuos lleguen a ellas.


La misma difusión y apropiación popular de los avances tecnológicos abrió nuevos canales informativos y comunicativos, que pusieron en evidencia que no todo el mundo podía darse el lujo de aspirar a las comodidades del ‘american lyfe style’ que se difundió desde hace décadas en el cine comercial.


Los alcances del capitalismo han disparado un fenómeno migratorio global sin precedentes, con un sinfín de ofertas turísticas para la gente más afortunada y un enorme repertorio de actos y políticas discriminativas para migrantes con menos fortuna.


La globalización ha puesto en escena un siglo XXI cuyos choques sociopolíticos parecían impensables, donde las diferencias de raza, género y religión no siempre son arbitrarias en la convivencia cotidiana.


Ante esto, ‘Pistas Falsas’ se plantea como una ficción antropológica, que requiere por ello un grado de realismo.


“Por eso 2030. Y es desde mi experiencia de aceleración, al comparar las transformaciones que acontecían tiempo atrás, cuando yo tenía 30, 40, 50 años... con todo lo que ha cambiado en los últimos días. Puedo decir que 2030 se convierte en una fecha próxima y muy lejana a la vez”, explicó Néstor García Canclini ante el público durante su presentación editorial.


Activo, autocrítico (vigente)


Se ha convertido en un referente de la antropología y los estudios culturales latinoamericanos, con enfoques que cuestionan las inercias y estancamientos del trabajo académico. Sus ponencias se han distinguido por el constante planteamiento de nuevas preguntas que obligan a actualizar la agenda de temas para investigar en varias disciplinas de las ciencias sociales.


Y es que más allá de las cifras estadísticas y las tendencias en la ley de la oferta y la demanda, existen vidas humanas con momentos de encuentro y desencuentro, rupturas generacionales, cambios de creencias y valores, formas de convivir en el siempre innovador paisaje digital. Hay personas en busca de rutas que les permitan sortear las angustias del día a día.


Néstor García Cancnlini se instaló en México desde 1976, en busca de alternativas al peronismo de su natal Argentina. De sus inicios, en La Plata, destaca el análisis antropológico que realizó sobre la obra de Julio Cortázar. Hizo aportaciones importantes a la sociología del arte a finales de los años setenta.


Sin embargo, el giro radical que distinguió su trayectoria académica llegó al explorar las culturas populares en México y sus relaciones cotidianas con la dinámica global.


Conoció de cerca la labor de las comunidades productoras de artesanías en Michoacán y emprendió un trabajo que rompería con viejas costumbres de la investigación antropológica.


Convencido de que estas comunidades no podían existir aisladas de la globalización, decidió reinvestigar el proceso de producción de artesanías con un enfoque que le permitiera tomar distancia del mito de la “pureza cultural”, que era todavía predominante  en varios círculos antropológicos cuando se hablaba del tema.


Fue en 1990, cuando un nuevo concepto impulsó la difusión internacional del trabajo de Néstor García Canclini, en la publicación del ahora best-seller “Culturas híbridas. Estrategias para entrar y salir de la modernidad”.


La mirada que propuso generó una aportación sustancial en la academia, para ayudar a comprender que “lo popular” se crea y renueva dentro de “lo global”.


Grandes industrias del ‘tiempo libre’, como el cine, la televisión, la producción de música grabada, libros o revistas (industrias culturales), se convirtieron en piezas clave de sus objetos de estudio, a la par del análisis de las políticas públicas que les rodean.


La fascinación por los bloggs, videobloggs y las redes sociales virtuales, las tendencias juveniles de ver y crear contenidos, así como las nuevas formas de convivir a través de internet, fueron elementos centrales en las investigaciones de García Canclini conforme aterrizó el siglo XXI.


A raíz de los datos de las encuestas nacionales de la juventud, su trabajo abarcó el desencanto creciente de las juventudes que se aproximan a la precariedad laboral; con más preparación académica que nunca, pero con pocas expectativas en el futuro.


Recientemente, participó en un esfuerzo conjunto de investigación para proponer las bases de una antropología enfocada en “los lectores”, a partir del análisis de los nuevos hábitos de la era digital, donde las letras circulan en todo tipo de pantallas.


La línea de trabajo de Néstor García Canclni se ha distinguido por enfocarse en la gente común. No estudia al consumismo, sino a los consumidores. Prefiere observar no a la lectura, sino a los hábitos de los lectores.


Las políticas públicas y los datos estadísticos son el punto de partida, pero aterriza en las personas que viven el día a día creando rutas y estrategias para hacer frente a los torbellinos de la globalización; en un planeta donde los seres humanos construyen pequeños mundos para intentar hacerlo más habitable.


Veintiocho años después, ‘Culturas Híbridas’  sigue siendo la “referencia obligada” para identificar a ‘Canclini’ en espacios académicos (y pseudo-académicos). No obstante, dijo hace poco que el concepto de ‘hibridez’ le resulta insuficiente para seguir investigando.


En mayo pasado, en entrevista con Ricardo Raphael para ADN 40, comentó que el concepto ‘interculturalidad’ le parece más adecuado para explicar lo que acontece.


Este ofrece, según considera, una mayor apertura para interpretar los posibles encuentros, choques y desencuentros -muchas veces, simultáneos- en la interacción de las distintas esferas culturales; incluso, más allá de la conciliación paulatina que se sugiere al pensar desde la ´hibridación’.


De los datos empíricos a la ficción


El desplazamiento en su labor editorial surgió de un deseo postergado de “hacer literatura”, más allá del pasatiempo de escribir cuentos y poesía para no publicar.


"Siempre que se investiga, surgen preguntas que no son fáciles de contestar con informes y cifras estadísticas. La ficción habilita el camino para sospechar hacia dónde nos estamos moviendo”.


Así lo explicó el autor argentino-mexicano en entrevista para NOTICIAS, a su paso por la Feria Internacional del Libro de Oaxaca (FILO) 2018.


La ficción le otorgó emancipación del rigor académico y los datos empíricos para poder plantear una reflexión a fondo sobre los dilemas del presente sin el objetivo de generar resoluciones.


"A veces el trabajo de campo nos da descubrimientos, pero no sabemos bien a dónde conduce y es necesario imaginar: todo esto que observamos, ¿a dónde nos va a llevar?”.


La descomposición está en la sociedad


“Goya vio a Hitler antes de que Hitller viera a Goya”. En una especie de acertijo, esta frase es la que inaugura la narración de ‘Pistas Falsas’.


Se trata de una cita al músico londinense Michael Nyman, autor de la ópera “Facing Goya”, donde planteó un cuestionamiento crítico a las teorías del siglo XIX que “demostraban” la supuesta superioridad del cerebro del hombre blanco y europeo, por encima de los cerebros femeninos y de cualquier otra raza.


El discurso político de Hitler recurriría al apoyo de esos saberes, que en su momento fueran científicos.


El pintor Francisco de Goya se retoma como una figura de mirada profética que anticipó las descomposiciones sociales al retratar la crueldad que rodeó la independencia española en los grabados que conforman ‘Los desastres de la guerra’.


La frase paradójica es replicada por García Canclini para hacer alusión a esa descomposición que no reside en los gobernantes sino en las esferas sociales, y que Goya pareció anticipar desde las artes gráficas.


“Es que hay algo sucediendo en las sociedades, incluso entre nosotros. Esta descomposición ya no es sólo de líderes políticos”, explica ante la audiencia de su presentación editorial.


“Dos personajes lo discuten en la novela: Hitler ya no es un caudillo, como lo fue en otros momentos. Ahora circula en la sociedad, y no es que toda la sociedad sea Hitler, pero se desplaza en ella con libertad, desde dentro”.


Es posible aterrizar la paradoja en un contexto como el presente, donde el temor a “los otros” sigue encontrando adeptos que intentan darle legitimidad desde las mismas instituciones democráticas.


“Hasta hace muy poco, parecía que las sociedades civiles de los pueblos eran algo así como ‘entidades santas’. Creíamos que siempre ofrecerían alternativas para hacer frente a la corrupción de los gobernantes y la descomposición de las élites”.


Y es que el fenómeno ya se ha observado en pleno siglo XXI, más allá de las figuras políticas fascistas, los prejuicios sociales toman forma activa en el sexismo, el racismo, la xenofobia. Surgen posturas intelectuales que disculpan los anteriores holocaustos, y varios miembros de las sociedades civiles encuentran argumentos para justificar el repudio hacia “los otros”.


A veces me pregunto cuál es el género de  la posglobalización: ¿La épica de las migraciones, el melodrama de la interculturalidad? (Fragmento)


Mirada de arqueólogo para una ficción futurista


Harto de vivir excavando documentación empresarial fraudulenta, un arqueólogo chino llega a América Latina, hacia 2030, con esperanzas de encontrar nuevas perspectivas de futuro.


Así lo explicó el autor en el foro Los Danzantes del Centro Cultural y de Convenciones de Oaxaca (CCCO), en interacción con el público:


--Hace un momento mencionó una frase sobre la modernidad: dijo que esta se ha enfocado más en conocer que en reconocer. ¿Puede abordar más al respecto?


--Podríamos decir que la historia del siglo XX es una larga historia del desarrollo de las ciencias sociales para conocer a “los otros”. Desde esta postura, la principal disciplina es la antropología, que nació con los viajes a comunidades lejanas, para conocer y estudiar a ‘otras’ culturas. Así, la antropología aprendió a conocernos; incluso desde otras disciplinas, pero con muy poca capacidad de dar reconocimiento a esos ‘otros’ en sus diferencias...


De acuerdo con el autor, basta considerar que existen muchos más centros de investigación en Estados Unidos especializados en México y América Latina que todos los que existen en América Latina sobre Estados Unidos: hay conocimiento sobre ‘los otros’, sin lograr su reconocimiento como iguales.


Insiste en que las narrativas teóricas estudiadas en la universidad parecen rezagadas ante la realidad, y por ello seguirán abriéndose más preguntas que respuestas sobre temas sociales.


En entrevista para NOTICIAS, el investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana da cuenta de la urgencia por crear nuevos enlaces que favorezcan el trabajo conjunto de la universidad y la sociedad, con apertura a la participación de movimientos sociales, iniciativas populares, comerciantes, actores políticos, urbanistas que toman las decisiones que afectan directamente los espacios que habitamos: “nos urge crear nuevas articulaciones”.


Afirma que nos falta aprender a pensar la crisis de México a la par de las crisis que se viven en otros territorios latinoamericanos en el entorno global, sin dejar atrás las aportaciones de las investigaciones que ofrecen datos confiables:


“Las ciencias sociales no anticipan qué va a ocurrir dentro de 10 o 15 años; no son proféticas. Pero sí pueden decir de un modo bastante consistente qué acciones habría que emprender para ensayar nuevas políticas y aspirar a otros futuros”.


--¿Cómo reducir la brecha entre el quehacer académico de las generaciones más jóvenes y las exigencias de un mercado laboral que no siempre tiene espacios para la investigación?


“Hay esfuerzos en la investigación que no han dejado de rendir frutos, y quedan muchas preguntas pendientes. Una de ellas es cómo enlazar ese trabajo académico de un modo activo para que sea seriamente tomado en cuenta por los organismos de planificación; aquellos que toman decisiones acerca del futuro de nuestra sociedad.


“Y de ahí surge la pregunta de cómo lograr mejores fondos, mejores empleos, mejores sueldos para quienes estudian y egresan de posgrados que les capacitan para diagnosticar de un modo más riguroso.


“Muchas políticas públicas son arbitrarias; meras ocurrencias, porque a un gobernador o presidente le parece que valdría la pena ir por aquí o por allá... o bien, porque tiene otros intereses menos confesables...


--También me impresionó que la mitad de los ‘homeless’ son jóvenes, menores de treinta y cinco años, vestidos con ropas de buen diseño harapientas...

--Son universitarios que viven en las calles cercanas a la Tecnópolis, esperanzados con entrar alguna vez a probar sus destrezas digitales en los sorteos de contratos para empleos que duran cinco semanas al año. (Fragmento)


En la distopía de ‘Pistas falsas’, se retrata un 2030 donde las carreras universitarias tecnológicas son las mejor posicionadas en las demandas del mercado laboral, junto con el manejo de idiomas como el árabe y el chino.


Y aun así, los diálogos dan cuenta de una precariedad empresarial que se asemeja a la precariedad de otros espacios laborales menos formales. Jóvenes emprendedores ofrecen servicios de Big Data y geolocalización a bajos costos, sin mucho éxito en la competencia con las grandes corporaciones.


En un congreso académico sobre los rastros del siglo XX, hay pocos espacios para “temas teóricos” --que además, no atrapan mucho interés de quienes deambulan entre ponencias.


Antes de recurrir a una frase de Umberto Eco para hablar de las referencias en las tesis de los estudiantes más jóvenes -“El internet es una gran biblioteca desordenada”-, el investigador insiste en los desfases explicativos:


“Hay bastantes cambios. En algunos estudiantes y docentes jóvenes, se observa un menor interés por ‘la teoría’. En parte, porque las mismas teorías han fallado en ofrecernos explicaciones de amplio alcance. Y no es que defienda a alguna teoría, porque tanto teorías como paradigmas están en crisis; incluido el neoliberal, que aún prevalece”.


Comenta de la necesidad de replantear la forma en que se observa, para comprender que los problemas no son ajenos entre sí: “En un mundo globalizado, una sociedad no puede contenerse en sus propios cuestionamientos: ¿qué pasa con las comunidades?, ¿cómo nos relacionamos?, ¿por qué hay más divorcios?, ¿por qué hay más precariedad en el trabajo? Todo está interconectado”.


En la Feria Internacional del Libro de Oaxaca, durante la presentación editorial de la novela, una joven investigadora pregunta al autor si la figura de un arqueólogo como protagonista, en un imaginado 2030, constituye alguna ‘pista’ a descifrar a partir de los problemas del presente.


Néstor García Canclini elige responder con la lectura en voz alta de un fragmento de la novela que describe un recorrido del protagonista por la Ciudad de México:


En varias paredes vio grafitis con frases que no conocía:

“Celebro lo que sea que pase después”.

“Luego de la revolución, ¿quién va a levantar la basura el lunes a la mañana?”
Y otras que le parecía haber leído en manifiestos artísticos:

“¿Qué movimiento había dicho ‘encuentren un iPhone que bostece’?”

Dos frases estaban firmadas por SURES. Creyó recordar que alguien le contó de quienes, en la época temprana de la globalización, proponían hablar desde el sur, desde los muchos sures.

Se dejó ir por Reforma, ahora sin manifestantes. Quedaban en el piso hojas arrugadas con los reclamos que habían hecho marchar:

“¡ni un feminic más!”

“Trabaj para los queremos quedarnos”

“No aceptam chamb solo por propi”

¿Ruinas con porvenir?

Noticias ¡Cerca de ti!

Conoce los servicios publicitarios que impulsarán tu marca a otro nivel.