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Mitla: quieren vivir sin contaminar

Foto(s): Cortesía
Redacción

SAN PABLO VILLA DE MITLA, Oaxaca.- El pasado lunes 23 de septiembre, inició la campaña que prohíbe el uso de plásticos y desechables en este municipio; sin embargo, los habitantes comentan que será difícil cumplirla, pues se ha tratado de implementar en otras ocasiones y las personas, sobre todo comerciantes, vuelven a utilizar estos productos no biodegradables para no tener pérdidas económicas. 


“Estamos de acuerdo, pero no se puede hacer de un día para otro. Debemos buscar alternativas; quizá no cambiemos el planeta, pero podemos cambiar nuestra educación sobre el cuidado del medio ambiente”, asegura Vilma Martínez, vendedora de tamales de este municipio.


Relata que muchos habitantes no están de acuerdo con la campaña, debido a que ya están acostumbrados a utilizar bolsas de plástico o recipientes de unicel, además de que todo ya viene embolsado como el frijol, arroz, maíz, entre otros productos.


“Está bien que lo prohíban para que no contamine, pero, ¿cómo le vamos a hacer para guardar nuestras cosas? A veces se nos olvida el tupper o el morral, entonces debemos pedir una bolsa. También para hacer las tortillas, yo necesito una bolsa para darle forma; antes había una tela, pero ya no las venden”, menciona María García, vendedora de tortillas.


De acuerdo con los colonos, la multa en caso de encontrar personas vendiendo sus productos con bolsas de plástico o en unicel, será de 5 mil pesos.


Todos los comerciantes deben colaborar


Manuel Morales, dueño de una tienda de abarrotes de este municipio, narra que las otras ocasiones que se ha implementado la campaña, durante el primer día, todos aceptan ya no vender bolsas de plástico y desechables, pero con el paso del tiempo, los consumidores vuelven a pedirlas con el argumento de que en el mercado están retomando esa práctica.


“Yo vendo pan y me piden bolsa, les contesto que no puedo venderlas y los compradores me reclaman: ‘¿por qué no puede vender bolsas si en el mercado sí nos la dan?’ entonces otros regresamos a darlas”, señala.


Afirma que la campaña de no utilizar plástico, comienza con el pie derecho; pero los mismos comerciantes son los que la echan para atrás, debido a que si uno no ofrece bolsa, habrá otro que sí y se ganará otros clientes.


En el pasillo de panaderías del mercado de abasto de esta población, se pueden ver cartulinas en las que se advierte que, a partir del 10 de septiembre, no pueden vender sus productos con bolsas de plástico; de acuerdo con la vendedora de pan, Josefina Pérez, esa campaña comenzó hace un año, pero una persona ofreció su producto con bolsa de plástico y todos tuvieron que hacer lo mismo.


“Ojalá esta vez sea parejo, pues es un bien para todos. A veces, la gente trae sus tuppers y otros bolsas, pero no falta a quien se le olvida. Aquí ya estamos tratando de no dar bolsa”, enfatiza.


Alternativas para no perder clientes


Doña María comenta que en la localidad de San Pablo Güilá, hubo un día que vendieron gelatinas en hojas de totomoxtle, pero al siguiente, ya estaban utilizando nuevamente vasos de plástico, por lo que espera que eso no suceda en este municipio.


“Yo creo que deberían cerrar las fábricas que hacen esos productos y así nosotros ya no sentiríamos la necesidad de comprarlos. Antes, íbamos a comprar manteca y llevábamos un platito; sí se puede vivir sin plástico”, recuerda.


Don Manuel reconoce que tendrá pérdidas al ya no vender desechables, pero sabe que es para bien de su comunidad y del mundo, por lo que ya anda checando alternativas como platos y vasos de cartón, que a pesar de ser un poco más caros, ya se están solicitando en su tienda. 


Por su parte, doña Vilma ya está utilizando polipapel, un plástico que se desintegra rápidamente, pero sabe que no es suficiente porque, a pesar de que varios de sus clientes llevan sus recipientes para evitar el plástico, el turismo que llega diariamente a este lugar, no viene preparado.


“Debemos ver cómo hacerle; ando pensando en platos reutilizables para que los puedan volver a traer. En cuanto a los turistas, debemos ver otras alternativas para que se vayan contentos de este lugar y regresen en un futuro”, señala.


Menciona que en días pasados, empresas dedicadas a vender productos biodegradables como platos hechos de trigo, vinieron al municipio; sin embargo, estos son un poco más caros que los desechables. Les recomendaron aumentarle a sus productos el precio del plato para recuperar la inversión, pero los comerciantes no estuvieron de acuerdo.


“A veces es difícil vender el puro producto; ahora imaginémonos si le subimos el precio del plato; yo vendo un tamal en 10 pesos, ahora costaría 13; salvaríamos una cosa, pero afectaríamos otra. Debemos ayudarnos porque la economía no es la mejor en este momento”, enfatiza.

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