Luis Ángel Márquez Flores Fotos: Archivo
Pasarán más de mil años, muchos más,
yo no sé si tenga amor la eternidad,
pero allá tal como aquí, en la boca llevarás,
sabor a mí.
-Álvaro Carrillo
Hace 53 años, el 3 de abril de 1969, se apagaba la vela de uno de los grandes de la música en Oaxaca y México: Álvaro Carrillo, el Bardo Costeño.
El compositor oaxaqueño falleció en un accidente automovilístico automovilístico en el kilómetro 19 de la autopista México-Cuernavaca, luego de asistir a la toma de posesión del entonces gobernador de Guerrero.
La tragedia ocurrió cuando un un camioneta guayín que invadió su carril se estrelló de frente contra el auto en el que viajaban, además de él y su chofer, la esposa del compositor, Ana Incháustegui, y sus dos hijos.
La vida de Álvaro Carrillo se extinguió aquel día, y aunque Ana Incháustegui había logrado salvar a sus hijos y salir del auto, ella también falleció la madrugada del 4 de abril en el hospital. Ambos fueron velados en la Asociación de Autores y Compositores en la Ciudad de México. Sus restos descansan en el lote de compositores del Panteón Jardín de la capital del país.
Sin embargo, a pesar de que fuera despedido lejos de su tierra, en la capital oaxaqueña se realizaron misas en su honor.
De acuerdo con la memoria de Mario Carrillo, hijo del compositor costeño, el viaje de Chilpancigo a la capital del país se tornó más largo de lo adecuado debido a que hicieron diversas paradas. En una de ellas, Álvaro se dio el tiempo para deleitar a un grupo de personas que lo reconoció por lo que con guitarra en mano y en plena banqueta cantó algunos de sus éxitos.
¿Quién fue Álvaro Carrillo?
Nacido en San Juan Cacahuatepec, Oaxaca, Álvaro Carrillo Alarcón fue hijo de José María Carrillo Jiménez y Candelaria Morales de Carrillo. Junto con otros tres hermanos, Álvaro quedó huérfano de madre a muy temprana edad. Su padre se casaría tiempo después con Teodora Alarcón, una mujer que cuidaría cariñosamente de los niños y de quien Álvaro adoptaría su apellido.
Desde temprana edad dio muestras de su gran talento musical y demostró, además, aptitudes para las composición de canciones regionales de la Costa Chica de Oaxaca, como la chilena, género caracterizado por ligar los versos de corte alegre y picaresco con el sentir romántico y bravío de los costeños. También incursionó en el bolero romántico, el cual lo llevó a componer muchos grandes éxitos.
Escribió más de 500 canciones y muchas de ellas fueron interpretadas por artistas de talla internacional. Entre sus temas más célebres se encuentran "Pinotepa", "La mentira”, “El andariego”, "Seguiré mi viaje", "Sabor a mí" y "Luz de luna".
Entre sus intérpretes destacan artistas como Marco Antonio Muñiz, Pedro Vargas, Frank Sinatra, Doris Day, Yoshiro Hiroishi, Los Panchos, Los Duendes, Los Santos, Los Ángeles Negros, Chavela Vargas, Julio Iglesias, Armando Manzanero, Duke Ellington, Plácido Domingo, Carlos y Aída Cuevas, Javier Solís, Natalia Lafourcade, Café Tacvba, Denise Gutiérrez, Luis Miguel, Vicente y Alejandro Fernández, Pablo Milanés, Lila Downs, José José y su inseparable amigo Pepe Jara.
Tras 53 años de su partida, la estrella de Álvaro Carrillo sigue inspirando a cantantes y compositores en diversas latitudes del mundo. Su música resuena y sigue vigente, enamorando a los corazones de quienes la escuchan.
La historia detrás de "Sabor a mí"
La historia detrás de esta canción cuenta que en diciembre de 1957, Álvaro Carrillo estaba comprometido con Ana María Vanne en una velada a la luz de las velas. El artista estaba bebiendo coñac Amada, pero después de un rato ella le reclamó y le dijo que ya se estaba emborrachando con el sabor de licor en sus labios, por lo que Carrillo le respondió:
“Lo que llevas en la boca no es sabor a licor, es sabor a mí”, le dijo Carillo.
Y aunque este fue solamente un instante entre una pareja, nunca imaginaron que se consideraría como el bolero más romántico de todos los tiempos el cual nació de un beso lleno de amor y licor.
*Con información de Redacción
