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Yo no olvido el año viejo...

Foto(s): Cortesía
Aleyda Ríos

Rodrigo Velásquez Torres

Cada 31 de diciembre termina un ciclo en el calendario que rige el mundo occidental. Instaurado por el papa Gregorio XIII (de ahí su nombre “gregoriano”) en 1582 y gracias a la  expansión de la cultura occidental en todas latitudes, el calendario llegó rápidamente al resto del recién conquistado mundo, imponiéndose una nueva forma de medir el tiempo y eliminando el antiguo calendario prehispánico, que nada tenía que ver con la vida de Cristo, sino que estaba fundamentado en la observación de los fenómenos y los ciclos naturales.

La llegada del nuevo año es un acontecimiento que trae consigo una fuerte carga de nostalgia. Dejando de lado las festividades decembrinas, la crisis sanitaria mundial, y un largo etcétera, el año nuevo se considera una época de reflexión sobre lo hecho y conseguido durante el ciclo que termina, o al menos para una parte de la población mundial. Pero si tú sientes que esta fecha es solo un día como cualquier otro, déjame decirte una cosa: somos más los que pensamos así.

Arabia Saudita no celebra el año nuevo. La conmemoración en esa nación de medio oriente está prohibida. La razón es un dictamen por el Consejo Supremo de los Ulemas (predicadores musulmanes) porque aseguran que la comunidad debe regirse por el calendario lunar y no por el gregoriano. Está tan prohibido, que ni los extranjeros la pueden conmemorar. En un país con un estricto cumplimiento de la ley, la policía religiosa de Arabia Saudita vigila para decomisar todo tipo de mercancía que hagan alusión a la festividad.

En Irán conmemoran la celebración del Nuevo Día (Nowruz) el primer día de primavera, que ocurre a finales de agosto por aquellas latitudes. Otros países (que recibieron influencia de la cultura persa) como Afganistán, Azerbaiyán, algunas regiones de India, Pakistán, Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán, también festejan el Nowruz.

Israel (el pueblo judío) considera que el año nuevo comienza en el mes hebreo de Tishrel, entre septiembre y octubre. De acuerdo a sus creencias, Dios creó al mundo en esas fechas. Se le conoce como Rosh Hashaná y marca el inicio de un periodo solemne que abarca una decena de días de reflexión, para culminar el 4 de octubre con el Día del Perdón.

India es otro país que conmemora la festividad de año nuevo en otra fecha diferente al mundo occidental. Desde 1957 se oficializó el año nuevo el 22 de marzo, unificándolo con el calendario hindú, que es lunisolar, basado en las fases del sol y de la luna; sin embargo, la creencia religiosa continúa celebrando el Diwali, que tiene lugar del 7 de octubre al 8 de noviembre.

La comunidad china (que junto con la hindú forman una tercera parte de la población mundial) inicia en todo el mundo sus festejos de año nuevo el primer día del primer mes lunar, esto es, segunda luna nueva de cada año y termina 15 después, cuando se conmemora la festividad de los faroles. Se trata de una época de limpieza en el hogar y además, de la preparación de platillos específicos a la fecha.

Así que, si este año nuevo te sentiste con poco ánimo para celebrar y decidiste quedarte en casa a reflexionar de manera más personal sobre tu pasado, presente, futuro, logros, objetivos, etcétera o simplemente deseaste descansar tranquilamente esa noche, piensa en los millones de seres humanos que estuvieron en sus hogares haciendo exactamente lo mismo.

 

 

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"La llegada del nuevo año es un acontecimiento que trae consigo una fuerte carga de nostalgia. Pero si tú sientes que esta fecha es solo un día como cualquier otro, déjame decirte una cosa: somos más los que pensamos así".

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