Claudia Sofía Méndez Morales
"Un monstruo viene a verme" es un film basado en la novela de Patrick Ness, inspirada en una idea original de Siobhan Dowd y adaptado por Juan Antonio Bayona.
Después de la separación de sus padres, Conor, un chico de 13 años, toma la responsabilidad de la casa y se encarga del cuidado de su madre, quien se encuentra en fase terminal de cáncer. Ahora tiene que soportar el desprecio del típico compañero que lo amedrenta y se burla de su situación familiar.
La pesadilla y el deseo de muerte
Conor crea un recurso para descubrir el significado de una pesadilla persistente y desgastante: durante un terremoto, sus fuerzas no son suficientes para sostener a su madre, quien cayó, lo que le genera un sentimiento de culpa. Hace amistad con un monstruoso árbol, el cual por medio de unas historias que le cuenta durante tres noches, descifra que su gran pesadilla es el deseo inconsciente de muerte que siente por su madre.
En esta película, el llanto se encuentra de principio a fin, pues la situación que retrata no es ajena a la realidad de muchos pequeños que presentan manifestaciones como: bajo rendimiento escolar y problemas de conducta.
El peso sobre los hijos
En la consulta psicoanalítica, con frecuencia escucho frases de parte de los padres: “Es el hombrecito de la casa”, “Es el ejemplo de sus demás hermanos”, “Ya le dije que estudie para que me ayude cuando yo no pueda trabajar”. Enunciados de este tipo dejan caer un peso sobre el niño, que le provocan estados elevados de angustia.
Las pesadillas de los niños son el traslado de aquello que en el mundo real no se permiten pensar y sentir; las más de las veces son pensamientos que surgen de la coartación y frustración que les provoca la realidad en su relación con los otros, generalmente los padres. Estos afectos y pensamientos son desalojados de la consciencia y buscan cómo expresarse; una manera son los sueños; otra es enfermar.
Una solución a las pesadillas en los niños, es que los padres resuelvan el conflicto que en ellos se provoca porque el hijo no cubre sus expectativas, para que de esta forma puedan auxiliar al pequeño a pasar a la palabra lo que intentan decir con sus pesadillas o con los problemas de conducta que presentan.
Dicho de una manera metafórica, la conducta es otra forma que toma la palabra en la vida psíquica de los seres humanos.
La herencia
Asumir la responsabilidad como adultos, de la conducta y actos en los hijos de manera amorosa, es tomar en cuenta que los niños crean maneras resolutivas ante lo que les acontece, con los pocos recursos que tienen a la mano. Así que muchas veces, esa forma de resolver les provoca otras vicisitudes.
Desde esta premisa podemos llevar al hijo a tomar una postura donde tome consciencia de la participación que tiene en lo que le acontece. Esa sería la mejor enseñanza que se le puede heredar a un hijo, sin la necesidad de ser cruel con él.
Un llamado a los especialistas que atienden niños
Recordemos que los sujetos somos libres y de pleno derecho. Por lo que antes de emitir un diagnóstico y más aún, un tratamiento, hay que tomar en cuenta que deben ser escuchados.
Si deseas saber un poco más, llama a nuestros teléfonos 331 889 92 09 (en Guadalajara) / 951 244 70 06 (en Oaxaca), nosotros te responderemos. ¡Hazte escuchar por un psicoanalista del INEIP A.C.! Síguenos en Facebook: Instituto de Estudios e Investigación Psicoanalítica A.C.-INEIP.
