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EL LECTOR FURTIVO; Roberto Bolaño: de ladrón de libros a escritor célebre

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Foto(s): Cortesía
Redacción

Rafael Alfonso

 

Bolaño, poeta, vagabundo y detective literario, se paseaba por las calles de la ficción con la misma desfachatez con la que bebía cerveza en cantinas de mala muerte. Un chileno errante, un nómada de las letras que dejó un legado extenso y brillante.

Nacido en Santiago de Chile en 1953, la vida de Bolaño estuvo marcada por el exilio, la pobreza y la bohemia. Con 15 años de edad, llegó con su familia a radicar a la ciudad de México en 1968, año de la masacre de Tlatelolco.

Regresó a Chile en el desafortunado 1973, pocos meses antes del golpe de estado de Pinochet, después del cual su madre le urge volver a México, donde se convirtió en escritor.

Es en este año donde conoce a José Alfredo Zendejas, quien reniega de su nombre para adoptar el de Mario Santiago Papasquiaro… “porque en México sólo hay un José Alfredo”. Su amistad les llevó a vagar juntos por la ciudad de México y su desenfrenada pasión bibliográfica, a practicar el robo hormiga en distintas librerías, actividad que consideraban “casi sagrada”. 

Como una cosa lleva a la otra, los entonces jóvenes se hicieron poetas. Ambos, junto con Bruno Montané, José Vicente Anaya, Rubén Medina, Ramón Méndez Estrada y el peruano José Rosas Ribeyro, fundaron el movimiento infrarrealista, una pretendida vanguardia latinoamericana construida en torno del término acuñado por el poeta chileno Roberto Matta cuando André Bretón lo expulsó del movimiento surrealista. 

Sin haber concluido la secundaria, entre humo de cigarrillo, cafés baratos y librerías de segunda mano, Bolaño comenzó a tejer una obra literaria que le granjeó la fama. Aunque siempre se asumió como poeta, fueron sus novelas, en donde habitan personajes excéntricos rodeados de misterios irresolubles y humor negro, las que terminaron por cautivar a lectores de todo el mundo.

En "Los detectives salvajes", Bolaño nos embarca en una reconstrucción testimonial de la trayectoria de vida de dos poetas: Arturo Belano (se supone alter ego del propio Bolaño) y Ulises Lima (una recreación literaria de su amigo Mario Santiago Papasquiaro). A través de una red de personajes entrañables y bizarros, la novela explora los laberintos de la literatura. Decía Bolaño que más que protagonista de la novela, la literatura es el puerto conocido desde el cual  podía embarcarse con comodidad a la tarea narrativa.

Con su estilo narrativo único, enteramente ficcional, pero aderezado con elementos bien reconocibles de la vida real, Bolaño nos sumerge en un mundo de detectives de pacotilla, prostitutas con alma de poeta y escritores altamente frustrados, que han hecho de la literatura una forma de vida.

La obra ganó el Premio Herralde de Novela y desde su publicación obtuvo el reconocimiento de la crítica y del público, lo que le permitió dar salida a las numerosas obras que iba gestando con férrea disciplina durante las madrugadas, mientras silenciosamente luchaba contra los problemas hepáticos que terminarían por quitarle la vida.

"2666", la obra póstuma de Bolaño, es una monumental novela que su autor había dispuesto dividir en cinco partes, para asegurar algún ingreso a su familia tras su muerte, que sabía cercana. En ella explora la vida y la obra del misterioso escritor Benno von Archimboldi desaparecido en Santa Teresa, México. Una novela compleja, ambiciosa y llena de referencias literarias, que al día de hoy tiene trato de obra maestra de la literatura latinoamericana.

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