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Magdalena Solís, popular en los 60s como la "Sacerdotisa de la sangre"

macabrona-portada
Foto(s): Cortesía
Redacción

Si bien México es considerado como uno de los países más atractivos del mundo por su cultura, gastronomía y paisajes, también tuvo sus momentos de violencia y muerte en manos de asesinos seriales, y una de ellos se llamó Magdalena Solís, quien tiene en su registro la muerte de 8 personas (aunque se cree que esa cifra asciende a 15) en la comunidad de Yerba Buena y cuyo sobrenombre fue la "Gran sacerdotisa de la sangre".

Solís nació en 1945 en la pequeña localidad de Tamaulipas y se crió en una familia de bajos recursos y con pocos controles, de hecho, de muy joven ejerció la prostitución junto a su hermano Eleazar como proxeneta cuando corría el año 1963.

En ese momento, Magdalena ingresó a una secta, la cual la transformó en una admiradora del vampirismo, sadismo, perversión sexual y delirios religiosos. Lo cierto, es que esta secta era dirigida por los hermanos Santos y Cayetano Hernández, quienes también tenían sus negocios ilícitos, que los llevaron al poblado de Yerba Buena, con pocos habitantes analfabetos y pobres.

 

 

Ante la ignorancia de la gente se proclamaron como dioses que le exigían a los moradores objetos, dineros y hasta favores sexuales, a cambio de una "protección divina de los incas". Este falso culto creció con el paso del tiempo pero los supuestos milagros de estos sujetos no llegaban y los pobladores comenzaron a impacientarse, por lo que Magdalena y su hermano fueron reclutados para sumarse a la secta.

Magdalena Solís: muertes en México

Magdalena fue la encargada de ejecutar a dos personas y su cadena de muertes incluía sexo, sacrificios y falsa religión, de hecho, el modus de la sesina era el siguiente: la persona sacrificada era golpeada, quemada, mutilada y su sangre era depositada en un cáliz, junto a fluidos de otros animales que eran sacrificados.

Como esto pareciera poco, Solís bebía de esa sangre junto al resto de la secta a quienes le argumentaba que la misma le daba poderes extraordinarios, así pues las víctimas iban en aumento para saciar esa sed de sangre que había en ese antro.

 

 

La última víctima se llamó Sebastián Guerrero quien deambulaba por la zona de la secta y fue testigo del sacrificio al que fue sometida otra víctima. Al ver ese espectáculo, el joven corrió y denunció el hecho a la policía, quienes nunca creyeron en la palabra del adolescente. Sin embargo, un efectivo llamado Luis Martínez pareció creer en el relato y acompañó al joven hasta el lugar donde funcionaba la secta y nunca más se los volvió a ver con vida.

En mayo de 1963 y tras algunos días de desaparecidos ambos, la policía sospechó de aquello que antes no lo hacían, y desplegaron un vasto operativo en Yerba Buena, que terminó con la detención de Magdalena Solís y su hermano Eleazar, que además poseían dosis de marihuana en sus ropas.

En tanto, Santos Hernández fue abatido por la policía y su hermano Cayetano fue muerto por un integrante de la secta. Además, se encontraron los cadáveres de otras seis personas en estado de mutilación.

El asunto es que los hermanos Solís fueron condenados a 50 años de prisión por dos homicidios y otros tantos nunca se los pudieron endilgar quedaron sin definir, en tanto, los restantes integrantes de la secta fueron sentenciados a 30 años de prisión. En cuanto a Magdalena, se supo que murió dentro de la prisión pero se desconoce la fecha exacta que esto ocurrió.

 

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