Naye despierta a la cinco de la madrugada. Tomarse 10 minutos más de descanso no es opción cuando vives en la periferia de la ciudad, desplazada por las altas rentas en zonas más cercanas a escuelas y centros de trabajo.
“Vivo tan lejos que esta es la hora en que tengo que levantarme para llegar a tiempo a la escuela de mi hijo. Podría mudarme a una casa más cerca de la ciudad, pero con el presupuesto solo me alcanzaría para un cuarto con baño compartido y acá pues somos 4 gentes”, explica.
Antes de cambiarse de casa, Naye hizo sumas, restas, arrastró el lápiz para que el mudarse no representara un gasto más allá de sus ingresos.
El costo de la renta contra el gasto de gasolina era equilibrado, así convenía mudarse hacia una zona más céntrica, sin embargo, la compra de pipas de agua debido a la sequía desbordaba su presupuesto.
“Todo eso hacía más difícil la logística familiar por cosa de horarios para esperar la pipa, además que, en el sondeo con vecinos, la espera puede ser de una y hasta tres semanas y acá tenemos agua todos los días”.
La de Naye es sólo una de las historias de los cientos de familias que viven en la periferia de la ciudad.
El problema -señalan- no es la lejanía sino la carencia de infraestructura vial y transporte público eficiente para desplazarse seguras, con tiempo moderado y así evitar el uso del automóvil.
“No es sólo llegar temprano, salir a disfrutar depende de los horarios de ese transporte que además es inseguro. Vivir en la periferia deja poco tiempo para otra cosa que no sea trabajar y trasladarse”, explica.
Uno de los costos de vivir en las zonas periféricas de la ciudad en donde se concentran las fuentes de trabajo, es la pérdida de tiempo en traslados, pues, por ejemplo, una persona que vive en Hacienda Blanca destina al menos 45 minutos en viajar hacia la zona de la Colonia Reforma, la situación se complica aún más cuando hay bloqueos o marchas.
La pérdida de tiempo en el traslado no es lo único, también representa destinar un porcentaje alto a los traslados porque en ocasiones se tienen que tomar hasta dos transportes diferentes
Las zonas céntricas de la capital han sido absorbidas por comercios, en tanto que las viviendas que se mantienen llegan a tener costos altos de renta.
