Yessica López, madre de familia de un niño que cursa la primaria en la capital oaxaqueña, estima que las y los profesores suspenden clases dos veces por mes, lo cual le afecta tanto a ella como a su hijo.
Señala que uno de los principales problemas es que en el ciclo escolar, su hijo no abarca todos los temas, por lo que se atrasa en adquirir los conocimientos que necesita en cada año escolar.
Afirma que otras madres de familia piensan lo mismo, pues no les gusta que sus hijos pierdan clases; no obstante, no cuentan con el suficiente ingreso para poder inscribirlos en una escuela particular.
“Hemos visto que las clases e incluso profesores son los mismos, pero lo que cambia es que tienen clases y aquí no, pero no podemos cambiarlos”, asegura.
Llevarlos al trabajo
Carmen Gutiérrez tiene un hijo de 9 años a quien a veces tiene que llevar a su trabajo, pues no tiene con quién dejarlo en su casa cuando éste no tiene clases o también le ha tocado que al llegar a la escuela, le informan que no laborarán.
“Al menos a mí sí me dejan traerlo al trabajo; pero, ¿qué pasa con las personas que no pueden llevarlos a sus oficinas y tampoco pueden pedir permiso? Es una ventaja, pero sí es complicado”, señala.
Expone que el llevarlo a la oficina implica que la profesora le envía la tarea a mediodía, pero como a veces no lleva útiles escolares, no puede hacer su tarea hasta la noche que lleguen a su casa.
Otras ocasiones sucede que la profesora da por visto el tema que no vieron el día de la suspensión de clases o hay probabilidades de que sí vean la clase, por lo que las y los alumnos deben llevar todos los libros y libretas de las materias.
“Debe andar cargando todos los libros porque no sabemos si respetará o no el horario que nos proporcionaron a inicio del ciclo escolar”, expone.
Afecta en los planes
Montserrat Gómez, quien también es madre de familia, asegura que el que su hijo no tenga clases, provoca que deba cambiar sus planes de trabajo y quedarse con él en su casa.
“En la oficina no puedo llevarlo o hay veces que tengo que ir de un lado a otro. Cuando nos dicen que no hay clases, lo mejor que puedo hacer es trabajar desde casa y cambiar mis actividades”, asegura.
Esto mismo señala doña Carmen, quien menciona que en su caso, afecta en toda su rutina el que su hijo no vaya a clases, que aunque él no se ve tan afectado con sus actividades, sí lo hace con sus conocimientos.
Un poco de ayuda
Alejandra Hernández, quien es licenciada en Educación, asegura que el que sus hijos no vayan a clases no les afecta tanto, ya que ella puede apoyarlo con sus actividades, tareas o incluso ella ser su maestra.
“Pues a mí no es como que me afecta mucho, pues yo puedo retomar o poder aclarar dudas que tengan en algunos temas; obvio, el que no vayan sí causa conflicto, que no abarquen los temas completos tal vez o se vayan retrasando”, señala.
Asimismo, destaca que en su caso, para ella es un momento que aprovecha para pasar más tiempo con sus hijos, pues muchas veces, por la escuela o trabajo no llegan a convivir tanto.
“Hay madres que les enoja que no haya clases porque no quieren tener a sus hijos en casa, pero también hay otras que nos enoja que se atrasen o den por visto los temas; pero es lo que nos tocó vivir”, declara finalmente.
PARA SABER
Principales afectaciones por suspensión de clases:
- Los estudiantes no avanzan en sus temas.
- Ya no les reponen clases.
- Las madres de familia tienen que cambiar su rutina laboral.
LAS CIFRAS
2
veces al mes en promedio suspenden clases en Oaxaca
766
mil estudiantes de educación básica hay en Oaxaca
FRASE
“Hay madres que les enoja que no haya clases porque no quieren tener a sus hijos en casa, pero también hay otras que nos enoja que se atrasen o den por visto los temas; pero es lo que nos tocó vivir”.
Alejandra Hernández
Madre de familia
