Huazolotitlán: cuna del pan tradicional | NVI Noticias Pasar al contenido principal
x

Huazolotitlán: cuna del pan tradicional

Foto(s): Cortesía
Redacción

SANTA MARÍA HUAZOLOTITLÁN, Oaxaca.- El sol aún se oculta en el horizonte cuando doña Minerva Gallegos y sus cuatro trabajadoras comienzan a preparar la harina, levadura, manteca, azúcar y huevos, a fin de elaborar el tradicional pan de esta comunidad.


En la panadería, que domina un enorme horno de adobe y barro con sus respectivas palas de madera para introducir y sacar el pan, las mujeres se afanan en amasar bien los ingredientes, mientras la mayoría de la población todavía está inmersa en un sueño profundo, ya que son las 4:00 horas del día.


“Lo primero que hacemos es preparar la masa para hacer los bollos y después cada quien se pone a hacer las conchas y otras variedades de pan, como el Pan de Vida; luego viene la señora que se encarga de hornear”.


Las mujeres reconocen que el trabajo es arduo, “pero ya nos acostumbramos porque aquí mucha gente se dedica a elaborar pan, es nuestra tradición”.



Tradición familiar


La señora Minerva Gallegos recuerda que su mamá le dejó el negocio. “Ella trabajaba con mi madrina y ahí aprendió a hacer pan y poco a poco fuimos haciendo el horno y adquiriendo todo lo que se necesita para la panadería”.


-¿Por qué ocupa puras mujeres?


-Porque son muy responsables y trabajadoras. Hay panaderías que ocupan a puros hombres; pero yo no, solo mujeres.


-¿Cuánto pan producen?


-Mucho, mucho, aunque cuando hay venta ni alcanza. Ahorita no hay venta, trabajamos cada tres o cuatro días; cuando hay venta hasta doblamos turno.


-¿Y su mercado es solo el municipio?


-No, tenemos puesto en el mercado de Pinotepa Nacional.


La panadera comenta que una de sus preocupaciones actualmente, es el horno de adobe que resultó afectado con los sismos del 2017. “Con el temblor, el horno de barro se rajó todo, pero sí funciona; el problema es que con la temporada de lluvias no podemos encargar el adobe y hay que destechar y volverlo a hacer; después hay que esperar un tiempo para que seque todo”.



-¿Pero sí lo va a rehabilitar?


-Sí. Si Dios quiere, sí. Pero creo que hasta el próximo año.


Añade que acaba de adquirir un horno industrial para compensar el daño al horno de adobe; “pero la gente compra mi pan por el sabor que le da el horno de barro; entonces no puedo engañarlos, tengo que rehabilitar mi horno”.


“Aprendí el oficio desde niña”


La señora María del Carmen García García rememora que también su mamá fue panadera, por lo que aprendió el oficio desde niña. “Mi mamá tenía horno de barro y ahí hacíamos el pan”.


-¿Las panaderas encuentran empleo en el municipio?


-Sí, solo es necesario que uno quiera trabajar.


-¿No es pesado el trabajo?


-No, a mí me gusta hacer pan.


Mientras se afana en cruzar el bollo con una delgada navaja para dar textura a las conchas, manifiesta que además el oficio le permite aportar recursos a su casa, sobre todo porque en el municipio no hay mucho empleo. “Aquí no hay empleo, no hay más que hacer pan o el campo”.



“Tal vez por eso mucha gente del pueblo tiene su horno y se dedica a la elaboración y venta de pan, pues no existen empresas u otro tipo de negocios en donde trabajar y obtener un ingreso”.


En tanto, su compañera Magdalena Hernández Hernández dice que hace tiempo aprendió a hacer pan en el pueblo. “Yo tengo trabajando como 14 o 15 años en panaderías, donde poco a poco aprendí el oficio”.


"No hay para escoger"


-¿Le gusta el oficio?


-Sí, es muy bonito.


-Nada más que hay que levantarse muy temprano…


-Sí, pero está bien porque acabamos un poco temprano, para poder hacer nuestras actividades en la casa. “Porque llegando a la casa lavamos ropa, hacemos de comer, atendemos a nuestros hijos; pues aunque sea cansada, hace uno las cosas”.


Expresa que el trabajo es pesado, “pero si uno quiere trabajar, uno se acostumbra, porque aquí no hay para escoger”.

Noticias ¡Cerca de ti!

Conoce los servicios publicitarios que impulsarán tu marca a otro nivel.