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Santo Entierro de Nejapa

Foto(s): Cortesía
Redacción

NEJAPA DE MADERO, YAUTEPEC.-En el templo de Santo Domingo de Guzmán el pueblo venera al Santo Entierro y a Cosijopí, último rey de Tehuantepec.


Este inmueble está considerado como el segundo más grande de la orden de los dominicos. Incluso, se cree que es una réplica del templo y ex convento ubicado en la ciudad de Oaxaca de Juárez.
Actualmente, el inmueble se encuentra en espera de su rehabilitación para recuperar el esplendor de antaño y pueda así recibir la visita de turistas.
Este convento fue construido entre 1544 y 1555, siendo vicario de Tehuantepec Fray Bernardo de Alburquerque, y fue abandonado por los dominicos debido a las Leyes de Reforma. Esta joya arquitectónica ha sido utilizada como convento, cuartel militar, hospital de emergencias, escuela preparatoria (la primera en el Istmo), y como prisión distrital (hasta 1975). Su rescate llevó siete años de gestión, y en 1982 se convirtió en la sede de la Casa de la Cultura de Tehuantepec, recibiendo el nombre de ex convento Dominico Rey Cosijopí.


OLVIDO
Algunas áreas funcionan para realizar diversas actividades de tipo religioso. Sin embargo, el resto del edificio permanece inutilizado, por el riesgo que conlleva, dada su antigüedad.
Alberto Quero, presidente municipal, destaca que lamentablemente no se le ha dado la importancia debida, pues se ha pedido apoyo para su restauración.
Este es un centro religioso de gran importancia, pues después del templo de Santo Domingo que está en la capital del estado, se encuentra el de Nejapa.
“Aquí era paso obligado para los españoles que venían de Oaxaca hacia el Istmo de Tehuantepec. Por eso fundaron y construyeron un templo de semejantes dimensiones”, refiere.
Asegura que han solicitado la intervención del gobierno federal, a través del INAH, sin embargo, no han encontrado respuesta.


Contener a indígenas “hostiles”
De acuerdo con los archivos históricos del Ayuntamiento, la fundación del templo data de 1548, siendo su primer párroco Fray Pedro García.
El establecimiento del centro misional en Nejapa para la propagación del evangelio en la región se debió al interés que en ello puso el obispo de la recién establecida provincia eclesiástica de Antequera, Don Juan López de Zárate, quien promovió las gestiones necesarias ante el virrey D. Antonio de Mendoza quien, a su vez, instruyó al provisional de la orden dominica en Oaxaca, Fray Domingo de Santa María, para que estableciera una casa en Nejapa.
El propósito del asentamiento era controlar las hostilidades de los grupos mixes y chontales en la región.
El sepulcro del Cosijopí


En el templo dominico de Nejapa de Madero Yautepec fue enterrado Cosijopí (quien nació en 1502). A la llegada de los conquistadores, Cosijopí rindió, así como su padre Cosijoeza, homenaje al rey de España y fue obligado a bautizarse, recibiendo el nombre de don Juan Cortés Cosijopí.
Sin embargo, el rey continuó practicando en secreto el culto a sus dioses, aunque construyó un gran convento para los dominicos.
A pesar de ello, los frailes sospechaban de su poca devoción hacia la religión católica, y un día Cosijopí fue sorprendido en plena ceremonia religiosa y junto con él fueron aprehendidos seis sacerdotes zapotecas que fueron ejecutados unos días después. Al enterarse los habitantes del pueblo de que su rey estaba prisionero, intentaron sublevarse, pero Cosijopí los disuadió de su intento. Para ser juzgado, se le sometió a la autoridad de la Real Audiencia, por lo que se tuvo que trasladar a México. Cosijopí tuvo que esperar durante más de un año, después del cual se dictó sentencia en su contra, condenándolo a perder sus dominios y el título de rey.
Arruinado por los enormes gastos que le habían ocasionado su viaje y su estancia de un año en México, Cosijopí  regresó hacia Tehuantepec en 1563, pero al llegar a Nejapa, agobiado por sus penas, sufrió un ataque de apoplejía fulminante que le causó la muerte.


EL SANTO ENTIERRO


El viernes santo, un cristo de madera con brazos y piernas movibles, de casi un metro con 80 cms de altura, es levantado de un ataúd de madera antiquísima y crucificado en el interior del templo por los santos varones.
Todo se realiza en completa secrecía. La iglesia se cierra y nadie más puede entrar para ver este momento. Las mujeres y los niños tienen prohibido ver o presenciar la crucifixión. Solamente cuando Jesús ya está clavado en la cruz, cerca del altar.
Pasada la Semana Santa, el Cristo regresa a la caja de madera para
ser venerado por los fieles que lo consideran muy milagroso.


El templo extraviado


Para llegar a Nejapa de Madero, San Carlos Yautepec, son 134 kilómetros de la Ciudad de Oaxaca. Aproximadamente 2 horas sobre la carretera 190 Oaxaca-Istmo.


Nejapa marginado


82% en la pobreza
43% en la pobreza extrema
86 lugar de 570 municipios de Oaxaca por pobreza extrema
890 pesos, ingreso promedio diario
Fuente: Sedesol, Coneval


 

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