Fue una ceremonia triste, aderezada por un mañanero frío otoñal y con las lágrimas y el dolor de los deudos
de cinco policías estatales cuyos cuerpos yacían inertes en los ataúdes de color caoba, y sobre estos el lábaro nacional.
En el cuartel de la Policía Estatal, en el Municipio de San Bartolo Coyotepec, sus colegas y superiores, con los rostros desencajados y taciturnos le rendían un homenaje póstumo al cumplimiento de su deber tras haber caído en una emboscada en San Vicente Coatlán, en la Sierra Sur, sin poder tener ellos la más mínima capacidad de respuesta por lo intrincado de la zona.
Los criminales activaron armas de alto calibre, según informes que proporcionaron las autoridades, en una zona de por sí conflictiva y en donde es normal la siembra de enervantes, los asaltos, el robo de maquinaria de las empresas que construyen la autopista que atraviesa a región, y una alta criminalidad.
Familiares y colegas de los oficiales pasaron lista a los agentes atacados en el paraje de La Cementera, de San Vicente Coatlán, en Ejutla.
Luego, los policías caídos en el cumplimiento de su deber fueron despedidos entre lágrimas de las familias que abrazaron los ataúdes de los caídos. A la ceremonia asistió el Secretario de Seguridad Pública, Raúl Ernesto Salcedo Rosales, quien anunció los apoyos correspondientes por ley para los deudos.
Los hoy fallecidos realizaban el viernes un patrullaje de seguridad a bordo de dos vehículos cuando intempestivamente fueron atacados por un grupo armado.
Tras la agresión a los policías, las autoridades ordenaron en despliegue de un grupo de 180 elementos de la Guardia Nacional y elementos de la SSP de Oaxaca para localizar a los agresores, con apoyo de un helicóptero.
"El deceso de nuestros compañeros policías lastima a la SSPO y a toda la sociedad oaxaqueña. A sus deudos y familiares, nuestra solidaridad total. Al límite de capacidades y valores, nuestros esfuerzos se encaminarán a que la justicia siempre se imponga a la barbarie", lamentó la dependencia en su cuenta de Twitter.
